Madrid, 11 de septiembre de 2010.
¡Hoy te he vuelto a ver!
Algo más envejecido pero extraordinariamente físico. Warhol genera expectación pero una exigente audiencia se aburre rápido. Pronto, tus palabras resuenan como un eco sordo dando paso a mi creatividad que despierta observándote, imaginándote…
Termino de leer “mujeres” de Bukowski y me atrevo a escribirte. Por curiosidad, ¿cuántas lo han hecho por ser quién eres? Me atrae de ti tu expresionismo, tu dentadura escondida y audaz, tu mirada directa, tu cuerpo íntimamente atlético…
¡Siento cómo follaríamos! Sin preámbulos ni ensimismamientos. No hay ternura. No hay una gota de alcohol. Mi cuerpo se pega al tuyo como los dragones de Komodo. Más bien, tu cuerpo somete el mío. Te hago entrega de él segura de no desear que ames mi alma. El sudor recarga el ambiente, la luz se desvanece y como los dragones, la pelea continúa, continúa…
No quiero conocerte (o sí) y sin embargo hoy he estado a punto de acercarme a ti y regalarte sin miedo mi esencia. ¡Estábamos tan cerca!
Sí. Nos miramos y no me he atrevido. He retrocedido un paso y respirado profundo. Tú te lanzas calle abajo y jugando con tu chaqueta de piel, te dispones a hacer una llamada. Te alejas y yo también me alejo. Inmediatamente paro y me digo: ¡no! ¡Él estaba frente a ti y has huido! ¡Estúpida! Casi siempre es lo mismo. Empequeñezco y desaparezco. Se llama falta de ambición.
No siempre tengo estos encuentros que atacan agudamente mi instinto más primario. Es ridículo no aprovecharlos pero es más sencillo para una mujer como yo imaginarse las historias. El riesgo es mínimo.
¡Y el dragón continúa en mi pensamiento! Y te volveré a ver. ¿Quién sabe dónde?
Mara.
Rmte: marab@gmail.com
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Pulse Mara
RomanceDos personas desengañadas, en medio de la fragilidad de la sociedad contemporánea, juegan a conocerse tejiendo una historia de sexo explícito y amor escondido. Pocos días después de que el consagrado artista afincado en Londres Claudio de la Torre...