El infierno de Lilith| 2 | Completa

VI

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¿Verdad que no esperaban un capítulo seguido? Jajaja, espero que les guste. Perdón si hay errores, todo lo estoy escribiendo desde el celu :c 

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-Te dije que no debíamos salir-susurré preocupada. Miré en todas las direcciones, temiendo que aparecieran más de esas cosas. No teníamos que haber salido en invierno, parecía que a los monstruos les gustaba refugiarse aún más en el bosque cuando el frío llegaba. Habíamos sido estúpidos, fue una mala decisión, y ahora nos escondíamos detrás de los árboles rogando porque fueran unos pocos, y que nos permitieran volver al búnker. El miedo me hubiera congelado si aquel brazo no me hubiese rodeado en todo momento.

-Correré en la dirección opuesta-murmuró contra mi oído. Nos manteníamos apoyados contra uno de los altos troncos que se había convertido en lo único que parecía cubrirnos hasta el momento.

Iba a responder, negarme, pero el sonido de unas pisadas me detuvo-Vuelve, estaré ahí en un minuto-fue lo último que dijo, no me dio tiempo, mis manos quisieron tomar su brazo, pero mi agarre se deslizó hasta que fue el aire lo que sostenía.

<<Maldito idiota, maldito idiota>>

Maldecía sin cuidado en mi mente, mientras comenzaba la carrera en dirección del sitio seguro; no era una buena corredora por lo que rápidamente me quedé sin aliento, sin embargo, no estaba lejos del punto, solo unos pocos segundos y lograría llegar. Cuando reconocí la zona, y supe que había llegado a salvo, la testarudez pudo más que mi deseo de bajar las escaleras y asegurarme en el búnker, porque me detuve para mirar detrás de mí, esperando por él. Mi pecho subía y baja velozmente, mis piernas ardían al igual que mi estómago. Pero en el momento en que giré, algo se arrojó sobre mí, algo que no había oído.

Ahogué un gritó mientras golpeaba aquel cuerpo que tardé un segundo en reconocer-Zoe.

Esa mujer era el mal encarnado, era la viva imagen de que era el ser humano el verdadero monstruo.

Estaba loca, todos cubrían o ignoraban sus actos, las atrocidades que generaba por el simple hecho de que le parecía divertido.

-De todos en este inmundo lugar, eres quien más me molesta ¿Por qué será?

-¿Qué haces? ¡Suéltame!-grité alterada, pero era demasiado escurridiza, sus manos fueron hacia mi cuello, y comenzó a apretarlo con fuerza. Me removí con desesperación, quise rasguñar su rostro, llegar hasta sus ojos, pero comencé a ver manchas oscuras. Estaría inconsciente antes de que pudiera defenderme.

Cuando pensé que sería el fin, aquella horrible presión se esfumó en un segundo. Tosí en el momento en que se apartó, las lágrimas se acumularon mojando mis pestañas, empañando mi vista.

Respiré profundamente varias veces, mientras me arrodillaba, Ella me había separado de Zoe, había llevado sus brazos hacia su espalda, reteniéndola firmemente.

Estaba cansada de esa perra loca. Mis manos se cerraron en forma de puño, tiré de mi hacia arriba y delante, con demasiadas ganas de golpearla.