Era una noche lluviosa de junio, raro para la época del año. Pero estos días le fascinaban al doctor Barret, sobre todo en los momentos que necesitaba de suma tranquilidad. El hombre era verdaderamente tranquilo; sentado ahí, tan taciturno, paciente, esperando, como si a que algo pasará; un momento, un suceso. La enigmática sonrisa que esboza por un corto instante le da aún más, un semblante sombrío.
De pronto alguien llama a la puerta, él se levanta, acomoda su saco y se coloca enfrente de una ventana, contempla un breve instante el paisaje lluvioso y dice,
-Adelante- dos jóvenes de complexión mediana y moderada estatura, entraron en la oficina de tamaño descomunal y se colocaron justo enfrente del bello escritorio de caoba, sin decir ni una palabra, sin hacer ningún tipo de gesto y parados firmemente, esperando que el Doctor les diera alguna especie de indicación, pero el elegante hombre seguía mirando por la ventana como si estuviera en algún tipo de trance provocado por la tormenta que contrarrestaba con una noche obscura y densa. Pero uno de los dos jóvenes, una chica de 1.71m de estatura, interrumpió aquel trance del doctor aclarando levemente su garganta en señal de impaciencia.El doctor ante esta señal solo respondió diciendo
–la paciencia es una gran virtud señorita, intente respirar- el hombre se alejó de la ventana lentamente con los brazos en la espalda y caminando lentamente hacia su escritorio al momento que hablaba
–Entiendo que estén un poco nerviosos- voltea a ver a los jóvenes y nota un semblante de suma seriedad –O tal vez no, pero da igual – Se sienta en la silla de su escritorio –Hemos invertido seis años es su entrenamiento, preparándolos para un día como el que van a vivir, así que, esperamos resultados favorables... Se estarán preguntado ¿Por qué no lo hacen ellos? Pues fácil, los entrenamos a ustedes para ello, uno de los dos está más cerca de objetivo, convive con él, es inclusive su mejor amigo- voltea y mira al chico de 1.75m de estatura que esta junto a la joven – Así que, podrá confiar en ustedes. Ocupamos deshacernos de todos lo que la conozcan, borrar su historia y su pasado, por si la infección no lo logra hacer. Ocuparemos ciertos datos que deberán obtener, será peligroso, pero después de todo… ustedes son los mejores.- La habitación se volvió en un silencio sepulcral que contrarrestaba con el monzón que azolaba el exterior. Los jóvenes seguían con la misma expresión fría y sin emociones con la que llegaron al encuentro con aquel doctor.El silencio se des quebrazó cuando el caballero en el cómodo haciendo hizo una mención.
–recuerden que esperamos su total eficacia, o su familia pagará las consecuencias-
se levanto levemente del asiento, los miro fijamente y dijo…
-Pero, para que se los digo?... si eso ustedes ya lo saben-
cruzo la fría mirada con el joven y la mantuvo por algunos segundos, sonrío y agrego
–Pueden retirarse-Aquellos dos muchachos se levantaron, dieron media vuelta y caminaron lentamente hacia la puerta, el doctor tomo asiento y giró su silla hacia atrás, sosteniendo una sonrisa maquiavélica en su rostro, entrelazo sus dedos y exclamo fuertemente, al momento que los jóvenes se disponían a abrir la puerta
-¡Y por si acaso eso nos es suficiente, permítanme decirles que si sacan sana y salva a la chica, junto con todos los archivos y datos que necesitamos, recibirán un pago suficientemente grande! Bien, pueden marcharse, y suerte.-Los jóvenes abrieron la puerta y salieron de aquella enorme y lúgubre habitación, pensando en su misión y que la gente a la que más querían, podían pagar con sus vidas el hecho de que ellos cometieran un error y fallaran la encomienda del doctor. A ellos no les importaba la mención del dinero, a ellos los que les importaba era salvara a su familia. Una vez fuera de esa habitación, el doctor se levanto de la silla y camino lentamente hacia una puerta plateada que yacía a un costado del escritorio, se detuvo justo enfrente de la misma y llevo su mano a un lector de huellas. La puerta se abrió de inmediato, el doctor entró por el portal, se dio la vuelta y presiono una flecha que señalaba hacia abajo.
El misterioso hombre siguió manteniendo el mismo semblante sombrío con el que había despedido a los chicos.La puerta volvió a abrirse, pero esta vez dejo ver un enorme laboratorio, en el cual se adentro el doctor. En el gran laboratorio había unos enormes contenedores de vidrio y en su interior yacían unos cuerpos inmensos, parecidos a humanos, de alrededor de 2.30m, sumamente musculosos pero con el rostro deforme. Para el doctor estas creaturas le provocaban una enorme sonrisa cuando la veía, tal y como si planease usarlos para un fin macabro.
El hombre llegó a una habitación pequeña donde, en una silla, se encontraba un sujeto mirando a través de un microscopio, este dijo:
-El compuesto fue liberado con éxito señor- al doctor pareció causarle alegría el escuchar esas palabras y dijo.
-Y que me dices de los Tr-X… ¿ellos están listos?- el científico dejo de mirar por el microscopio, giro su silla y miro al elegante hombre y agrego
-Están listos señor, pero… si los libera puede que también maten a los chicos- el doctor mirándolo fijamente, sonrío y dijo
-No se preocupe por ellos. Los entrenamos para algo así- se da media vuelta, camina hasta donde esta una mesa donde hay tubos de ensayos, toma uno y agrega
-De todos modos, si los Tr-X los llegasen a matar…- deja el tubo de ensayo de nuevo en su gradilla
-Aun así tendríamos a la chica...- Barret regresa la mirada al científico esperando una respuesta, pero lo único que encuentra es silencio. A lo que Barret responde diciendo
-Los chicos deben de sobrevivir, su familia depende de que ellos lo hagan- cuando se disponía a salir de ahí el científico dice
-Pero… no cree que gracias a eso lo puedan traicionar?- Barret se da la vuelta y le dice
-Tal vez la chica lo intente, pero no él chico… Recuerda que otra persona ajena a su familia muy importante para él, depende de que él haga todo lo que le ordenemos- dándose media vuelta agrega
-Preparé todo mi amigo, se aproximan días llenos de diversión- se va atravesando los pasillos por los cuales había llegado, abriendo la puerta del elevador y entrando en el mismo. Pero antes de que se cierren las puertas, sonríe ligeramente, llenando su mirada de placer sumamente sádico, tal vez por poseer completamente el destino del mundo, o por la satisfacción de manejar a dos personas a su merced ya que con solo un chasquido de sus dedos, los muchachos cumplirían cualquier voluntad por más ridícula que fuera.
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The begin of the end
Science Fiction¿Qué pasa cuando todo lo que conoces esta por terminar, cuando la gente a la que estimas no es lo que crees? Eres una de las salvaciones de todo lo que conoces y si fallas, no solo perderás tu vida, sino la de todos los que amas...