Capítulo 1: ¿Felices para siempre?

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El sueño se hizo realidad. Ambos, tomados de la mano, aún no podían creer que estaban juntos. Cruzaban miradas furtivas, tímidas, hacia el otro. Esto era básicamente parte de la naturaleza de Beatriz, pero no la de Armando. Se sentía como un adolescente ante su primer amor. Aquel que hacía que su corazón latiera a mil por hora, que las hormonas llegaran a niveles desesperados. Él, que junto a su ex-mejor amigo iba de caza y conquistaba a las mujeres más cotizadas de Colombia, sin importar su estado civil o personal, se encontraba tan nervioso como aquella vez que tomó la mano de su primera novia.

Sin embargo, esa reacción no era para menos. Acababan de hablar con el padre de Beatriz, Don Hermes Pinzón Galarza, distinguido señor de clase media quien sentía orgullo por su ascendencia y por los valores familiares que los caracterizaba. Él había observado cómo, frente a toda la empresa, su única hija se besuqueaba con quien era su jefe. Siempre la cuidó como si fuera el tesoro más valioso del mundo. Era casi como un cristal que requería su protección para no resquebrajarse. Verla ahí, con otro que fuera a ocupar su lugar de protector, dando muestras de afecto en público cuando debía ser algo privado, y encima de todo sin pasar por el debido ritual de cortejo, le parecía algo inaudito e imposible. Don Hermes escuchó la historia de boca de sus protagonistas. Le parecía inverosímil, pero no porque no pudiera ser cierta, sino porque no quería creerla. Sin embargo, ante su hija quien solo le había traído orgullo, y ante tan distinguido caballero de buena familia, quien había profesado el amor que sentía por su hija ante tantos testigos, no le quedó más remedio que aceptar que estaba sucediendo todo esto. Resignado, se incorporó en la silla en que estaba sentado escuchando a la pareja frente a él en el sillón marrón.

- Está bien, doctor- dijo Don Hermes levantándose de la silla y extendiendo su mano a Armando. Este se levantó dubitativo junto con Beatriz y estrechó la mano de su ahora suegro. Don Hermes, sin aflojar el apretón, continuó hablando.

– Como usted sabe, a mi hija la hemos criado con los más altos valores y estándares familiares. De igual forma, Betty es muy brillante, la mejor de su clase siempre. Por lo tanto yo confío en su criterio y sé de que la decisión de tenerlo como compañero no está fuera del mismo. De hecho, como lo conozco a usted y a su excelentísimo padre, Don Roberto, estoy seguro que mi niña no puede estar en mejores manos.

Betty y Armando sonrieron ante las palabras de Don Hermes. No obstante, este aún no soltaba la mano de Armando, mirándolo fijamente y poniendo nerviosos a la pareja frente a él. Finalmente, dio un suspiro y soltó la mano de su yerno y colocó sus manos unidas detrás de su espalda. Intercalaba miradas entre Armando y Betty para finalmente dirigirse a la última.

- Bueno, mija, me retiro para dejarlos hablando -Don Hermes levanta un dedo hacia su hija -¡Hablando! Y recuerde de que, aunque la niña ahora tiene novio, sigue siendo una niña de su casa y no puede llegar a la hora que se le dé la gana. Así de que la espero temprano. Con permiso, muchachos.

Don Hermes les dio una mirada a cada uno como gesto de despedida y se dirigió a la puerta. Al llegar al abrirla, volteó en el marco de la misma para darles una última mirada y, finalmente, salió, cerrando la puerta tras él. Como si hubiese sido ensayado, Armando y Betty se sentaron en el sofá soltando el aire que llevaban aguantado en señal de alivio. Ambos voltearon al mismo tiempo a mirarse y soltaron carcajada tras carcajada, liberando todo el estrés y los nervios que habían sentido durante el transcurso de la tarde. Una vez que las risas mermaron, Armando dio un suspiro y tomó una de las manos de Betty, acariciándola con un beso. Esto llamó la atención de Betty quien volteó a mirarlo.

- Mi Betty, no sabe cuánto deseaba que esto pasaba. Aún no me lo creo. Siento que en cualquier momento voy a despertar y no estará más a mi lado- confesó Armando, tomando con ambas manos la de Betty y subiéndola para darle un suave beso en el dorso.

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⏰ Última actualización: May 31, 2020 ⏰

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