30 | 05 | 2017

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Mi psicóloga me dijo que escribir un diario sobre ti me ayudaría a avanzar, no creo mucho en ello ya que tu presencia quedó grabada en mi alma como un tatuaje.

¿Cómo empezar una historia que no tiene el principio y final que me gustaría?

Te conocí, irónicamente, un 30 de mayo del 2014, se cumplen 3 años desde que te vi por primera vez.

Era otoño y los árboles solo eran ramas secas, al caminar se sentía y escuchaba el romper de aquellas coloridas hojas, escuchaba música mientras recorría el colegio dirigiéndome a sentarme en mi típico asiento, aquel del medio en donde nadie se sentaba porque tenía la mesa rota.

Al sentarme levanté mi mirada para ver si el cielo se veía lo suficientemente bonito para sacarle una foto, acción que hacía todos los días.

Ahí te vi, levantando mi mirada al cielo terminé viendo el sol.

Porque resplandecías en medio de toda esa gente que te rodeaba.

Resplandecías como si fueras cristal, oro, luz, sol.

Tu belleza era tal a la Diosa Venus.

Fue en ese instante en que mi Diosa Venus se convirtió en ti.

Con tu sonrisa brillante, cabello largo y negro, mirada cálida y transparente, piel tersa a la vista.

Te prometo que fue en ese preciso momento, en que te vi sonriendo y riendo con tus ojos pequeños, en donde me enamoré.

No creía en el amor a primera vista hasta que te vi.

Tan inmaculado sin saber que mi alma ya te había tatuado en ella.

En aquel día de otoño recuerdo que me fui a mis siguientes clases aturdido.

¿Dónde habías estado?, ¿Quién eras?, ¿En qué grado ibas?, ¿Cuál era tu nombre? Me preguntaba incesantemente aquellas preguntas que no fueron contestadas meses después.

Tuve miedo de aquel sentir, era un inexperto en todo aquello que me hiciste experimentar.

Tuve tanto miedo que decidí olvidarte inmediatamente después de haberte encontrado.

Aunque me arrepentí al instante después, ¿Cómo olvidar a mi Venus? ¿Cómo olvidar aquel sentimiento y emoción tan cálido que me proferías?

Quise llorar en ese momento y quiero llorar ahora mismo.

Duele tanto recordar la ingenuidad de aquel entonces.

Quisiera ir al pasado y decirme que tuviera cuidado, que no dijese nunca las palabras "te amo" de forma tan descuidada, pero eras tú, Venus.

Eras y eres tú.

Siento la impotencia en mis venas al notar que fue en ese punto en donde la galaxia dejó de ser aquello tan lejano a ser tú.

En donde las estrellas dejaron de ser aquellos puntos en el cielo a ser el sonido de tu risa.

Y desee morirme y renacer en aquellas hojas que caían a tu alrededor, rozando tu cuerpo que debía ser como el verano, cálido y hogareño.

Solo queda decir que desdichado fue el haberte encontrado, aunque afortunada fue mi alma al aventurarse en tu persona.


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¡Hola! esta es una historia en donde quise aventurarme, es mi primera historia así que estoy nerviosa ah, espero que les guste y nos vemos en otro día!♡

Dear Venus. [lzn + wwx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora