Siempre me he comparado con las mariposas, desde pequeña he tenido el deseo de ser una de ellas, poder volar alto y tener unas alas hermosas, poder ser admirada.
Ha medida que crecía esa ilusión se hacía más grande y sentía que podía lograr todo lo que me propusiera, volaría.
Pero primero tenía que dejar de ser una oruga y transformarme en crisálida.
Y eso fue lo que hice.
Cada día que pasaba me esforzaba más y más, debía salir de la crisálida para poder volar y conseguir eso que tanto quería, orgullo y admiración.
Ese día llego, rompí la crisálida,salí y comencé a volar.
Al principio con torpeza pero con un poco más de esfuerzo lo conseguí.
Volé alto...
Más...
Y más...
No pensaba en nada más, solo en volar cada vez más alto.
Ese fue mi problema.
Estaba tan cegada que no me preocupaba por otra cosa que no fuera volar.
Hasta que me atraparon, pero no solo a mi sino también a mis sueños de seguir volando.
Me atraparon y cortaron mis alas.
Soy Alexandra Danae García Gutiérrez, tengo 23 años, soy de México y ya no soy una mariposa.
A lo mejor nunca lo fui, pero al parecer me di cuenta muy tarde.
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La mente de una mariposa ©
RomanceCuando era una pequeña oruga siempre quise saber que sentían las mariposas, quise saber la sensación cuando volaban. Mi sueño era ser libre como una mariposa y poder tener unas hermosas alas que me permitieran subir alto y un día, después de salir d...