La fiesta realmente estaba aburrida, nada comparado a lo que estaba acostumbrado yo, nisiquiera había chicas bonitas, la mayoría eran mayores y niñas pequeñas. Mi padre y madre hablaban con sus invitados de no se que. Al parecer el único aburrido aquí no era solo yo, desde hace unos minutos veía a una chica sentada en unas cuantas mesas delante de donde estaba yo, ella estaba de espalda por lo cual no lograba ver su rostro, me acerqué a ella, a lo mejor podría entablar una conversación con ella hasta que la hora de irme de aquí llegue, apenas faltaba media hora para poder salir de aquí e ir a divertirme de verdad. Me senté junto a ella ganándome su atención.
-Hola. -dije mirándola.
~~Tn~~
Tenía sueño y ni aun así mi padre se compadeció de mi, debía ir toda la familia a una dichosa reunión en una empresa.
¿QUIEN HACE FIESTA UN SÁBADO? o claro, todos, simplemente que yo era la típica chica que no le gusta salir y prefiere estar encerrada en las cuatro paredes de su cuarto y a la cual le parece raro que los demás se diviertan, si esa era yo, la más aburrida de la familia o eso decía Haeeun.
-Te vez hermosa hija. -comento mi madre al verme bajar, claro que me veia hermosa si ella misma se encargo de hasta contratar maquilladora.
-¿Nos vamos?
Todos salimos y nos montamos en las camionetas las cuales nos llevarían a esa dichosa fiesta. Al llegar todo estaba lleno, como toda fiesta donde se emborrachan y las personas tienen sexo con cualquiera que se les pase por el frente.
Desde que llegamos hace ya dos horas, no me he movido de mi asiento, esto estaba más aburrido que las clases de historia, en cualquier momento caería dormida sobre la mesa, mis hermanos se encontraban bailando y en algunas ocasiones reía por los bailes que daban, parecía que estaban siendo poseídos.
Sentí la presencia de alguien al lado mío por lo cual al mirar quede sorprendida, era el chico de la cafetería.
-Hola.
Hay casi me derrito, su voz, todo mi cuerpo se estremeció al escuchar su voz.
-Hola. -Conteste.
-Te he visto desde hace algunos minutos y me he dado cuenta que estas igual o más aburrida que yo.
-No me gustan mucho estos lugares. -Conteste tratando que no se notará mi nerviosismo en mi voz.
-Si no me equivoco eres la chica de la cafetería y la cual me choco a la salida, ¿verdad? -Me miró, su mirada era penetrante, eso hacía que me ponga más roja que un tomate.
Lo único que pasaba en estos momentos por mi cabeza era que el me había recordado. Estúpida, es obvio, solo había pasado un día como para que se olvidara tan rápido de mi.
-Si, oye de verdad lamento lo de la salida, ¿tu teléfono se rompió a la hora de caer?
-No te preocupes, y lo del teléfono solo fue un rasguño, nada grave. ¿Que haces aquí?
-Mi padre es uno de los accionistas de esta empresa. ¿Y tu? ¿Que haces aquí?
-Mi padre es dueño de la empresa.