C1:Ya no soy una mariposa

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Mi vida es tan triste y apagada desde ese día, ya no soy la misma.

Ya no soy la chica que reía todo el día, la que sonreía por las estupideces de papa, la que soñaba con ser la mejor, la que bailaba a todas horas y la que simplemente era feliz.

Todo por esa noche, la noche en la que mi vida quedó marcada para siempre.

Hay veces en las que me pregunto porque me tocó a mi vivir eso.

¿Acaso hice algún mal a alguien para que me hicieran eso?

¿Soy mala persona y la vida me la cobro de esa manera?

Pero en otras en las que recapacito, veo el mundo y veo que nadie es malo, ya que cuando nacemos somos seres inocentes que no saben ni del bien ni el mal de sus actos, el odio viene despues, con los actos de las personas y de esos actos se forma el odio y la venganza.

Y creo que esa noche era mi turno.

Ese día apagaron mi ilusion, mi sueño, mi vida y mi felicidad.

Pero encedieron mi odio.

Yo nunca volveré a ser la misma, estoy marcada para siempre, pero parece que eso la gente de mi alrededor no lo entiende.

—Hija alistate, hoy te toca cita con el psicólogo.

—Ya te dije que no voy a volver.

—Claro que vas ha ir Alexandra Danae, el medico te ayuda mucho y...

—Ese hombre no me ayuda en nada, ya nadie me puede ayudar.

—Claro que si hija solo que tú no te dejas.

—Tú todo lo ves tan facil, claro, no fue a ti a la que le arruinaron la vida.

—¿Tu sabes el dolor que es para una madre que le hayan hecho eso a su hija, verte sufrir todos los días?

—No, el dolor que yo siento es peor que eso, fue a mi a la que se lo hicieron, fui yo la que lo sentí.–digo con lagrimas en los ojos—Soy yo la que sueña cada noche con ese horrible día, la que tiene que andar de psicólogo en psicólogo para querer tratrar un problema que ya no tiene solución, y soy yo la que tuvo que dejar sus sueños porque cada vez que intento pisar un escenario me recuerda a esa noche.–termino y me seco las lagrimas

—Mi mariposita...

—No, ya no soy niguna mariposa, nunca lo fui.

—Dana...

—Te pido que salgas para que pueda vestirme.

—Hija...

—Ahora no.

—Esta bien.–Se acerca a la puerta y sale.

Y me derrumbo.

Lloro recordando esa noche, cada cosa que me hicieron, lo recurdo todo.

Lloro de impotencia, angustia y dolor.

Lloro por lo que fui y lo que pude haber sido.

Lloro por todo lo que perdí y no creo recuperar.

Ya que toda mi vida pasada me recuerda a ese suceso y lo odio.

Voy hasta el baño llorando y cuando entro me miro al espejo.

—¿Por que me lo tuvieron que hacer a mí?–Cojo un perfume del tocador y lo aprieto fuerte—¿Por que cuando dije que no tuvieron que seguir?

Aprieto mis dientes y presiono más fuerte el perfume en mi mano.

La mente de una mariposa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora