El sonido de los relojes perneaban mis oídos con intensidad. Podía afirmar que me dolía.
-San, ¡tengo miedo! -le grité.
Él miraba a todos los lados tratando de buscar que ocurría pero evidentemente no había respuesta.
¿O quizás si había respuesta?
Observé una puerta a la distancia. Estaba entreabierta y era de una madera antigua. El número ocho estaba pintado de color blanco en toda la puerta.
Abrí mis ojos sorprendido y miré a San. Me acerqué a él, agarrándole del brazo y volteando su cuerpo hasta que pudiese ver la puerta.
Sus ojos se abrieron igual que los míos.
Comenzó a correr arrastrándome junto a él y entramos en aquella habitación.
La puerta se cerró detrás nuestra y todos los relojes pararon de sonar.
-¿Qué ha sido eso? -pregunté asustado mientras me separaba de su lado y caminaba por la habitación.
-Ojalá saberlo. Creo que nunca he pasado tanto agobio.
Aquello era cierto, el simple hecho de no saber del porque sonaban los relojes había provocado desconcierto de mi parte.
El ocho era algo importante y debía de descubrir que era.
-Creo que en esta habitación no hay nada interesante... -murmuró San observándola.
Cierto. La habitación era tan pequeña que solo una estantería era lo que cabía. La estantería tenía un largo impresionante que ocupaba toda la pared.
Me acerqué a la estantería y saqué un libro de color rojo.
"Las normas del gobierno."
No entendía porque la cubierta rojiza de aquel libro antiguo me traía nostalgia. ¿Lo habría visto antes?
También había que recalcar que aquel libro ya era conocido. El título lo conocía todo el mundo. ¿Pero que fuese rojo? Nunca había visto uno de color rojo, podía incluso afirmar que no están a la venta.
Fruncí mi ceño mientras acariciaba el lomo del libro. Me relajaba verlo, me transportaba a todos aquellos recuerdos que pensaba que se habían borrado.
Decidí abrir el libro encontrándome una sorpresa.
Había un nombre escrita en la primera hoja del libro.Escrito con una pluma.
Jung Seungjoon. Mi padre.
Mi ceño estaba muy fruncido, aquello me había tomado de sorpresa. ¿Mi padre había escrito un libro del gobierno?
Observé cómo San seguía observando la estantería y yo devolví mi mirada al libro. Pasé la página.
"Hola, bienvenido a este libro de edición ilimitada, ¡debes de sentirte importante al estar leyendo esto!
Mi nombre es Jung Seungjoon y odio el gobierno con todo mi corazón. El título es una mentira, no me interesa nada el gobierno. Únicamente es para que pases de desapercibido si lo lees.
Aquí podrás encontrar una investigación acerca de mi nuevo proyecto junto Ikeda Kano, ¡espero que te guste!"
Una sonrisa se dibujó en mis labios al leer tan solo aquel texto.
-W-Wooyoung -me llamó San.
Giré mi cuello observándole y mis ojos se abrieron con intensidad. La estantería estaba siendo echada para atrás, creando un inmenso agujero en la pared donde se podían ver unas escaleras.
-Solo toqué un trozo de madera que estaba apunto de romperse... -murmuró San.
-¡Eres un genio! -dije mientras asomaba mi cabeza en aquel agujero-. ¿Vamos?
San sonrió y tomó mi mano con fuerza.
-San y Wooyoung a la investigación -dijo feliz y una carcajada salió de sus labios.
Sonreí ante aquel tierno gesto que había hecho y comenzábamos a andar juntos.
Aquella palabra, juntos, la cual habíamos prometido cumplir.
Las escaleras parecían infinitas, caminábamos y caminábamos y estas no terminaban. Cada vez era más oscuro, la tenue luz de aquella habitación apenas era visible actualmente.
-Ahora hay que tener cuidado... -murmuré mientras bajaba con lentitud.
-¿Escuchas eso? -preguntó San y noté como su cuerpo se quedaba estático.
Me quedé callado esperando que continuase, ¿a qué se refería?
-Hay una mosca cerca de mi cara, voy a intentar matarla.
Solté una carcajada ante la tremenda estupidez que había dicho. Pensaba que había escuchado algo serio como podía ser la llegada de Ikeda o los relojes.
Una palmada sonó detrás mía y todas las escaleras comenzaron a brillar con intensidad creando una luz cegadora.
Miré a San entrecerrando mis ojos.
-¿Qué acaba de ocurrir?
-Di una palmada. ¿Se habrá activado la luz por eso? ¡Qué pasada! -sonrió San como un niño pequeño.
Acaricié su mejilla con dulzura. Aquella estupidez que pensaba había resultado ser una gran solución a uno de nuestros problemas.
-Eres un niño tontito e inteligente a la vez... -murmuré con una sonrisa y volví a tomar su mano, corriendo por las escaleras deseando llegar al final de estas.
Una inmensa habitación de color azul blanquecino apareció delante de nuestros ojos. Era una habitación moderna llena de todo tipo de cosas científicas y más estanterías llenas de libros.
Observé el libro que llevaba en mi mano provocando que San se percatase de este.
-¿De dónde lo has cogido?
-De la estantería, está escrito por mi padre pero supongo que no es lo mejor llevármelo...
Me acerqué a una de las estanterías y dejé el libro en esta pero un inmenso dolor en mi pecho comenzó a aparecer en mí.
Solté un quejido de dolor y caí al suelo de rodillas mientras tocaba mi pecho con mi mano tratando de que este parase.
Escuché unos pasos acercándose con velocidad para después notar cómo alguien caía a mi lado.
-¿Pero qué pasa? -preguntó San con dificultad mientras notaba como se retorcía a mi lado.
Levanté mi mirada y deseé no ver lo que había visto.
Me duele hacer esto pero si quieren otro capítulo este deberá de llegar a 20 votos y así continuará la historia.
Gracias por leerme. ❤️
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NO CONTROL ;woosan
Fanfiction❝En el año 3025, las almas gemelas son elegidas al momento de nacer. Pero no todo es amor, una de las personas tiene el poder de hacer lo que quiera con la otra mediante una pastilla, mientras la otra no puede negarse. La relación homosexual está pr...