Tras soplar mi palma durante varios segundos con desesperación, noté que la herida no dolía en absoluto.
— ¿Qué es esto? — pregunté exaltada mirando a Min. Él con una expresión neutra, solo levantó los hombros dándome a entender que no tenía idea.
Debería dejar de pensar que obtendría respuestas por parte suya, sin decir nada más, corrí al baño y comencé a lavar mis manos como si no hubiera un mañana; mi intento fue en vano las letras no desaparecían. Volví a mi habitación raspando mi piel con las uñas y seguía sin lograrlo.
Min ya no se encontraba en mi cuarto, cansada lo último que hice para resolver este problema fue untar una crema y recostarme a dormir, mañana debía volver al colegio y será un largo día.
Tras dar mil vueltas en mi cama logré dormir, teniendo un sueño bastante perturbador.
Andaba en un bosque siniestro, donde las hojas al ser pisadas crujían tenebrosamente, las aves volaban de aquí y haya, oía el ululato alarmante de un búho. Con miedo y sin rumbo seguía caminando, de repente oigo el aullido de un lobo, corrí desesperadamente sin saber a dónde iba, al intentar escapar tropecé por una rama cayendo a un abismo oscuro, grité aterrorizada extendiendo los brazos tratando de encontrar algo con que sostenerme, al caer durante varios segundos me desplomé sobre un suelo sucio.
Me puse de pie y miré curiosamente en mi entorno, un olor a quemado invadían mis fosas nasales, habían personas pidiendo auxilio. Los escombros de la habitación comenzaban a desmoronarse, todo a mí alrededor ardía en llamas.
Sin poder hacer nada corrí intentando escapar de allí.
— ¡Salgan todos por este lado! — gritó un joven en medio del cuarto, señalando una salida. — ¡Corran que no tenemos mucho tiempo! — murmuró con dificultad por la falta de aire.
Varias personas lograron evacuar el lugar, pensaba salir también por allí hasta que un escombro pesado cae encima del joven.
Desperté gritando, llena de cenizas sobre mi ropa. Observé a mi costado viendo el viejo reloj marcando las seis de la mañana. Sin pensar en nada más comencé a prepararme para ir al instituto.
Con mucha prisa entré a mi salón, tomando asiento en mi lugar. Repentinamente en la mano izquierda siento una punzada.
— ¡Maldita sea! — grité tras notar que las letras seguían grabadas en mi piel.
— ¡Todos guarden silencio! — gritó la profesora adentrándose en la sala de clases. Todos guardaron silencio y tomaron asiento. — Creí que este grupo ya no podría decepcionarme más, pero adivinen qué. Sí, lo hicieron — dijo con una cara bastante molesta.
— Maestra, ¿Qué ocurrió? — cuestionó una voz chillona.
— Todos reprobaron el examen — contestó la profesora, seguidamente se oyeron murmuros desesperados de mis compañeros. Mi corazón comenzó a palpitar mil por horas. — y para subir sus notas deberán hacer una investigación dual. — dijo abriendo su lista de alumnos.
Seguidamente comenzó a agrupar de a dos a todos mis compañeros, me encontraba bastante asustada y nerviosa, rezaba mentalmente porque mi dúo sea alguien rescatable.
— Irina y Zeul. — nombro cerrando su lista.
Al terminar de explicar a cada grupo sobre su tema de trabajo la profesora dio por finalizada la clase. La mañana había transcurrido de forma rápida, en todo momento pensaba sobre mi examen y en todo lo que debía hacer para dar lo mejor de mí en esta investigación; lo que consideraba más cómodo era que Zeul realizara su parte por su cuenta.
— ¡Hey! — escuche una voz a mis espaldas. Lo ignore. — ¡Irina! — Exclamo tomando mi hombro.
Voltee y era Zeul.
—Hola, te estaba buscando para distribuir el trabajo. — hablé serena. Zeul asentía con la cabeza tratando de tomar bocados de aire.
—Sí, si — dijo acomodando su mochila. — aquí te dejo mi dirección o si quieres podemos ir juntos a mi casa. — hablo rápidamente tomando su celular.
Lo observe confundida negando con la cabeza.
—No, yo realizare el trabajo en mi casa y tú en la tuya. — hablé impaciente, comenzaba a molestarme su energía.
—Lo mejor sería que lo hagamos juntos y mi casa queda cerca. —dijo toqueteando su móvil. En segundos mi celular comenzó a vibrar. — esa es mi ubicación, aunque iremos juntos de todas formas. — decidió guardando su teléfono.
Suspiré resignada y accedí a su petición. Sonrío orgulloso de su logro, lo observe detenidamente notando que alrededor suyo comenzó a resplandecer una luz de color naranja.
— Vamos, Irina. — hablo Zeul interrumpiendo mis pensamientos. Volví a mirarlo y la luz ya no se encontraba allí.
Asentí con la cabeza y salimos del colegio para encaminarnos a su casa, en todo el camino Zeul trató de establecer conversación era bastante sofocante yo simplemente no podía dejar de pensar en mi examen mirando el suelo.
— ¡Llegamos! — exclamo alegre. Suspire y levante la mirada.
No podía creer en donde me encontraba.
— ¿Aquí vives? — cuestione exaltada. Zeul arrugo la frente confundido y asintió.
¡Mierda! ¿Ahora qué demonios tienen para mí?
~●~
¿Quién eres tú que oculto por la noche entras en mis secretos pensamientos? (William Shakespeare)
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Irina Albu: El Bosque Hoia Baciu.
Mistério / SuspenseIrina es la esperanza de los que desesperan, la única abogada y auxilio de los pecadores, la segura salvación de los que acudan a ella. Novela original. Queda prohibida toda copia o adaptación parcial o total, ni toma de ideas, extractos, personajes...