2.- Los Lideres

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Pasamos del corredor oscuro a uno con unas cuantas ventanas, el sol ya se había ocultado dejando a las colinas doradas sin su luz, en mi mente no dejaba de pensar en mis amigos, esto debía de ser rápido. Entramos a un tipo de vestíbulo empresarial, había unos cuantos vampiros, ellos abrieron sus ojos y otros solo dejaban caer la mandíbula al verme con Alec; seguramente ellos creían que era humana.

Entramos a un elevador, una canción de ópera italiana sonaba, para evitar un incómodo silencio con Alec, que tarareaba alegre.

Estaba cerca de ellos, lo sentía...

Las puertas se abrieron, bajamos unos cuantos escalones, y ahí estaban las puertas del salón de los tronos, pero una vieja amiga las custodiaba; cabello castaño claro y liso, de ojos rojo brillante sin duda acababa de comer, y de una encantadora pequeña estatura.
Jane.

-Vaya que has cambiado- Me dijo en voz baja con una sonrisa en el rostro, la cual trato de suprimir con velocidad- Aro se pondrá feliz de verte.

Era lo que temía detrás de esas puertas se encontraba el máximo líder de los Vulturi. Las puertas se comenzaron a abrir, primero una luz cegadora dejaba ver el recinto, era una sala circular, con columnas de mármol de carrara, varios vampiros se giraron a verme; estaban sorprendidos.

Comencé a avanzar por la enorme sala con la mirada gacha, hasta llegar a unos pasos de los tronos, se escuchaban murmullos, entonces levante mi vista para encontrarme con dos sonrisas aunque una más grande que la otra y una mueca que parecía ser de felicidad. Eran tres vampiros, el primero era un vampiro algo mayor, de cabello café oscuro vestido como un rey; Marcus, el segundo su cabello largo y lacio hasta los hombros de un color negro azabache y un traje perfecto hecho a la medida y sus facciones eran perfectas; Aro y el ultimo vampiro tenía el cabello rubio casi platinado, el solo tenía una mueca en su cara era Caius.

-¡Mia piccola regazza!- Dijo Aro, poniéndose de pie y con los brazos abiertos como esperando un abrazo- ¡Cuánto tiempo!

-Hola...-Dije algo tímida, trate de recordar mis lecciones de italiano- Sono venuto a trovare... i miei amici, forse si sono... persi.

-Vamos querida, no tienes que usar el italiano- Dijo Marcus con su voz grave y suave.

Aro avanzo hacia mí y me tomo las manos, su vista se perdió unos segundos, sonara extraño pero extrañaba eso de él. Solía ser muy franca con él.

-Parece que has pasado años... entretenidos –Soltó mis manos- ¿Vienes a quedarte unos días?

-Haa... pues en realidad...-Y antes de terminar mi respuesta entraron en la sala dos viejos conocidos y mis amigos detrás de ellos que estaban escoltados por la guardia Vulturi.

-Félix, ¿pero que traes ahí?- Dijo Aro tomándome el brazo y haciéndome a un lado con delicadeza.

-Vampiros intrusos- Dijo con seriedad

-Ya veo, ¿y ustedes son?- Dijo Aro, Doug me volteo a ver sorprendido al ver que estaba tomada del brazo con Aro, esperando que yo dijera algo.

-¡¿Cómo puede ser esto posible?!- Exclamo Caius con molestia

-¡Ellos son mis amigos que les comentaba, solo vinimos a ver la ciudad como turistas!- Me apresure a decir, Aro volteo a verme y me dedico una linda sonrisa.

-Por ahí hubieras empezado, querida- Se giró hacia un vampiro que parecía ser un sirviente.- Nataniel lleva a los invitados a sus habitaciones y...

-Aro, gracias en verdad pero no es necesario- Dije interrumpiéndolo y mirándolo a los ojos, vi que los musculos de su rostro se tensaron por unos segundos.

-¿Crees que dejare que mia piccola regazza quedarse en cualquier lugar? No, tú te quedas aquí.- Dijo decidido con una cola de seriedad al final, como una orden disfrazada.

-Pero esto de que se trata ¿nos matarán?- Dijo Patrick confundido.

-Si ese fuera nuestro objetivo hace tiempo que lo hubiéramos hecho- Dijo Caius muy serio.

Patrick no dijo nada más y Maeve solo temblaba a su espalda, mis amigos siguieron al sirviente para indicarles sus habitaciones, lucían más como prisioneros que como invitados; sabía lo que seguía, un eterno cuestionario de Aro sobre qué había pasado en mi vida y como había sido mis días con los Cullen.

-Podrían dejarme a solas con Victoria-Dijo Aro, los dos líderes asintieron y se retiraron, solo quedamos Aro quien regresó a su trono cruzando las piernas, los sirvientes y yo.

-¿Cómo has estado, regazza? Hemos estado preocupados por ti y ni siquiera una llamada- Dijo Aro sentándose en su trono.

-Bien, he estudiado y visto el mundo; y Carlisle y Esme han sido muy amables. Oh Aro, no sabes lo feliz que he sido- Le dije a Aro emocionada, era verdad estos veinte años, siete estuve con el clan Cullen, quienes sentí lo más cercano a una familia. Bueno yo los considere así, y los otros trece años me fui a estudiar en todas las universidades que pude desde artes, lenguas, literatura y más, desde entonces viajo por el mundo con mis amigos- Todos esos museos, el arte que hay en el mundo, mis amigos son maravillosos.

-Qué bueno Victoria, me hace... feliz escuchar eso. Seguramente tendremos tiempo de sobra para ponernos al día. –Dijo Aro con una clase de mueca indescifrable- Ahora porque no vas y descansas, tu alcoba sigue siendo la misma nada ha cambiado- Mi dijo con una sonrisa.

-Pero... ¿y mis amigos?- Dije nerviosa.
-Están en sus respectivas habitaciones, descansa querida.-

Yo asentí feliz y me retire de la sala, con más confianza. Quizá no haya sido tan malo regresar, sinceramente no sé por qué tenía miedo de volver.

Recuerdos Vampíricos 🩸 [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora