Me levante con la energía de siempre. Salí en mi pijama de pandas y caminé hacia la casa de Marta, mi vecina.
-¡Julia cariño!- exclamó la señora de mediana edad que siempre me esperaba sentada en su jardín.
-Hola Marta- corrí hacia ella y me senté en sus piernas.
-Ayer no me viniste a visitar- dice triste.
-Es que tuve que hacer tareas- digo y sonríe.
-Pero si estas en vacaciones, ¿no tratas de evitar a esta ansiana?- pregunta divertida.
-Claro que no- digo riendo.
-Bueno, te espero mañana- dice y asiento, me levanto y ella se adentra a su casa sin dificultades.
Mientras caminaba a mi casa vi unos camiones que se estacionaban en la casa de alado y bajaban cajas y otros muebles. Sonreí.
Otra familia en este pueblo, aquí no es muy popular para las familias con hijos, es mas para gente mayor, pero deseo tener una amiga aquí y no tener que estar todo el día con Josh.
-Así que corre corre corre corazón. De los dos tu siempre fuiste el mas veloz. Toma todo lo que quieras pero vete ya que mis lágrimas jamás te voy a dar- canté hacia mi casa y cuando llegue pare.
Entre y fui directo a la cocina para hacerme mi desayuno.
-Hola Julia- saludo Josh.
-Hola lindura- sonreí.
-Ya deja de llamarme así- gruñe.
-Pero si eres el hermano mas lindo- aprieto sus mejillas.
-Eres una pesada- dijo.
-¿Tan gorda soy?- me miré.
-No, no quise decir eso- dice y sonrío.
-¿Ves?, eres una ternurita- vuelvo a apretar sus mejillas.
(Julia en multimedia)