La mansión de los Güeverdineis

Capítulo 9

Sus padres de rieron tiernamente y sonrieron acercandose a ella. -te gusta cielo?, asi tendras alguien más con quien ir a investigar y te cuidara de cualquiera que quiera hacerte daño!- Cristina se levantó y corriendo fue a por sus padres, les abrazo fuerte y sonrió de oreja a oreja. -me encanta! Gracias papá! Gracias mamá!- Una vez se soltó de sus padres regresó con el cachorro que la esperaba sentado mientras movía la cola con ansias. -que nombre le vas a poner cielo?- dijo su madre sin dejar de sonreír -puesss- cristina se quedó pensando fija en los ojos de su nuevo compañero -se va a llamar... Balto!!- dijo con entusiasmo extendiendo los brazos hacia el can. Balto en ese instante saltó sobre ella dándole a entender que aceptaba ese nombre y le gustaba. -bueno, ahora toca ir a la tienda a por todas las cosas de Balto no?- preguntó el padre cogiendo las llaves del coche -claro!- Cristina se levantó y cogió a Balto en brazos enfilandose hacia la cochera.

Todos montaron en el coche y fueron a la tienda, cuando llegaron les recibió un grupo de gente que miraban asombrados a Cristina. -hola?- dijó la chica intentando pasar con Balto en brazos y envuelta en nervios -tu eres la de la casa vieja y destruida esa?- -hemos oído hablar de ti! Cómo es que sigues viva?- -tienes alguna marca? Algo que demuestre que es verdad?- -sigues investigando?- atacaron todos los integrantes del grupo a la vez abalanzándose casi hasta ella. -e-em... no, no tengo ninguna marca que yo sepa, si es verdad y si sigo investigando- se escurrió entre todos -puedo ir tranquila a comprar cosas para mi mascota? Muchas gracias- aclaró entrando rápidamente a la tienda perdiendo al grupo de vista. Balto que no estaba acondicionado para eso se puso nervioso y empezó a sollozar en sus brazos. -tranquilo pequeñín, cuando salgamos estaremos más tranquilos y si vuelven pararemos tranquilamente a hablar- calmaba al cachorro acariciandole la cabeza mientras le dejaba en el suelo.