☾7: El pasado del lobo

229 22 11
                                    

Desde nuestro lado podía ver como la cortina se deformaba por los golpes del exterior

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Desde nuestro lado podía ver como la cortina se deformaba por los golpes del exterior.

— ¡Oye! ¡Ven aquí! —gritó el otro Yuri llamándome hacia la parte trasera del negocio mientras Otabek movía una enorme estantería y la acomodaba tras de la cortina de fierro.

Seguí al chico por una serie de gradas muy empinadas y antes de llegar abajo tanteó en la pared. Sus dedos resbalaron muchas veces pero finalmente pudo descorrer algo como una trampilla muy bien escondida.

—Por aquí—señaló entrando por un estrecho canal que parecía un ducto de ventilación, el cual atravesamos caminando a gatas y cambiando de dirección constantemente. Él ya conocía el camino.

— ¿Y Otabek?

—Ya vendrá con nosotros. Debe de estar esparciendo supresores de olor por la tienda para que los carnívoros se confundan y no nos encuentren. En especial a ti.

— ¿A mí?

—Tsch... eres un herbívoro omega, ¿no? Tu olor les encanta.

Llegamos al final de una desembocada en una habitación escondida que lucía como la madriguera de Viktor. Nos encontrábamos en un nivel subterráneo y la habitación contaba con una serie de puertas pequeñas.

—Es a aquí donde realmente vivimos. Los carnívoros no nos encontraran—señaló una trampilla en el techo—. En caso de emergencia escaparemos por ahí. Es un túnel que desemboca a la parte trasera del almacén de al lado. Los carnívoros atacan en manda, así que es fácil determinar donde se encuentran y evitar cruzártelos.

Me indicó un largo diván para que pudiese sentarme.

Él descansó en un nido similar al que Viktor tenía para nosotros.

— ¿Cuánto crees que tarden en irse?

—Los pacificadores deben estar en camino. En ese caso, podemos salir de aquí en dos o tres días.

— ¿Días? —Pregunté consternado— ¡Yo debo de regresar pronto a casa! ¡Viktor se enfadara!

Me miró y supe que había dicho algo incoherente para él, pero muy lógico para mí.

—Viktor nunca se enfada contigo. Seguramente sabe que estas aquí.

— ¿Eh? ¿Cómo va saberlo?

Abrió los labios para decirme algo, pero fue entonces que Otabek apareció.

—Esparcí el gas supresor por todo el lugar. Estamos a salvo.

—Tsch... me molesta no enfrentarlos. Podría liarme con unos cinco sin problema alguno y...

—Son los "Tigres blancos" —el chico palideció—. No se te ocurra, Yuri. Soy yo quien debe protegerte.

— ¿Tigres blancos? —pregunté.

Hunter [Omegaverse/YOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora