Flashbacks

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- No sé si esto está bien -dijo. El asunto era el siguiente: él la había mirado con la mano en la puerta del taxi con esa mirada suplicante y a la vez manipuladora, preguntándole si quería pasarse por su apartamento, y ella había dicho que sí.

Ahora lo lamentaba un poco.

- No tengo problema con que te quedes -Alex cerró la puerta tras ambos e intentó buscar una explicación mejor para todo lo que sucedía, quizás más para él que para ella- Extrañaba charlar contigo y supuse que... bueno, yo pensé que a lo mejor, si no tienes sueño, podríamos hab...

- Está bien -ella lo cortó de una forma un poco brusca, conociéndolo, comenzaría a trabarse y murmurar por lo bajo como siempre que se le acaban las explicaciones.

Usualmente cuando eso pasaba, ella no lo cortaba, ella lo encontraba adorable.

Kids de MGMT sonaba a todo volumen en el departamento mientras ella ordenaba un poco las cosas, Alex había salido a una reunión por asuntos de la banda y la gira que iba a comenzar pronto para promocionar Humbug, su último disco. Ella intentaba evadir los pensamientos que revolvían su estómago respecto a eso, sabía que esos tours eran interminables y ella tenía una vida que controlar, no podía dejarla y seguirlo aunque quisiera y el solo pensarlo fuera maravilloso. 

Nunca pensó estar tan enamorada en su vida de alguien como para sentirse así de... mal por el largo tiempo separados que se les venía encima.

- ¡Baja eso ya! -una voz se escuchó por sobre la melodía pegajosa que MGMT había lanzado hace poco.

Alex estaba en casa.

- ¿Perdón? -ella se volteó fingiendo estar indignada, apagando la radio de pronto para mirarlo con los brazos en jarra.

La madre de Alex, Penny, le había comentado en una de esas muchas tardes de vacaciones con los Turner que Alex se intimidaba un poco con aquello. 

Y tenía razón, el castaño de cabello largo y desordenado se encogió un poco y pareció más pequeño.

Ella solo quería correr a besarlo.

- Lex... es que yo, ok es algo extraño pero... quiero decir que estoy un poco harto de... y la radio estaba tan fuerte y esa jodida canción... salgo a la calle y está allí, llego a casa y está allí... la publicaron hace más de un año y aún sigue por ahí y estoy a punto de perder la cabeza, y ya sabes que me gusta pero... yo no...

- Dios, te amo -la ojiazul se sorprendió de lo desesperado que sonó eso y tras dar grandes zancadas a través de su pequeña salita de estar se colgó de su cuello y lo besó, dejando que él la abrazara por la cintura con suavidad, relajándose a su tacto. 

- Te amo más -Turner musitó cuando se separaron y ella pudo perderse en el chocolate de sus grandes ojos, los cuales la miraban con una profunda alegría que le inspiraba reír, reír y reír por su suerte.

Tenía al mejor novio del mundo.

Seguramente en esos días estaba destinada a callar sus arranques de ternura con besos pero ahora tenía que seguir caminando, rígida, ignorándolo o cortándolo antes de hacer algo estúpido.

- Tu cabello está más largo -le aseguró al mirarlo, ambos se habían sentado en el sofá, frente a frente, sin más rodeos.

Alex se tocó un poco intentando medir cuanto le había crecido en todo ese tiempo.

- Si lo dejo caer sin gel, probablemente estaría como antes -ella pestañeó, siempre adoró ese cabello de muchacho desenfrenado que tenía, le gustaba enterrar su rostro en el hueco que quedaba entre su cuello y su hombro, aspirando el aroma de su suave cabello.

¡Incluso lo tenía mejor que ella! Aunque insistiera en lo contrario. 

- ¿Qué es lo que tienes con el gel, eh? -preguntó la ojiazul con una sonrisa queda. 

- Una relación muy complicada -contestó él suspirando, haciéndola reír abiertamente por primera vez en la noche.

Una sonrisa apareció en su rostro como si se fuera a quedar así para siempre. 

- Así que, chica It -la llamó haciendo que ella dejara de reirse para mirarlo con una ceja alzada, amenazante, ella ya había pasado hace mucho tiempo por esa etapa y realmente ya poco quedaba de la chica que escribió It con el corazón roto.

No le molestó, sin embargo, solo le picó, fue como si Alex quisiera llevarla al pasado una vez más y no lo iba a permitir.

- ¿De qué podemos hablar? La noche es larga -continuó él sin notificar aquel pequeño cambio en su semblante o quizás queriendo omitirlo.

De pronto toda su atención fue robada por una sonrisa maligna en el bello rostro de la chica con ojos color cielo, una sonrisa que no había visto hace muchos años y que ahora le enviaba escalofríos por la espalda. 

¿Qué había hecho para merecer eso? O Alexa estaba a punto de avergonzarlo con crueldad, matarlo a golpes, besarlo con fiereza o ya no sabía qué.

- ¿Por qué no hablamos sobre tus increiblemente mentirosas caderas, Turner? -su voz, normalmente algo hosca para su rostro de muñeca, de súbito se había vuelto algo aguda e irónica. 

Opción A: avergonzarlo cruelmente.

Lo había conseguido con éxito.

Será un fic corto, lo he dedicido, quizás lo termine pronto.

Just some loverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora