4.- Real y notable.

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Cuarto relato basado en Hatshepsut, reina-faraón de Egipto de la dinastía XVIII conocida por haber tomado atributos masculinos para reinar en Egipto ya que las mujeres no eran " consideradas para sentarse en un trono como soberana por derecho" ; hay teorías que dicen que tuvo de amante a un notable funcionario de origen plebeyo llamado Senenmut que alcanzó poder en su reinado, además de ser Arquitecto Real, para luego desaparecer en algún momento del reinado de esta mujer.

Así mismo aclaro que gran parte del relato fue gracias a un libro que leí de esta mujer pues en el internet casi no hallé mucho para adaptar.

Cid es el notable arquitecto.

Gracias por sus lecturas, votos y comentarios queridas y hermosas personas.💕

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Formaba parte de los hijos que su padre tenía con el esposo principal, él podría dar cuenta de que haber nacido de aquel consorte real por tradición lo ataba a casarse con su propio hermano o incluso padre, más el soberano lo consideró su hijo favorito tanto así que representaba la gota de sangre más valiosa que por sus venas corría.

Pero como en todo palacio existían aparte del consorte real principal, el segundo y las concubinas que eran jóvenes tributos de otros territorios que daban hijos a veces enclenques, otras tan astutos como una serpiente de las montañas.

Se había sentido especialmente dichoso durante la mayor parte de su niñez jugando con los animales que su padre tenia en palacio algunos criados en sus muros, otros capturados, pero él amaba alimentarlos con su propia mano;  sus ojos azules eran como lapislázuli que los artesanos cuidadosamente trabajaban para sus vasos, hermosos y más cuando su inocencia relucía aplacando la divina cólera del soberano, su cabello castaño tirando a rubio herencia indiscutible de su ascendencia  igual que su tez dorada que adivinaban los clarividentes de palacio opacaría al mismo sol.

Sus padres auguraban que sería tan atractivo como los versos de un poema a los dioses en las fiestas estivales.

Más su condición como su padre, el consorte real principal lo excluía del trono, ni su hermana mayor podía sentarse en el trono. En aquel lugar los donceles y mujeres eran excluidos de tomar el título de herederos salvo si el rey no tenía más hijos  o si él lo manifestaba públicamente. 

No deseó el trono  porque su padre tenía otro hijo que cumplía con ese papel, más este lo aborrecía, ni tampoco el papel de consorte principal porque tenía a su hermana mayor que últimamente vivía taciturna y atormentada por su  desdichado destino quién cumpliría ese papel.

Así que él vivió feliz hasta el inicio de su pubertad... cuando 

—¡Sisifo!—la adolescencia le fue amarga en cierto punto, su hermana mayor murió víctima de un veneno, la joven destinada para ser consorte principal—hijo...

Con furia y lágrimas maduró sabiendo que sería destinado a casarse con su propio medio hermano, hijo de un consorte secundario que le parecía estúpido.

Más dejó de sentirte amargado cuando lo conoció a él... tan serio como los votos de los sacerdotes de ojos tan hermosos pero duros y presencia que oscilaba entre la prudencia y melancolía, un niño igual que él,  lo salvó de morirse por el frio. Pero aparte de lo que le gustó de él fue su cabello oscuro semejante al manto de la noche sin luna.

Esa lúgubre noche, los dioses parecían que querían infligirle dolor y forzarlo a abandonar su idílica existencia donde no creía que sus más cercanos seres amados se irían de su lado. Huyó desconsolado esquivando voces, lamentos hasta cuando el viento frio golpeó su rostro aturdiéndolo para caer al suelo lejos de casas y palacios. Luego pasos y una figura sosteniendo una antorcha, aunque no lo vio directamente supo que era alguien de su misma edad o menos.

Relatos [Sagicornio] Finalizada  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora