Problemas de adolescente

Una nueva vida

Mi família y yo llegamos a Greatcity apenas la semana pasada, aún me estoy acostumbrando a mi nuevo estilo de vida, el cambio fue muy repentino para mí, es decir acababa de regresar a Dreamville con mis padres después de haber ido a estudiar a la ciudad vecina por mi cuenta, aunque siendo sincera no recuerdo nada de lo que viví allí, por más que lo intento ningún recuerdo llega a mi mente, es como si mis recuerdos de los 3 años que pasé ahí se hubieran borrado o desaparecido de mi memoria. Ni siquiera recuerdo porque decidí volver a mitad del año escolar, solo sé que estaba otra vez con mi familia y eso era lo único que quería; mis padres recibieron una oportunidad de trabajo muy buena, expandir el negocio hasta esta ciudad era algo que no podían dejar pasar, por lo que tomaron la decisión de mudarnos inmediatamente aquí.

Estuvimos muy ocupados arreglando nuestro nuevo hogar, por lo que apenas me integraré al instituto esta semana, estoy un poco nerviosa ya que nunca se me ha dado bien socializar con las personas, recuerdo que en mi niñez solo tuve un amigo, un chico muy tímido que siempre se escondía de todos, era muy lindo y tranquilo por lo que inmediatamente me hice su amiga cuando lo defendí de otros niños que lo molestaban, sin embargo el niño se mudó a otra ciudad y no volví a verlo.

Durante la secundaria no pertenecía a un grupo de amigos por lo que la mayoria del tiempo me la pasaba sola, además todos me molestaban por el color tan peculiar de mis ojos, mi padre tiene los ojos azul marino mientras que los de mi madre son cafés por lo que mis ojos verdes eran raros, aunque mi padre asegura que debí heredarlos de mi abuelo o bisabuelo aún no lo sabemos.

Después de un tiempo estudiando en la secundaria de mi ciudad, según mis padres me dijeron tomé la decisión de ir a la ciudad vecina a estudiar para alejarme de las constantes burlas y bromas de mis compañeros, sin embargo no puedo recordar nada.

Me siento un poco ansiosa, a pesar de que mi padre asegura que todo saldrá bien y que no tengo nada de que preocuparme, aún tengo ese pequeño temor pero me mantengo optimista.

Mi primer día en el instituto llegó y junto con mis hermanos ibamos en el auto, ellos son dos años menores que yo por lo que no estaríamos en el mismo curso; llegamos al instituto, un edificio muy grande con varias áreas deportivas, jardínes, dos pisos, una piscina y una azotea, mis hermanos bajaron apresurados y contentos del auto mientras yo aún con miedo me tomaba mi tiempo para salir.

-Ten un buen día pequeña- mencionó mi padre con una sonrisa.

-Gracias papá, también ten un buen día en el trabajo- le contestaba cerrando la puerta.

Me quedé viendo como el auto se iba, observé la entrada y respirando profundo caminé hacía ella, me dirigí al pasillo que estaba lleno de casilleros, aún no sabía cual era el mío, decidí buscar mi salón así que tomé entre mis manos la hoja donde venía el número de mi aula, mientras caminaba con la vista fija en la hoja sentí un repentino golpe en mi rostro.

-Auch- mencioné mientras observaba al frente, una puerta de un casillero acababa de ser decorada con mi rostro.

-Perdona, no te ví y tenía prisa- escuché a alguien hablar- ¿Te encuentras bien? ¿No te lastimé?- al cerrar el casillero ví a un chico muy preocupado frente a mí.

Era un chico de piel blanca, ojos azul marino, cabello negro un poco alborotado que le llegaba a los hombros, vestía una playera blanca con un chaleco gris, pantalones azules y botas grises, he de admitir que es un chico muy apuesto, siento un calor en las mejillas y mi corazón se acelera.

-¿Estás bien? ¿Puedes escucharme? ¿Puedes hablar?- siguió preguntando.

-Oh, este...yo...si, sí estoy bien, solo estaba un poco aturdida por el golpe- pasé uno de mis mechones tras mi oreja, es una costumbre que tengo cuando estoy nerviosa.