Después de una semana de posar para el lente de Pamela, Macarena estaba acostumbrada al medio ambiente y al hecho de que Graziela siempre estaba cerca. Se sentía incómoda, no lo podía negar, pero al menos Barbara estaba con ella; y no le molestaba tanto como ella suponía. Excepto cuando necesitaba cambiarse de ropa y sentía la mirada de Graziela sobre su cuerpo, pero pensaba que eran alucinaciones suyas.
Debía ser solo paranoia.
Un flash destello contra sus ojos, sacándola de su sueño sobre su novia y la boda de la que siempre hablaban, pero que en realidad nunca llegaban a ver. Un nuevo fotógrafo entró a formar parte de el equipo y Macarena tuvo que cambiarse de ropa, un traje completo; una blusa blanca debajo con una corbata negra, y una chaqueta y unos pantalones negros con rayas blancas. Su cabello debería estar recogido, pensó, pero el estilista se lo estaba soltando.
Barbara no apartaba la vista de Macarena.
Era fascinante, nunca se cansaba de pensar eso, de decirlo a sí misma; Macarena en su versión modelo era algo digno de ver, la forma en que se entregaba a las cámaras, cómo todo le parecía tan natural. Barbara bien podría haber estado babeando sin siquiera darse cuenta. O tal vez no le importaba que estuviera babeando por la mujer más bella de México.
Que por cierto era su novia.
Caminaba hacia ella con un traje que era casi tan impresionante como su sonrisa, no, nada comparado con la sonrisa de Macarena. Barbara envolvió sus brazos alrededor de su mujer cuando estaban demasiado cerca.
- ¿Te estás divirtiendo?
- Oh seguro. Babear por mi novia es mi deporte favorito.
- ¿Mejor que pelear?
Barbara sonrió y le dio a Macarena un beso en el cuello, luego miró a la novia.
Definitivamente mejor que pelear.
- El viernes comenzaré los ensayos de la telenovela.
- Estoy consciente.
- Desafortunadamente no puedo acompañarte.
- Porque no sé si puedo resistir verte besando a otras personas frente a mí.
- Nadie dijo que voy a besar a alguien, amor.
- Vas a tener pareja romántica bebé . Es mejor evitar que quiera romper la cara de cualquier hombre.
Macarena jaló el cabello de Bárbara, atrayéndola hacia ella, de una manera un poco brusca, acercando aún más a la morena. Era casi como si estuvieran solas en esa enorme habitación.
- ¿Mencioné que me excitas cuando te pones posesiva?
- No deberías hablar de exitacion cuando usas este atuendo y me agarras del pelo de esa manera.
Pero las manos de Barbara ya estaban apretando la cintura de Macarena de una manera deliciosa.
- ¿Ah no?
- De ninguna manera.
- ¿Porque no?
Barbara sonrió como un gato y acercó su rostro a la oreja de Macarena. Como siempre, la tensión entre ellas se intensificó, Macarena se encontraba apretando el cabello de Barbara, como si sintiera a la mujer en cada esquina de su cuerpo. Tal vez realmente lo hacía. Hablando en sentido figurado.
- Porque sabes que es fácil para mí ignorar a todos en esta sala, arrastrarte a la esquina más cercana y follarte.
Macarena tragó saliva, pero sonrió.
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El mar de tu mirada | Barbarena I Terminada I Editando
RomanceBárbara Lopez vive una vida tranquila y pacífica. Trabaja en una conocida librería en el centro de Monterrey; La mayoría de las personas son clientes antiguos que la conocen desde que era una adolescente cuando solo era la hija del dueño del lugar...