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Los cuatro iban caminando hacía la casa de las hermanas.
Sebas y Miriam iban un poco más adelante que la otra pareja.

-Miriam: Pensar que por esta misma calle caminamos desde que eramos amigos también.
-Sebas: Amor, eso es de unos pocos meses. Pareciera como si hubieran pasado años de eso.
-Miriam: Estoy segura de que volveremos a hablar de esto en algún otro momento de nuestra historia, precioso. Reacomodandose en Sebas. Colocó su cabeza en su hombro mientras seguía caminando.
-Sebas: ¿Qué fue lo que hizo que te fijaras en mí? Me lo he preguntado muchas veces.
-Miriam: Tú forma cariñosa de ser, lo amable y bondadoso que fuiste conmigo desde el inicio.
-Sebas: ¿Eso es algo en lo que te fijarías hoy en día?
-Miriam: El físico no me importa. Me importas tú.

Emilia dió un pequeño bostezo mientras se resfregaba los ojos. Estaba muy cansada por la clase de educación física.

-Emilia: T-Tengo.. mucho sueño..
-Engel: Amor.. no te quedes dormida a medio camino por favor.
-Emilia: ¿Me llevarías en tus brazos?
-Engel: Soy un fideo.
-Emilia: ¿Pero lo harías? Mirándolo con ojitos tiernos.
-Engel: Me estás colocando contra la espada y la pared. Supongo que lo haría.
-Emilia: Espero poder aprender a tocar la guitarra como tú lo haces.. Comenzo a cerrar sus ojos suavemente mientras se recostaba cerca de su pareja. Seguía caminando con los ojos entrecerrados.
-Engel: Tranquila, estoy seguro de que podrás aprender en nada de tiempo.

Luego de unos minutos de caminar unas cuadras, llegaron a la casa de las hermanas.

Sebas se dió cuenta que estaban muy cerca de la cuál es la casa de sus abuelos. Una coincidencia bastante grande.

Al momento de estar en la puerta, una de las hermanas miró al grupo.

-Emilia: ¡Ta chan! Llegamos. ¿Están nerviosos o siguen muy cansados como para reaccionar?
-Miriam: Tampoco les pongas más dificultad al día.
-Sebas: Se ve bonita la casa. Vamos, no hay tiempo que perder..
-Engel: ¿Dos pisos? Ustedes tienen lujos que cualquier otra familia.
-Sebas: Y uno acá con un departamento chico. En fín..
-Engel: Loco, también está la casa de tus abuelos.
-Sebas: Que por cierto está muy cerca de aquí.
-Miriam: Hablemos adentro mejor.. Sacando las llaves para entrar.
-Sebas: Alguien está muy entusiasmada por lo del trabajo.
-Miriam: Me va a dar vergüenza cantar frente a ti pero.. hagamos lo mejor que podamos. Abriendo la puerta.
-Emilia: Hoy solo va a estar mi madre que aún no llega, así que no va a pasar nada. Tiene bastante confianza con nosotras de igual modo. Entrando. Sientanse como si estuvieran en casa.
-Sebas: Me gusta el living. ¿Podriamos ver una película luego de practicar?
-Engel: Puedo estar hasta tarde, mientras me pueda ir con Sebas.. no debería haber problema.
-Sebas: ¿Eso es un sí?
-Miriam: Depende de qué tan bien lo hagan Emilia y tú, amor mio.
-Emilia: No me subestimes. De hecho, ¿vamos altiro? Así tenemos más tiempo libre.
-Engel: Está biEEEEEN-

Emilia había agarrado a Engel del brazo llevandolo a su habitación en el segundo piso para practicar. Miriam se quedó impactada por la actitud de su hermana mientras Sebas soltaba unas pocas carcajadas.

-Miriam: B-Bueno.. eso fue imprevisto.. ¿amor?
-Sebas: ¿Dígame my love?
-Miriam: ¿Vamos al patio a practicar? Así podremos cantar sin mayor dificultad.
-Sebas: Detrás de ti, mi purrincesa.

Miriam sentía que ya había escuchado esas palabras en algún lado, pero se rehúso a prestarles mayor atención.

Los dos muchachos fueron al patio que tenía la casa.

