Cuando la bóveda fue abierta, Derek Hale solo esperaba encontrar a los betas que por tanto tiempo había estado buscando, no esperaba que en medio de aquella oscuridad, un fragmento oculto de su pasado volviera a su vida.
Su hija, Beverly Smoak.
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Los rugidos de advertencia en el lugar obligaron a Beverly a abrir los ojos de inmediato y pararse de su cama para ponerse alerta, por lo que estaba escuchando las cosas no estaban bien en la manada, había movimiento, podía escuchar a los demás betas correr por los pasillos y a Lincoln, el alfa; rugir con furia. No lograba averiguar que era lo que estaba pasando y tenía curiosidad, pero a la vez, la sensación de peligro y miedo la invadían por completo. Era la mas joven, apenas tenia 14 años y sabia que su llegada a la manada hace meses no había sido bien recibida por los demás, por lo en el peor de los escenarios podría ser una rebelión de los betas y tanto su vida como su seguridad se encontraban en peligro.
Su primer impulso fue salir huyendo de la casa, pero era obvio que los demás percibirían su aroma en el momento que atravesara la puerta de su habitación.
- ¡Katia ve por la chica!
Entro en pánico, no lograba controlar los latidos desenfrenados de su corazón y sintió pavor, no lograba pensar con claridad y el tiempo se le acababa. Escucho el potente rugido del alfa y luego los golpes en la puerta de su habitación, había sido una suerte que hubiera asegurado la puerta antes de irse a dormir o sino, su cabeza ya habría estado rodando por el suelo.
- ¡Vamos, Beverly! -grito con furia Katia.- ¡abre la puerta!
Se encogió en hombros, estaba estática apenas podía mantener controlada su respiración, no sabia que hacer.
Volvió a rugir el alfa y en el pasillo se escucho el forcejeo de lucha, pronto el aroma de alguien conocido le dio la confianza a Beverly de abrir la puerta y salir corriendo de allí. Reed, un beta que había sido amistoso con ella; estaba luchando con Katia.
- ¡Vete, Bevs!
Bajo con rapidez las escaleras y en cuanto estuvo en el pasillo fue testigo de una horrible escena, los cuerpos de otros betas estaban esparcidos en el suelo, había un enorme charco de sangre en este y las paredes estaban ensangrentadas.
Ahogo un grito de horror y se pego a la pared, había unos que estaban aun luchando entre ellos y pudo ver a Lincoln luchando con Connor a muerte.
Un sonido fuerte la obligo a volver a poner los pies en la tierra, cuando levanto la mirada reaccionando Reed había sido empujado desde el segundo piso de la casa y su cuerpo había impactado a unos centímetros de ella.
Estaba lleno de sangre, podía ver profundos cortes de garras en su pecho y temerosa se acerco a él.
- Bevs, huye... -susurro con la voz ahogada.
Fue hasta donde el joven sentándose en el suelo junto a este y acerco su mano para alejar algunos cabellos de su frente. Reed respiraba con dificultad, podía escuchar los débiles latidos de su corazón y por lo que podía observar, tenía una hemorragia interna. Sabía que iba a morir, no había nada que pudiera hacer por él y no pudo evitarlo, al encontrarse en aquella situación no había podido mantener bajo control sus emociones y había empezado a llorar.
