Incognito

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Decidí irme al trabajo, tenía que quedarme horas extras. Como siempre entré, saludé a Dean. Que estaba atendiendo a otros clientes en la caja registradora.

— Llego Miss Rebeldía- Soltó una risita.

— La auténtica- Le guiño el ojo. Y dí un salto a la barra, me dirigí al baño de empleados. Me coloqué el uniforme y mi delantal. Salí, salude a Sam que es mi otro compañero de trabajo. Juraría que ése chico es un Ángel, es el típico chico rubio, muy dulce y con una sonrisa deslumbrante. Se ganó el mejor premio al "mejor trabajador del año" durante 5 años, es un poco mayor que yo.

— Hola Sam. ¿Qué debo hacer hoy?-Pregunté divertida. Es increíble como él podía transmitir una buena energía, que podrían arreglar tus días de mierda en cuestion de segundos.

— Tienes que atender a la mesa 5, 6 y 7, de lo demás me encargo yo- Me sonrió amigable como siempre.

— Sam, ¿Ya te mencione que eres un Ángel?- Le sonreí y pestañé coqueta. Claro como si fuera una chica hormonal que estuviese enamorada de tal dicho Ángel.

— Me lo vives recordando, ahora ve y trabaja. Oh y trata de ser más "amable" y menos sarcástica con los clientes- Niega divertido con la cabeza.

— A sus órdenes señor- Me pongo firme y hago un ademán con la mano, imitando a un soldado, Sam soltó una carcajada.

Algo que siempre hacía antes de trabajar, poner música. Tomé la laptop de Dean, The weeknd - Can't Feel My Face. Iba cantando y bailando hasta que fulmine con la mirada a Dean quien se reía, amistosamente le enseñé mi hermoso dedo del medio más una falsa sonrisa. Me dirigí a las mesas que me indicó Sam, era una pareja juvenil.

— Hola, ¿Ya pensaron que van a ordenar?- Pregunté. Se sentía un silencio bastante incómodo. Él chico me miró y se preparo para hablar.

— Yo quisiera ordenar un batido de chocolate y uno de vainilla- Hasta que la chica lo interrumpió.

— ¿Por qué no mejor le preguntamos a la chica que es lo que opina?- La rubia, achico los ojos. Supongo que estaba leyendo mi nombre. -Meid, ¿Qué harías si tu "novio" te deja plantada por cinco horas, para verse con tu hermana?- Mirá mal a su novio.

Ah mierda, abrí los ojos sorprendida. Sé que no debo meterme en la vida de los demás pero ella me pidió mi opinión ¿cierto? ¿CIERTO? Okay, si insistes. Abrí la boca para hablar pero él chico me interrumpió.

— ¡Claudia! ¡Ya te dije que eso no es lo que sucedió, ella cayó de sorpresa!- Alzó la voz él chico, estaba enojado.

— Claro, y supongo que también cayó "accidentalmente" dentro de tus pantalones ¿No?- Exclamó furiosa la chica.

— ¿QUÉ? ¡Eso es horrible! ¿Estuvo con tu hermana?- Pregunté mientras abrí los ojos como si fueran a salirse. La chica asintió mientras se cruzaba de brazos.

— ¡Ya te dije que fue un accidente!- Respondió él chico, sintiéndose culpable.

— Creo que la camarera, necesita decir lo que piensa- Dice la rubia, dirigiéndose a mí.

— Yo.. -Una voz masculina me interrumpe.

— Creo que la camarera tiene que atender otras mesas, por ejemplo la mesa 6 - Me volteé y pude notar a un Sam cruzado de brazos mientras alzaba una ceja. Le sonreí inocentemente, y me largué de allí.

Mesa 6, me dirigí ahí. Hasta que noté a una pareja. Mi sonrisa cayó cuando noté que era Max y Diana. OH SANTÍSIMA MIERDA, ¿QUÉ DEMONIOS VOY A HACER? EL CÓDIGO, ¡ESO ES! Rápido saqué mi celular y marqué al número de Dean.

Me he vuelto a enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora