【Twenty one】

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El humo del lugar lo hastiaba en demasía, era cosa de todos los fines de semana seguido de lidiar con personas que no sabían medirse en el consumo del alcohol, como dueño de aquel club nocturno debía mantener un orden y llevárselo tranquilo para no meterse en problemas pero había veces que quería mandar todo al diablo y golpear a unas cuantas personas, sin embargo algo lo hacía contenerse; Cuando salía a fumar sus cigarrillos y se encontraba con un chico que le miraba fijamente; Un chico de cabellos castaños y una vestimenta demasiado infantil, extrañamente le transmitía paz y lo hacía sonreír. Aun así aquel chico solo miraba a través de una vitrina de la cafetería que se encontraba frente al club y cuando Yoongi le correspondía la mirada aquel chico se sonrojaba y le evitaba, aquello era cosa de todos los finesde semana, cada viernes, sábado y domingo, días estresantes y alguno que otro bueno para el pelinegro.

- Mira quien está ahí.

- Deja de mirarlo - Yoongi bufó mirando hacia el lado opuesto.

- ¿Por qué debería?

- Le tomas mucha importancia.

- Deberías tomarla tú, aquel chiquillo parece venir a espiarte diario hasta que aquella cafetería cierra.

- Venga Hoseok, no es como si me importara.

- ¿No? -Enarcó una ceja- Pues debería, ¿No has pensado que puede ser alguien a quien a mandado uno de tus enemigos?

- No tengo enemigos.

- Ni tú te crees aquello -Sonrió con sorna- Le ganaste el negocio de la cocaína al club de dos cuadras.

- ¿Hice aquello? -Min colocó un cigarrillo en su boca para seguidamente encenderlo y exhalar el humo- Ellos venden el LSD más que lo que yo, ¿Debería considerarlo mis enemigos?

- Retomemos nuestro punto principal -Le miró- Ve a enfrentar a ese.

- No me ha hecho nada malo y míralo -Chasqueo la lengua- No se mira como alguien que fuera a sacar un arma.

- Las apariencias engañan Min.

- Recién el fin de semana comienza, puedo enfrentarlo mañana, ahora deja de joder.

Yoongi siguió con su labor de terminar el cigarrillo. Cuando hubo terminado lo tiró para seguidamente aplastarlo y girar su mirada a aquel chico quien aún le miraba. Ese día fue diferente, ninguno de los dos se inmutó en lo absoluto y Yoongi ladeó un poco la cabeza confundido de que el contrario no se hubiese intimidado como lo hacía siempre, ¿Y si realmente era alguien que lo espiaba para inclusive matarle? Min sonrió negando con la cabeza al haber pensado que sería un honor morir a manos de alguien tan bello.

El sábado había llegado, la rutina de tener que dar indicaciones había comenzado, siendo las cinco de la tarde. No dieron ni las nueve de la noche cuando ya estaba corriendo a su mejor amigo en un estado crítico de alcohol.

- He pedido un taxi, ve a casa.

- Yoongi hyung ¿Me estás corriendo de tu club? -Las palabras por aquel rubio fueron difíciles de pronunciar.

- Taehyung... estás muy mal, vete

- Mi novio me acaba de dejar, ¿Y me estas corriendo? -Tae suspiró con lagrimas en sus ojos- Dijiste que podía venir aquí cada que lo necesitara.

- Lo dije -Le miró- Pero ve tu estado, por favor ve a casa y mantente sano.

- Eres el único amigo que tengo para que me consuele en mis rupturas amorosas.

- No seas ridículo Tae -Viro los ojos- Sabes que si pero lo hago por tu bien.

- Nos vemos mañana.

Twenty One || YoonjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora