◇Capítulo 5◇

833 147 4
                                    

Cuando llegamos al departamento  recibi la llamada de Mill, lo había olvidado por completo.

—¿Win dónde estás? —cuestionó preocupado—. Te he estado buscando.

—¡Maldición amigo de verdad lo siento! Es que sucedió algo y tuve que volver al departamento con el señor Varichawit, de verdad lo lamento.

—Esta bien Win, solo me preocupe al no encontrarte —afirmó tranquilo—. Todo esta bien.

—Lo siento amigo no quise dejarte, es solo que... —pensé en contarle lo que pasó, pero no quería preocuparlo—. Bueno de todos modos te lo voy a compensar, mañana celebraremos con una cena, ¿quieres?

—Claro —respondió alegre—. Nos vemos mañana, adiós.

Al cortar la llamada observe al guardaespaldas entrando con mis cosas y dejarlas en el sillón, pero cuando se volteó vi la mancha enorme de café en su espalda, me pregunté si de verdad ese café no lo había quemado.

—¡Hey espera! —dije mirándolo—. ¿Puedo revisar tu espalda?

—No se preocupe señor Metawin —respondió—. Ya le dije, el café no estaba caliente, iré a limpiarme a mi habitación, no se preocupe por mi.

Lo vi irse y fui traes el, porqué iba tras el... no lo sé, quizas porque sabía que eso le sucedió por mi, por protegerme.

—¡Espera! —exclame otra vez yendo tras el.

—Señor Meta.... —pronunció volteandose rápido, haciendo que choque contra el.

En un instante caímos al suelo, pero el rodeó mi cintura con uno de sus brazos y con el otro sostuvo mi cabeza contra su pecho para no lastimarme, lo único que pude sentir después fue el golpe de su espalda chocando contra el piso.
Cuando levante mi cabeza su rostro estaba tan cerca del mío que podía sentir su respiración y por un momento sus ojos volvieron a atraparme, de verdad tenía una mirada tan misteriosa que no podría ni siquiera imaginar lo que pensaba

—¿Esta bien señor Metawin? —cuestionó, haciéndome reaccionar, aparte mi mirada rápido de su rostro y me levanté de igual manera.

—Si, si voy a mi habitación —respondí y me fui deprisa, entre, cerré la puerta, luego me tiré a la cama confundido, no entendía porque ese hombre lograba ponerme tan nervioso y la verdad es que prefería no pensar en eso, así que decidí intentar dormir.

Al otro día desperté temprano, cuando tome mi teléfono tenía diez llamada perdidas de Jennie, y cuando estaba a punto de devolverle la llamada, ella lo hizo primero.

—¿Qué sucede Jennie? —cuestione confundido.

—Win levantáte rápido y prepárate —dijo nerviosa—. Tus padres van en camino.

—¿¡Que!? —grité—. ¿Por qué vienen?¿Qué quieren? —cuestione levantándome rápido de la cama.

— No lo sé, pero sabes que no tienes que dejar que se enteren lo que paso y menos que sepan que Bright es tu guardaespaldas, ¡oooohiiii Winni por favor no dejes que lo sepan! —gritó nerviosa.

—Lo sé, lo sé... no dejare que se enteren —respondí y escuche el timbre—. Llegaron tengo que colgar, adiós.

Salí corriendo de mi habitación y vi a Bright acercándose para atender el timbre.

—¡Noo! —grité—. ¡Espera! —exclame y sujete su mano antes de que toque el botón.

—¿Qué sucede señor Metawin? —cuestionó mirándome como si estuviera loco.

Soy tu GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora