Rojo Amanecer

2.4K 123 168
                                    


Ella no pudo ver el rojo amanecer que él en ese momento apreciaba por su ventana; él se hallaba en su lecho con los brazos tras la nuca dándole soporte, ella se había escapado... no era la primera vez que lo hacía, pero esta vez fue distinto.

*

La había encontrado el día anterior por casualidad en uno de los campos de entrenamiento de Konoha, inspeccionaba los troncos con delicadeza casi como si fueran una obra de arte.

-No te los irás a robar ¿o si, problemática? - ella dio un respingo al oírlo y sonrió sarcástica.

-¡Pero miren a quien tenemos aquí!, es el bebé llorón de Konoha. ¿Cómo siguen tus amiguitos?

-Eso fue hace meses, ya más de un año y aún no respondes mi pregunta. - dijo con fastidio y ella le sonrió divertida.

-Los observo, Konoha es el proveedor oficial de troncos de Sunna, tengo que verificar que sean buenos.

-Lo son o no los comprarían y tú no admites equivocaciones. - él se había acercado más a ella, tenía el ceño fruncido, precavido.

- No, odio los errores. ¿Y tú que haces aquí? - preguntó coqueta.

-Vine a buscarte, te me escapaste y debía llevarte a cenar... orden de la Hokage, claro. -Mintió

-mm, si, olvidé que tenía niñera, ¿por cuánto más será? El último año he venido sin falta cada dos meses, casi conozco esta aldea mejor que tu, niño vago. - ella se había acercado más y pasó su índice por el pecho del muchacho. Él odiaba que hiciera eso, la bruja siempre solo jugaba a provocar.

-Es por algo llamado cortesía. ¿Conoces esa palabra? - dijo con un tono de voz grave.

-De algo me suena - dijo ella susurrando a su oído y acariciando su mejilla. Él sin evitarlo se sonrojó, en momentos así la detestaba. - En todo caso no entiendo por qué te asignan a ti. He visto chicos más guapos en esta aldea. - lo provocaba.

-Seguro teme que te los comas - dijo Shikamaru con picardía. Ella le miró con el ceño fruncido.

-Creo que solo a una persona le afectaría eso. ¿Deseas algo de esto, niño? - Temari señaló su propio cuerpo.

-Ya quisieras.

-Eso no dijo tu cara la última vez - ella se acercó lo suficiente para rozar sus labios con aquel joven que por lo que notó, ya le ganaba más de medio centímetro de altura. Contrario a lo que ella creía que él haría, juntó los labios de ambos y fue entonces ella quien se alejó sorprendida. Vio la sonrisa victoriosa del vago y no pudo evitar odiarlo en ese momento; el cabeza de piña estaba aprendiendo rápido y no se intimidaba más con sus provocaciones.

-Te sonrojaste. ¿Acaso quieres otro?

-Nunca tendrás el privilegio de verme sonrojada y menos por ti. Ve a revisar tus ojos, las sombras te han estado afectando la vista.

-Tú sabes que las sombras son mis aliadas.

-Sigue repitiendo eso hasta que te des cuenta de que eres un perdedor. Mientras tanto, quiero comer algo caro ¿Qué me vas a invitar? El BBQ estuvo bueno la otra vez.

-Ya quisieras, niña mimada. Por órdenes y porque es mi deber debo invitarte pero no hay especificaciones sobre el tipo de comida. Hoy hay festival, planeaba invitarte a algún puesto de segunda de esos baratos. - Dijo él despectivo arrancando a caminar hacia el centro de la aldea, ella por su parte lo miró más sorprendida.

-¿Festival? ¿De que? - respondió siguiéndolo.

-Algún santo protector de los esposos o algo así. Una excusa para gastar dinero y comer barato, así que vamos.

Rojo Amanecer - ShikaTemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora