El fanfic de Yoongi. [NamGi]

Así comenzó esto.

Los Ángeles, California.

Yoongi.

- ¡Yoon! - el grito de mi hermano mayor me hizo tirar el móvil al suelo, me había asustado.

- ¿¡Que mierdas te sucede!? - respondí a grito mientras levantaba mi móvil y verificaba que no tuviera daños.

- ¡Eso mismo me pregunto yo! Llevamos mas de 10 minutos esperándote para el meet and greet y no podemos retrasarnos más.

- ¡Ya voy joder! Solo dame un minuto más - dije volviendo a centrar mi atención en mi móvil, leía rápidamente aquel escrito hasta encontrar el punto en el que iba.

- 1... 2... 3... - la voz de Nam comenzaba a molestarme - 12... 13.... 14... - quería encontrar aquella parte en la que me había quedado pero me estaba poniendo de nervios - 25... 26...- me había interrumpido a la mitad de mi lectura justo cuando se estaba poniendo más interesante.

- ¿¡Que mierdas haces!? - grite con molestia sabiendo que había perdido mi oportunidad de encontrar aquel punto en la lectura, aquel que me cautivo.

- Esperando a que termine tu minuto y te quedan 20 segundos - dijo con aburrimiento.

Rodee los ojos en clara muestra de exasperación, deje de leer y solo me dedique a escribir una disculpa por no poder concluir con mi lectura en línea, normal mente cuando comenzaba a leer no me detenía hasta concluir y poder dejar algún comentario al escritor de la historia, pero en esta ocasión esto no podría ser.

Guarde el móvil en la bolsa de mi pantalón y camine hasta llegar a Nam sintiéndome frustrado y molesto por aquella interrupción.

- Espera - me detuvo antes de que llegara a la puerta, se metió en el camerin y cerro la puerta en silencio.

- ¿Que sucede? - Pregunte curioso, era él quien me estaba apresurando y ahora me detenía, ¿a caso estaba loco?

- Te ves hermoso cuando haces berrinche - dijo antes de besar casta mente mis labios, aún cuando no era la primera vez que hacíamos esto y básicamente me había acostumbrado, no podía evitar sonrojarme, siempre lograba sorprenderme y sacarme una sonrisa.

Y esto era siempre, un beso sorpresivo para bajar la tensión, un masaje nocturno para conciliar el sueño, una caricia discreta para mantenerme tranquilo frente a las cámaras, una sonrisa especial para motivarme en los conciertos...

Por que ser parte de Tokio Hotel nos hacia hacer estas cosas de forma discreta, escondiéndonos a los ojos del mundo, tratando de disimular lo nuestro disfrazandolo de una hermandad especial, diferente y única...

Aunque no dudaba que alguien ya lo hubiera notado a estas alturas.

Las miradas que nos dedicabamos, la forma en la que nos expresamos del otro, nuestra conexión especial, nuestra cercanía al estar en el escenario... Todo nos delataba, todo era bastante obvio.

Pasamos las horas próximas en el meet and greet, conversando con fans, tomandonos fotos, firmando posters, discos y playeras, y recibiendo regalos, sonriendo a cada chica o chico que llegaba a nuestro lado, escuchabamos sus historias de como Tokio Hotel habia cambiado su vida y respondíamos a sus preguntas como si fueramos grandes amigos y, aunque antes ni siquiera sabiamos de ellos ahora, se sentía como si siempre los hubieramos conocido.

Estaba cansado.

Amaba esto de verdad, esa era mi vida y estaba feliz con ella pero en días como hoy terminaba sintiendome aprisionado y cansado de esto, me asfixiaba y me sentía sin opciones, estaba atado a esto, no es que no lo quisiera pero en ocasiones sólo deseaba un par de minutos, horas o días, sólo para mi y para Nam, lejos de las cámaras y los micrófonos, de fans y eventos, queria que fueramos personas normales a las cuál se miran pasar y no hay más, sin gente reconociendonos, saludandonos y pidiendonos fotos, adoraba eso pero a veces sólo quería que no ocurriera, quería dejar de cuidarme de algún paparazzi o de algún ojo curioso.