Un día antes

Capítulo 1

Estoy ordenando mis papeles de la escuela en el escritorio del living. La carpeta de matemática rebalsa de hojas, y debo quitarle algunas para poder seguir escribiendo y resolviendo problemas. Siento unas manos frías por la espalda. Me doy la vuelta bruscamente.
-¡Sam! Me has asustado.
-Adoro hacerlo -me dice riendo-. Es muy gracioso. Casi puedo notar el calor que te sube de los pies a la cabeza cuando te asustas. Y es curioso, porque sólo sucede conmigo.
Sam sólo viene a mi casa cuando yo lo invito, o cuando se estrenan capítulos nuevos de Gravity Falls, la serie que adoramos. Es mi mejor amigo desde los ocho años. Lo conocí cuando estaba jugando en el parque de mi casa, mientras la niñera cuidaba de mí. Él entró al parque a hurtadillas e inmediatamente se puso a jugar conmigo. Desde ese momento, nos consideramos mejores amigos (ya que yo no tenía vida social y él tampoco). Todos los días después de la escuela venía a mi casa, porque sus padres nunca estaban, y los míos... tampoco.
-Vine porque hoy se estrena Multioso, ¿lo olvidaste? Creo que ya empezó.
-Por supuesto que no lo olvidé. -En realidad, lo he olvidado completamente. Gravity Falls estrena capítulos todos los viernes, pero este se me pasó de largo-. ¿Cómo crees que puedo olvidarme? ¿Todavía no me conoces?
Él entrecierra los ojos, esos dulces ojos negros que me miran con cariño. Luego sus finos labios esbozan una sonrisa para mí. Me toma el rostro con la mano derecha y me acaricia con el pulgar.
-¿Sabes algo? Cuando mientes, frunces notablemente las cejas. Deberías ser más disimulada.
Alzo una ceja y miro a Sam. Con ese comentario, demuestra que me conoce verdaderamente.
-¿Qué te parece un helado con el capítulo nuevo de Gravity Falls? Combinan perfectamente -digo riendo.
Sam se ríe y asiente con la cabeza. ¿Por qué su sonrisa es tan dulce? Tiene algo especial que me atrae.
-¿Aún de crema granizada y chocolate? -pregunta relamiéndose los labios.
Asiento con la cabeza. Se aparta de mí, me lanza una mirada por última vez, guiñando un ojo. Abre la puerta de espalda y se pierde por el camino de piedra que hay en la entrada de mi casa.
¿Fue a comprar helado? Sé que Sam es demasiado bueno y seguramente fue a comprar lo que le he pedido.