-Miriam: Tal vez te preguntes por qué mi madre no está en casa aún..
-Sebas: La verdad me la esperaba vigilandonos como si fuera un robot. Se le veía más exigente cuando fueron a mi depa.
-Miriam: Que no te asuste una mirada fingida.. tenía miedo de que fueras otro hombre malo para mí.. pero no es así. Dandole una sonrisa.
-Sebas: El día que yo me encuentre a ese imbécil por la calle le voy a dejar a toda su familia de luto.
-Miriam: No pienses tonteras.. ¿practicaste la letra de la canción que te dije? La de The Chainsmokers.
-Sebas: La estuve viendo así de reojo.. ¿quieres comenzar ya? Si quieres vamos por un vaso de jugo y hablamos de alguna cosita antes de practicar.
-Miriam: ¿Sabes dónde está el refrigerador si quiera?
-Sebas: No lo sé, ¿quieres ser mi guia personal? Besandole la mano mientras estaba en una postura elegante.
-Miriam: Qué lindo.. vamos, mi niño. No podemos perder mucho tiempo.

Engel y Emilia ya estaban practicando mientras Emilia trataba de comprender la canción con la guitarra.

-Engel: Nunca me contaste.. ¿de quién es la guitarra que llevas ahora mismo?
-Emilia: De mi padre. Era guitarrista pero ya no toca desde hace años. Aún así me contó que tocaba muy bien y decidió dejarnos la guitarra a las dos.. y acá estoy, ocúpandola por primera vez.
-Engel: Así que tú padre tocaba la guitarra.. interesante. Veamos si esos genes se compartieron o no. ¿Quieres comenzar?

Emilia al escuchar lo que dijo Engel se colocó un poco nerviosa y sus manos comenzaron a temblar, ella sabía que tenía que contar la verdad por muy cruda y dolorosa que pudiera ser. Ella asintió con la cabeza a la pregunta de Engel.

La polola de Engel comenzó a tocar la guitarra mientras trataba de concentrarse en lo que debía hacer.

Luego de unos breves minutos, ella dejó de tocar.

-Engel: ¿Amor? Ibas perfecto.. ¿pasó algo?
-Emilia: Mi vida.. Ay. ¿Puedo tener un momento de discreción contigo? Hay algo que debí contarte.. pero que no lo hice por el miedo que sentía y sigo sintiendo..
-Engel: Momento.. me estás colocando muy nervioso.. ¿qué es lo que me tienes que contar? Por favor sé directa.

Por algún motivo inexplicable, la hermana de Miriam se sentía obligada a contarle la verdad a Engel para que su corazón se mantuviera en paz. Como si en otra vida jamás se lo hubiera contado.

-Emilia: Ángel... yo- Unas lágrimas comenzarón a caer mientras trataba de contarselo.
-Engel: ¡¿Emilia?! Abrazandola al instante para calmarla. Tranquila.. no llores. Calmadita te ves muy bonita..
-Emilia: L-La verdad es que yo.. Soltandose un poco de los brazos de su amado. Miriam.. ella no es mi hermana de sangre. Yo so-soy adoptada.
-Engel: ¿Cómo dices? Emilia..
-Emilia: Mis verdaderos padres me abandonaron cuando yo tenía apenas cuatro meses de vida.. los padres de Miriam me encontraron y críaron.. cuando crecí y ya era una niña ellos decidieron contarmelo para no tener ninguna mentira entre la familia. Yo hasta el día de hoy tengo en la cabeza que soy adoptada. Perdón por no contártelo antes. Lanzandose a los brazos de él.
-Engel: Amor.. no pasa nada. Abrazandola. Debe ser muy duro hablar de esto al alza y aire como si nada.. pero tus verdaderos padres son quienes te crían y te dan valores.. tú eres la hermana de Miriam. Secandole las lágrimas. No llores más. Te amo. Si crees que me iba a molestar por esto.. no es así. Estoy feliz de que me hayas dicho la verdad..
-Emilia: Merecias saber la verdad de todo.. Miriam también lo sabe. Ella jamás tuvo ningún problema conmigo ni yo con ella.. como tú dijiste, somos hermanas y amigas.
-Engel: Tú y tu hermana fueron muy valientes al poder salir adelante luego de algo tan duro.. acá estoy yo para darte la felicidad que te mereces mi preciosa. Acariciandole el pelo.

La chica y su pareja se quedaron abrazados por unos minutos para calmar las penas de ella.

-Emilia: Bueno.. si quieres, podemos continuar.. Acariciandole la mejilla.
-Engel: ¿Quieres un vaso de agua para que estés más calmada?
-Emilia: S-Sí.. por favor. Sollozando un poco.
-Engel: Esperame aquí, vengo en un momento.
-Emilia: Los vasos están cerca del lavamanos en la cocina. Te darás cuenta.
-Engel: Bueno mi amor.. Besandole la frente. No llore más mi niña, no tienes por qué seguir sufriendo.

Engel bajó a buscar un vaso para su chica preferida.

Sebas y Miriam estaba practicando la canción sin ocupar la letra que tenian a mano.

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