Capítulo 4

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Era por no decir lo menos una situación incómoda. Aunque el rubio de la noche anterior parecía restarle importancia.

Shinsou debió haberlo pensado dos —o cientos de veces— antes de salir de su departamento en boxer, descalzo y con su remera de la banda Pussycat —regalo de su padre rubio— a sacar la basura. Estaba seguro de que el único ruido claro en aquel pasillo era el de la bolsa de plástico que estaba apretando entre sus sudorosos dedos y su saliva pasando por su garganta.

El chico que había visto la noche anterior era justamente su nuevo vecino y parecía reprimir las ganas de reírse por sus fachas. En su defensa era la primera vez que estaba en un lugar que no era su casa y al estar solo no pensó en cambiarse antes de salir de la seguridad que le proporcionaba su nueva cueva de soledad.

Por fin —luego de lo que pareció una eternidad— el rubio cerró la puerta de su departamento y se acerco hasta Hitoshi con las manos tras la espalda. De cerca pudo notar mejor lo que la otra noche no, sus ojos dorados eran bastante brillantes y su nariz pequeña. Aunque seguía poseyendo la misma solitaria sonrisa.

—Hola, nuevo.

Shinsou apretó la bolsa con fuerza. La voz que tenía le pareció amable y eso le incómodo ¿Que razones tenía ese chico para mostrarse amable frenes a él que era un desconocido?

Bueno, aún así no quería ser maleducado.

—Hola.

Tal vez su tono salió demasiado seco pero no sabía como ser amigable con chicos de su edad. Toda la adolescencia se la había pasado de marginal y pensaba continuar de esa forma su vida adulta.

— ¿Que tal tu primera noche? —pregunto curioso el de ojos dorados — ¿Tienes electricidad? ¿O agua caliente? Porque sino puedes pedirle ayuda a Gran Torino. Puede parecer amargado pero es bastante simpático.

— ¿Gran Torino? —repitió confundido el más alto.

— ¡Nuestro casero! ¿Sabías que hizo telenovelas al estilo mexicano? Puedo decirte cuáles son...

El rubio se mordió los labios e inclino su cabeza, esperando porque el de ojos morados le dijera su nombre.

Y Shinsou ante la presión de los orbes dorados no tardó en dárselo.

—Hitoshi Shinsou —soltó su nombre casi como si le quemará en la garganta.

La reacción del rubio fue sonreir y asentir.

— ¡Un gusto Shinsou! —se apunto con su dedo índice —Kaminari Denki a tus servicios, vivo como puedes ver al lado tuyo con mí bro Bakugou Katsuki.

¿Bro? ¿Su hermano? ¿Con él discutía anoche?

Sí fuera alguien con más confianza para hablar podría quitarse esas dudas pero Hitoshi no era así. Solo se limitó a asentir a lo dicho por Denki. Y el rubio al ver que ya no tenían nada para hablar empezó a cambiar su peso de una pierna a otra. Cuando supo que era suficiente solo suspiro.

—Bueno, Shinsou ya me tengo que ir —dijo aunque sonaba desanimado. Tal vez quería conversar con él un poco más —Cualquier cosa que necesites puedes...ya sabes tocar a mí puerta.

—Supongo —desvió la vista un poco.

Shinsou quería maldecirse por ser tan cortante cuando se notaba a lenguas que Kaminari estaba tratando de ser amable. Pero simplemente no podía evitar.

Los pasos del rubio alejándose de él resonaron más fuerte que el plástico que apretaba entre sus manos.

Soy un fracaso como miembro de la sociedad.

Conquista imposible [TodoBaku] [ShinKami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora