(Ring... ring...ring...)
Lo cogí, quizás era Bean para discutir conmigo o New para pedirme explicaciones. Pero no, era mi abuela.
-Martina, ¿Qué tal te va todo?- preguntó con su voz tan dulce como las alas de un saltamontes en plena primavera, vale ya sé que se me dan mal las comparaciones, pero al menos lo intento.
-Me va muy bien- le mentí- estoy super contenta con mi trabajo e incluso he encontrado el amor-dije con tono serio.
-¿Ah sí?¿Estás segura?- sabía que no había colado, ella siempre sabe cuando le miento y cuando no, no sé como lo hacía, supongo que será adivina.
-No abuela, estoy mal, me gustan dos chicos y no sé con cual de ellos salir en serio- dije con un tono realmente preocupante.
-Martina, siempre has sido inteligente y has sabido lo que querías desde un principio, así que elige el que más te convenga- tenían tanta sabiduría sus palabras que me motivaron bastante.
-Gracias abuela, lo haré.- tuve que colgar yo ya que mi abuela no sabía como colgar la llamada.
Cogí la carta y la abrí: "Martina no soy tonto ¿vale? , sé que te has estado viendo con uno de los clientes de mi restaurante, te espero a las 9:00p.m. para darte las ganancias de estos dos largos días"
No lo entiendo si New ha sabido lo de Bean desde el principio ¿Por qué vino a mi casa?
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Fui al restaurante, estaba tan vacío como el primer día que estuve aquí, entré decidida.
-New ¿Estás ahí?- pregunté con decisión.
-Sí- dijo con tono enfadado- ven y coge tu paga de estos dos días.
-Pero New, deja que te de una explicación-.
-¿Una explicación?¿Crees que tienes derecho a darme una explicación?- dijo mientras me zarandeaba el brazo y me besó- ¿Acaso yo no beso mejor?- me volvió a besar y me condujo hasta un cuartito que había arriba del restaurante, al entrar vi que aquel cuarto estaba recubierto enteramente de oro lo cual me asombró muchísimo- ahora te voy a demostrar que yo soy mejor que él- me besó fuertemente y me arrancó la ropa, la verdad es que lo hacía bastante bien; Tras veinte minutos, se levantó me dejó un papel encima de la cama, se vistió y desapareció.
Abrí el papel: "Te espero mañana a la misma hora aquí en el restaurante, ven guapa, te quiero fea". Nada tenía sentido.
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Fui a casa y mientras subía las escaleras que iban hasta mi piso vi a Bean de espaldas, llevaba un oso de peluche y una margarita blanca, estaba realmente encantador; se giró y sonrió.
-Bean, lo siento yo no quería- me besó, me encantaban sus besos buah era tan mono.
-Martina, a pesar de todo lo que ha pasado quiero seguir luchando por tí, mi vida no tiene sentido si no estás en ella- me sentía fatal y empecé a llorar.
-Lo siento, Be-ean- dije entre sollozos y me volvió a besar.
-Anda tonta, entra y lavate la cara- abrí la puerta, me desnudé y me giré, empecé a besarlo y aunque él al principio no quería solo tuve que darle unos cuantos besos con mi respiración agitosa para que el Bean romántico y sensible pasase al Bean que más me gustaba, el Bean que se dejaba guiar por sus instintos, empezó a morderme el cuello cada vez con más fuerza y me cogió en brazos para llevarme a la cama, ya allí me acarició y besó el cuerpo desde mi cuello hasta el límite de mi cintura; entonces paró y me ató a la cama, casi una hora después de haber estado jugando con mermelada, nata y lubricantes y tras varios orgasmos, me desató y me abrazó hasta que me quedé dormida. Ya sé que la había liado otra vez pero en ese momento era realmente feliz.
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Sí o No
RomanceUna joven llamada Martina D'Amico ha viajado a Roma en busca de trabajo, pero sin esperárselo se ve envuelta en un pentágono amoroso compuesto por cinco personas, del que le será muy díficil decidir con quién enamorarse de verdad. Cuando al fin deci...