ONE SHOT: AMORES PROHIBIDOS

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AMORES PROHIBIDOS

Fanfic — Boys Over Flowers

—ONE SHOT —

"La naturaleza era muy sabia", Woo Bin hacia esta reflexión mientras caminaba de regreso a su auto, la lluvia se encargaba de darle esa tonalidad gris al día, muy adecuado considerando lo que pasaba en ese momento ¿Cómo pudo terminar todo esto así? Hace solo una semana estaban todos felices disfrutando de una noche de copas de camaradería y buenos recuerdos, jamás imagino en lo que resultaría. Al siguiente día dos amigos muertos y otros dos viudos.

Lo único que sabían es que habían escapado juntos en altamar en la madrugada, en el yate de Gu Joon Pyo, yate que fue encontrado unos días después con una nota que decía "por favor perdónenos". Fueron semanas buscando sus cuerpos, pero fue imposible. Las profundidades del océano hacían imposible la búsqueda. Y así luego de días los dieron por muertos.

Si, por más increíble que pareciera, Gu Joon pyo el presidente del grupo Shinwha habría muerto junto al amor de su vida Jandi, y aunque fuera testigo del amor tan grande de esos dos, su sentido de la lealtad no le permitía entender como estos dos traicionaron tan cruelmente a sus respectivos esposos: Jae Kyung y Ji Hoo, esos mismos que ahora lloraban sus muertes, pero también su traición.

Yi Yeong y él prácticamente se repartieron los tiempos entre los velorios, alternaban entre uno y otro, para no dejar solos a sus amigos. Lo que les sorprendió a ambos fue la decisión de Jae Kyung y Ji Hoo de dejarlos en un mismo mausoleo, a pesar de las protestas de ambas familias y de lo que significaba todo eso: Una afirmación para el mundo de que ellos habían sido traicionados abandonados por sus parejas.


"fue decisión de ambos terminar juntos, no somos quien para impedirlo", le había manifestado firmemente Jae Kyung, fue lo único que escucho de ella después de lo sucedido, y al parecer Ji Hoo pensaba igual. Y aunque no lo digieran abiertamente, en sus rostros se veía como les afectaba todo aquello.

Antes de ingresar a su auto, observaba con pesar a esos dos, cada uno por su camino Jae Kyung acompañada de una manada de guardaespaldas que no permitían que siquiera ellos se le acercaran, Mientras Ji Hoo subía a un auto conducido por su chofer. Woo Bin sintió el impulso de ir por su amigo y consolarlo. "Ya lo intenté brother no funcionara" escucho decir a su amigo Yi Yeong, al mismo tiempo en que le palmeaba la espalda.

—¿pero cómo podemos dejarlo ir así? Si pasa igual que cuando sus padres... Podríamos perderlo a él también.

—Ji Hoo es más fuerte de lo que parece, Solo dejemos que el tiempo haga lo suyo. Aunque tratemos, él no nos escuchara, en ocasiones es mejor solo dar un paso al lado.

—No puedo entender como Joon Pyo y Jandi pudieron...

—Yo tampoco brother, yo tampoco.

Tres meses antes.

—¿Lista?

—Si, Sumbae.

Ji Hoo la observo con ternura en su mirada. —es increíble, aun me dices así después de llevar dos años de casados. — toma las manos de su esposa y posa en ellos un cándido beso sobre las delicadas manos ¡Dios! como amaba a esa mujer de ojos castaños y mirada sosegada: su esposa, después de tantos años de amor no correspondido, por fin podía decir que estaba con la mujer que amaba y que ella le correspondía. Joon Pyo solo era difusa sombra para ellos. O eso creía él.

—Lo sé, solo que... es una costumbre difícil de quitar. Prometo...

—No, no quiero que lo dejes de hacer, sería extraño que no lo hicieras. Creo que me gusta — le dijo él, ella solo sonrió.

—Estas seguro de que vayamos, digo hay cosas en el hospital y ...

—Si, quiero hacerlo, creo que todos lo necesitamos. — ella lo miro inquieta, sabia a lo que se refería, pero asintió con la cabeza. — te amo. — le dijo él. Era su manera de decirle que confiaba en ella.

—yo... también. — respondió dudosa y volvió a mirar aquella tarjeta de invitación al matrimonio de Yi Yeong y Gaeul.

****

—Sera divertido. — le dice Jae Kyung a su marido.

—Para ti todo es una fiesta Mono, incluso yo quedare arruinado con tu estilo de vida.

—Exagerado — dice ella ahondando sus manos. — tu fortuna y la mía juntas duraran otras tres o cuatro generaciones, incluso más. Te has vuelto tacaño eh . .

—¿Yo tacaño?? — bufa él ofendido... pero ella lo toma por sorpresa agarra su corbata y reduce la distancia entre ellos, dándole un profundo beso en los labios y le sonríe.

—si tacaño, pero con todo y eso te amo.

Antes de darle oportunidad de responder ella va corriendo por el lujoso pasillo tatareando como siempre. Jun Pyo ve como se aleja su esposa y sonríe un poco a la vez que toca sus labios algo hinchados por su beso, Jae Kyung era una diablillo pero sus besos eran un manjar del cielo.

—Yo... también... ¿te amo? — era más una pregunta, que encontraría su respuesta esa noche cuando por fin volviera a verla. Su corazón comenzó a latir desbocado.


***

——Yi Yeong. ¿Estás seguro? Tienes tiempo, antes del matricidio ¿Quién me acompañara en mis andanzas? Como puedes renunciar a una vida llena de hermosas mujeres y .... Hazzz...— se quejó Won Bin al agarrón de orejas de Jandi... — hey Ji Hoo controla a tu esposa.

—No es como si me fuera hacer caso.

—Pues no te suelto, si no prometes que dejaras de mal influenciar a Yi Yeong. — le alega Jandi Disgustada. Y tú Yi Yeong ni se te ocurra seguir los consejos de este loco.

—¿yo?? No... eh como se te.... Hey!!! Joon Pyo!! —corre a recibir a su entrañable amigo que acababa de hacer su entrada en la majestuosa sala.

Un silencio envuelve al recinto un momento antes de que tanto Ji Hoo como Jandi den vuelta. Y allí estaban, la pareja más poderosa de todo corea, Gu Joon Pyo y su esposa, Jae Kyung, se veían hermosos, ambos de negro, tan elegantes y soberbios, contra tastaba totalmente con los vestidos claros de Ji Hoo y Jandi. Solo basto un cruce de miradas, un toque de manos. Las señales estaban allí y nadie logro verlas. Una tragedia estaba por suceder.

ACTUALIDAD...

Cementerio — Corea del Sur

De traje rojo, el más escandaloso que pudo encontrar, negándose a conservar luto, hermosa como siempre, pero algo más delgada de lo normal, lo que reflejaba el dolor que ella le negaba a todo el mundo. Jae Kyung visitaba la tumba donde reposaban los restos de su esposo junto a su amante Jandi, ¿Por qué iba allí? ¿Sería masoquista acaso? Eran las preguntas que se hacía una y otra vez. Pero la realidad era que muy en el fondo se negaba a aceptar lo sucedido y tenía que ir allí para recordar, para no olvidar la traición de su esposo y mejor amiga. Las sensaciones que embargaban no podría jamás describirlas: Ira, vergüenza, dolor, celos no eran suficientes. Estaba en un cementerio lleno de muertos, pero ella se sentía más muerta que todos allí, Joon Pyo y Jandi se llevaron una parte de ella con ellos. Lejos estaba de ser la chica alocada y alegre de otros tiempos, Jae Kyung solo era una sombra de sí misma. Debería odiarlos por eso, pero, aunque lo intentaba no podía.

Se preparaba para irse, justo en ese momento escucha el familiar sonido de un flash, sería mejor correr o de lo contrario la alcanzarían aquellos paparazis y periodistas no la dejaban ni a sol ni a sombra. Los detestaba, pero no había nada mas atractivo para esos paracitos que una ricachona abandonada por su marido y mejor amiga, eso era otra cosa que le tenía que agradecer a esos dos. Pensó ironicamente. Comienza su carrera y escucha correr a los periodistas en su búsqueda, ya podía imaginar los titulares del día de mañana, aun así se negaba a ser más humillada de lo que ya había sido. Justo en el momento en que piensa que no lo lograría. alguien agarra su mano empujándola hacia un estrecho y oscuro lugar.

Cuerpo a cuerpo, y escuchando solo el sonido de sus respiraciones agitadas. algo más de tres minutos. En un contacto tan íntimo que incluso a la extrovertida Jae Kyung puso nerviosa. El olor de whisky, mezclado con tabaco inundo su nariz. Pero la silueta perfecta de ese hombre, incluso en la oscuridad era inconfundible.

—¿Ji Hoo...?

—"Shur"— le indica él con uno de sus dedos sobre su boca. Ella solo acata la orden.
Luego de que aquellos que la perseguían se fueron sin tener éxito, lograron salir de su escondite.

—¿Que... que haces aquí? —le dice ella finalmente aun con la respiración a mil.

—Lo mismo que tu supongo.

—Pensé que estabas en Londres.

—Llegue hace una semana. — le responde él, — ¿dónde están tus guardespaldas?

—Los mande de paseo.

—Mal día.

—Ni siquiera ellos pueden evitar a esos sanguijuelas. hazz... Jae se queja del dolor en uno de sus pies.

—¿Qué paso?

—Creo que me torcí el tobillo.

Sin preguntar él se agacha y la examina rápidamente— te torciste el tobillo

—! Nome digas! — dice irónica volteando los ojos, trata de pararse nuevamente pero el dolor se volvió insoportable. Y casi cae, pero Ji Hoo alcanza a evitarlo agarrándola firmemente de la cintura.

—¿Dónde está tu auto? Dudo que puedas siquiera manejar así. Ella lo miro y aunque no le agradaba aceptar ayuda precisamente de él no tenía otra opción si no quería que la orda de periodistas la hallaran.

Media hora después se encontraban en un discreto, pero muy lujoso apartamento a las afueras de Seúl. Ji Hoo le había vendado el pie. Y ella podía ya asentarlo un poco.

—Gracias. Bueno yo... — Jae Kyung no sabía que decir, en realidad siempre le resultaba incomodo hablar con el "rarito" de los F4. En la actual situación le resultaba aún más, asi que se fue por un tema superficial. — cuando compre esos zapatos sabía que me traerían problemas.

—Debe ser una leve fisura. Pero si el dolor continuo deberás acudir al hospital para que te hagan un chequeo, y olvidarte de los zapatos altos por un buen rato.

—Por favor. Crees que la directora ejecutiva de Shinwha podría andar en tennis o sandalias. No es como si tuviera elección. —se justificó. "hace mucho no tengo elección de nada" pensó para sí misma.

—En realidad la CEO de una compañía tampoco debería vestir así— Ji Hoo le dice, a la vez que señala con la mirada su vestido, impropio para una reciente viuda y CEO de una compañía.

—¿Te fastidia que no siga los protocolos del duelo? — inquiere fastidiada, pero no se dejaría de ese rarito. —Porque te digo que me importa un bledo lo que....

—Iba a decir que me gusta. Muy acertado considerando la situación — la interrumpió él. eso la sorprendió, desde que todos le decían que era una loca al vestirse como lo hacía.

—Si vieras la cara de la bruja de mi suegra al verme salir — soltó una pequeña sonrisa, la primera en mucho tiempo.

—Daria todo lo que tengo por ver eso. —una pequeña sonrisa asomo en su rostro también. — quizás deba seguir tu ejemplo — le sugiere él.

—¿el eterno caballero blanco, vestido de rojo? Daria todo lo que tengo por ver eso. Aunque créeme esto, No creo que sea tu color.

—Estoy de acuerdo. —sin llegar a ser una risa amplia ambos se sonríen mutuamente. Sin embargo, toda la situación era incómoda para ellos, y aquella se desvaneció rápidamente la situación era demasiado bizarra. Jae Kyung agarra su bolso y se pone de pie dispuesta a marcharse rápidamente.

—Gracias por tu hospitalidad, pero tengo unos asuntos pendientes así que debo irme. — se justificó . —Por cierto, lindo apartamento la vista desde aquí es espectacular y tu gusto exquisito — esa comentario hizo que finalmente Ji Hoo revelara el mayor secreto del fallecido dueño de Shinwha's Group.

—Dirás el gusto de tu esposo.

—¿que?

—Si, como escuchaste, realmente este no es mi apartamento, lejos estoy de este estilo.

—yo no entiendo lo que quieres decir ¿Que tendría que hacer el en una zona como esta? además estoy al tanto de todas sus propiedades y esta no era una de ellas.

—En eso tienes razón, no era de tu esposo pero si de mi esposa, este apartamento estaba rentado por Jandi. — dijo Ji Hoo mientras se servía una copa de coñac. — y te aseguro que este no era su estilo. Claro, a no ser que también me haya mentido en eso.

No había que ser inteligente para captar lo que Ji Hoo le trataba de decir. Ese apartamento era el punto de encuentro entre Jandi y su marido. El impacto de esa noticia fue tan fuerte que inmediatamente se sentó en uno de los sillones del amplio apartamento. Ji Hoo le ofrece una copa, ella lo toma en un segundo. Mientras trata de asimilar la noticia, mientras comienza a observar con más detalle cada rincón del apartamento mientras Ji Hoo la seguía detrás, y como si fuera una película de horror los imaginaba a ellos juntos, sonriendo y felices haciendo el amor, burlándose de ella... era más de lo que podía soportar. Las nauseas fueron insoportables.

—¿por... que.... ¿Me trajiste aquí? ¿Como puedes? Como...

—No era mi intención inicial, solo que cuando te vi en el cementerio, pensé que quizás necesitarías ver esto, quizás como yo solo buscas una explicación a lo inexplicable.

—¿Que te hace pensar semejante estupidez? Estas enfermo. —ella hace acoplo de todas sus fuerzas y trata de marcharse, él la detiene, le da la vuelta a la fuerza y la agarra por cada brazo.

— ¿no sientes curiosidad acaso? — no quieres saber dónde empezó. Desde cuándo, No quieres saber ¿por qué?

—! Nooo!! ¡¡¡No quiero!!! ¡¡Estás loco!!

—¡Mentirosa!!! Vi tu cara en el cementerio. La misma cara mía. Llena de dudas, llena de preguntas! de rabia.. y Celos!! ¡¡Por qué se decidio por ella!! Tu no, ella!!

—!Cállate!! —la mano de Jae Kyung surca por el aire hasta impactar fuertemente con la mejilla de Ji Hoo.

Llevado por las emociones del momento, y quizás en una especie de desquite o venganza hacia el que consideraba su mejor amigo, Ji Hoo con una de sus manos la agarra por la cintura, y con la otra la sostiene firmemente de la nuca, besándola a la fuerza, aunque ella se resistía no era posible zafarse. Él no le dio tregua poseído por un impulso desconocido, su beso exploraba cada rincón de su boca tan deliciosamente que ella no tenía otra alternativa que sucumbir ante el encanto de tal beso e íntimo contacto, su cuerpo la traicionaba y de repente su cabeza daba vueltas y la idea de venganza se instaló en su cabeza Así que poco a poco ambos llevados por los mismos pensamientos fueron sucumbiendo en una espiral de pasión sin retorno.

Ji Hoo la arrincono hacia una de las paredes. Sin dejarla de besar, sin dejarla pensar, bajo su mano por una de sus largas piernas, hasta subir una de sus piernas a nivel de su cadera, el vestido que llevaba le facilitaba la tarea. Ella por su cuenta subió la otra, ajustándose perfectamente a él y pudo sentir su masculinidad que gritaba por ella, ambos soltaron un gemido de placer, y el comenzó a bajar por su cuello, prodigándole besos por toda la zona de cuello y oreja excitándola aún más. mientras con la otra mano hábilmente desato uno a uno los botones de su vestido rojo, en ese momento confirmo lo que había pensado mientras la llevaba en el auto, no llevaba sostén, eso hizo aumentar su erección, al hacer contacto con su seno, hizo que ella gimoteara de placer. Hipnotizado ante su reacción y sin resistir más, beso ansiosamente su pecho derecho y alterno con el izquierdo, haciéndola enloquecer. Ella no resistió más y levanto la cara de él y lo beso apasionadamente, Ji Hoo le correspondió en el acto, esa mujer besaba como los dioses. Ji Hoo la agarro por sus caderas y sin mucho esfuerzo la llevo a la cama y la deposito en ella. aquella cama, donde posiblemente Jandi y Joon Pyo se habían burlado de ellos tantas veces. Eso de alguna manera lo conecto con la realidad, de alguna manera supo que ella también. Ambos se miraron largo rato. Vio los ojos húmedos de él, y el vio como los ojos de ellas derramaban lágrimas. Dos corazones heridos y enojados eso eran ellos dos y esto estaba mal. El uno era el reflejo del otro Ji Hoo recobro el sentido he hizo lo propio: comenzó a retirarse.

Jae Kyung para ese momento no era dueña de sus actos lo agarra de su corbata acercándolo a milímetros de su rostro. "ambos sabemos por qué hacemos esto, comenzaste algo así que termínalo" ... era un pacto, era su "venganza" era su manera de desintoxicarse, aliviar el rencor en sus corazones y sus cuerpos.

Ji Hoo no lo dudo, la beso como hace rato, incluso más decidido y ella le devolvía el beso con la misma intensidad. Mientras se encargaba de quitar su blanca camisa que contrastaba con el rojo de su vestido, el sentir el contacto de sus manos por primera vez sobre su espalda fue una descarga erótica para él, se quitó con premura sus vaqueros y de inmediato volvió hacia ella, con las dos manos hizo añicos el vestido de ella que impedía el contacto piel a piel sin perder tiempo se colocó sobre ella poseyéndola de inmediato, ella grito a la repentina invasión, pero se adaptó rápidamente, comenzó un vaivén lento pero delicioso, sin perder contacto con su vista, la tenían clara, sabían porque estaban allí, pero eso no quitaba que lo estuvieran disfrutando al máximo. Sus embestidas fueron cada vez más intensas y rápidas de pronto los motivos se esfumaron, solo quedaba el deseo de dos cuerpos ansiosos por amar y sentirse amados y así lo hicieron con una intensidad desconocida, llevaron sus cuerpos y mentes al éxtasis máximo, hasta saciarse por completo y quedar profundamente dormidos, unido el uno al otro.
Ninguno sabía que paso allí pero esto les cambiaría el resto de sus vidas y lo que hasta ahora creían sobre ellos mismos.

La luz de la luna llena se filtraba por el amplio ventanal de aquella habitación donde hace poco dos corazones destrozados por la traición desfogaron su dolor en medio de la pasión desconocida para ambos, exploraron hasta el último rincón de sus cuerpos lejos de sus intenciones iniciales, iniciaron un camino hacia el descubrimiento sexual, ninguno era virgen, eso era obvio, también era cierto que ambos amaron a sus respectivas parejas, pero ni en sus más locos sueños pensaron vivir y sentir algo como eso.

El reflejo de la luna trajo a Ji Hoo de su profundo sueño, le tomo un minuto largo ubicarse donde y con quien estaba, ¿Qué diablos había hecho?.... llevo las manos a su rostro, cayendo en cuenta de todo lo que esto implicaba, la había cagado, y hasta el fondo, de todas las locuras que había cometido a lo largo de esos meses luego del abandono de Jandi, esa era sin duda la peor.

Abandono su trabajo, comenzó a vivir sin control ni cuidado de sí mismo, viajo por varias partes en los peores lugares solo buscando la muerte, buscando el descanso a tan dolorosa agonía. Pero nada bastaba, donde quiera que fuera el fantasma de su esposa y mejor amigo lo seguía y lo torturaba de maneras inimaginables, decidió que tenía que saber por qué, cuándo y cómo los dos lo traicionaron, y todo lo llevo allí, a ese lugar, aquel lujoso y amplio apartamento, los maldijo, por primera vez en su vida y sintió el más puro e infinito odio. ¿Por qué jugaron con él? Sus sentimientos, su amor incondicional, le había dado todo a ella, su vida y hasta su dignidad y ella lo desprecio todo. Pero ¿por qué entusiasmarlo haciéndole creer algo que no sentía? ¿Por qué se casó con él? No podría jamás perdonarla a ella, ni a él tampoco.

Entonces fue aquel cementerio, quería reclamarles gritarles, destrozar esa tumba, y si era preciso separarlos para siempre, lo habían matado, aquel muchacho de nobles sentimientos, había desaparecido y naufragado junto a ellos. Pero entonces allí estaba ella. Cuando la vio en tan penosa situación, observo su mirada, y allí sintió esa rabia que inundaban su alma inundaba también la de ella, sintió empatía, ella había sido tan idiota como él, si, idiota, no había otro objetivo que los describiera a ambos creyeron ingenuamente que eran correspondidos, y fueron ciegos ante la verdad. Aun así, reconocía que no debió arrastrarla hacia ese remolino de odio que era su vida.

Debía irse, y dejar todo atrás, ambos eran adultos y sabían los motivos de esto, pero como caballero era impropio hacerlo. Sin embargo, el ya no era un caballero ¿no es así? firme en su decisión y evitar una charla incomoda, trato de levantarse aprovechando que ella estaba de espaldas y profundamente dormida, un sollozo de ella lo detuvo en seco, fue incapaz de irse. Indeciso trato de tocar su hombro, ella inmediatamente se lo retiro con fuerza, al tiempo que el sollozo se convertía en un fuerte llanto que hacía convulsionar su cuerpo. El de nuevo trato de tocar su hombro y ella lo retiro esta vez con más violencia.

—Jae Kyung... —el trato de calmarla pero ocurría lo contrario, volteo y comenzó a golpearlo en el pecho, ella no hablaba, pero su dolor y confusión lo sentía como propio así que solo se dejó pegar al principio pero dejo de hacerlo, nadie lo lastimaría más nuevamente además si era cierto que él lo empezó ella se encargó que terminarlo, así que él no tenía enteramente la culpa ¿no?, inmediatamente la detuvo. él también estaba herido y cansado. —Basta! — grito impaciente y la detuvo sosteniendo ambas manos, y ella se detuvo al instante, cualquier atisbo de agresividad se había ido, solo quedaban sus lágrimas y su mirada perdida en su dolor, jamás la había visto tan frágil.

Pensó que con la traición de los seres que más amaba en el mundo, cualquier resto de humanidad en él no existía ya. Pero no, él era débil y no pudo evitar tratar de consolarla, agarro una de las sabanas y tapo su cuerpo arregostándola nuevamente en aquella cama y limpio sus lágrimas que no dejaban de salir. De repente ella, más dueña de sí misma, hizo lo mismo pero en el perfecto rostro de Ji Hoo que no era consciente de su propio llanto, ese toque, esa mirada lo cambio para siempre, bajo la luz de la luna, sacaron todo el dolor que llevaba meses sin salir de sus corazones algo que les genero sentimientos encontrados y confusos para ambos, esos sentimientos serían el inicio de algo más grande y único que los uniría para siempre. 

"perfecta" fue la primera palabra que se le cruzo por la mente del joven rubio al ver el contraste del cuerpo de la pelinegra con la entrada de los primeros rayos del sol. Esa mujer tenía el cuerpo de una diosa y una piel parecida a la seda de más alta cálida, eso lo pudo comprobar de sobra la pasada noche, aprovecho lo profundo de su sueño para contemplarla con detalle descubriendo detalles que jamás antes había reparado, "tonto" pensó, si bien siempre le resulto una mujer atractiva jamás se detuvo a observarla, solo tenía ojos para su esposa... sacudió su cabeza, no quería llevar su mente a esa dirección.

Quería centrarse en lo que acababa de vivir y sentir con aquella mujer que tenía al lado, no tenía explicación, sin embargo sentía que toda esa carga que llevaba tiempo soportando, se hubiera desvanecido, Ji Hoo sentía una paz que no sentía desde hace mucho. Respiro profundo y el aroma de ella lo inundo, las imágenes de lo que paso se venían como ráfagas en su mente, su sexo despertó y cada célula de su ser la reclamaba de nuevo. Ya contemplarla no era suficiente, tenía que sentirla de nuevo, con una mano retiro lo poco de sabana que la cubría y con delicadeza exquisita comenzó a explorar con sus manos lo que antes solo se limitó a mirar, el cuerpo dormido de Jae Kyung comenzó a reaccionar a aquel toque, al abrir sus ojos, y ver a Ji Hoo observarla con una mirada tan poderosa, tan íntima que incluso a ella siendo una mujer tan desinhibida estremecía, añadiendo que a la luz del sol parecía un ángel hermoso y perfecto y se perdió en aquellos ojos que la miraban con deseo infinito.

El delicadamente aparto un mechón negro de su rostro y lo paso por detrás de la oreja de ella terminando en su nuca atrajo hasta besarla lánguidamente, aquel contacto le paso como una ráfaga de electricidad por todo su cuerpo y fue tan poderoso que no pudo articular palabra cuando él se puso sobre ella, y lo pudo sentir, sentir su fuerte deseo hacia ella, aquel mismo deseo que ahora poseía cada célula de su ser. Jae Kyung se olvidó de todo, dejo el dolor que la amargaba hace meses, y se dedicó a sentir, jamás se sintió más viva que en ese momento.

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