Parte 64

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O quizás si deberías preocuparte.

-Disculpa, no te escuche bien ¿Qué dijiste? - Arthur te miro con fastidio, sus mejillas se tiñen de rojo, esta avergonzado. Y tú, internamente, te dejas pensar que se ve bien así.

-Dije que acepto tu invitación a salir por ahí. - Por un momento tu mente se queda en blanco, para ser sinceros, ya se te había olvidado que le habías propuesto salir. La conversación hace semanas regresa a tu cabeza.

-¡Ah! ¡Claro! Ehh...- Y no sabes que hacer. Te ha tomado por sorpresa.

-El viernes podemos ir de nuevo a ese café al que fuimos aquella vez. - Te ofrece la opción, mientras revisa su sándwich con desinterés.

-Me parece una gran idea. - Y como tú no te caracterizas por guardarte las cosas y más si te da curiosidad, preguntas. - ¿Por qué ese cambio de actitud? - Él te mira fijamente, meditando su respuesta.

-Por que tenías razón...- Él aparta la mirada, se nota que le ha costado admitir eso, por eso no dejas de mirarlo, entre sorprendido y fascinado. ¿Quién iba a decir que tu compañero de almuerzo era tan fascinante? Quizás otros no lo vieran, pero para ti, Arthur tiene un aura atrayente que desde la primera vez que lo viste te engancho a sus maravillosos ojos verdes. En ese momento no te cuestionarías tus pensamientos, pero en el futuro te darías cuenta que esa fascinación por Arthur derivaría a algo más serio y no por eso menos fascinante. - Necesito hablar con alguien. - Su voz te regresa al presente, el de nuevo te está mirando.

-Yo también.


La vida de adolescente de Arthur Kirkland. HetaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora