Entre la Nieve

1.2K 95 10
                                    

La mañana de Nochebuena se había levantado completamente blanca. Casi medio metro de nieve se había acumulado durante la noche y como consecuencia muchos comercios habían decidido cerrar.

Las calles estaban prácticamente desiertas, y Luisita se estaba intentando hacer paso entre la nieve de camino al Asturiano, llevando una bolsa de comida que su madre le había encargado. Encima del frío penetrante, un fuerte viento se levantaba de vez en cuando llevando consigo copos de nieve que le impedían la visión.

Estaba a tan solo a una calle de su bar cuando vio un coche atascado por la nieve. La dueña estaba de pie al lado con el móvil en la mano, dándole golpes con aparente frustración.

Luisita se acercó a la mujer, la cual se imaginaba había decidido conducir pensando inocentemente que podría llegar hasta su destino a pesar de la acumulación de nieve.

—Perdone—le dijo al llegar hasta ella, y no fue hasta entonces que reconoció su cara. Era Amelia Ledesma, la famosa cantante de pop. En los últimos 5 años su música había estado prácticamente en todos los lados.

Amelia la miró un segundo y después sin escuchar nada más le dijo:

—Disculpa, pero ahora no es un buen momento.

"¿Buen momento para qué?", se preguntó Luisita, pero pronto entendió que Amelia se había pensado que se había acercado para pedirle un autógrafo.

Luisita se sintió molesta por su presunción, y le respondió de forma cortante.

—Solo venía a ver si necesitabas ayuda. Pero ya veo que lo tienes todo bajo control—y se dispuso a seguir su camino hacia el bar.

—Perdón—le dijo enseguida Amelia, haciendo que Luisita se parase en el acto—. Perdón, es que se me ha quedado atascado el coche, y encima mi móvil se ha quedado sin batería. ¿No sabrás dónde queda este hotel?

Amelia le enseñó una hoja de papel donde tenía anotado el nombre y la calle.

—Uy, esto está en la otra punta de la ciudad.

—Ya me imaginaba—dijo Amelia, con un tono de desesperación.

—Si quieres puedes venir conmigo al bar. Puedes cargar el móvil allí.

—¿El bar estará abierto? Parece que está todo cerrado por aquí.

—Bueno, no para el público, pero es el bar de mi familia, y vamos a celebrar la Nochebuena allí.

A la mujer se le iluminó la cara y aceptó la oferta de buen gusto. Probablemente ya se había estado imaginando que tendría que caminar hasta su hotel en medio del temporal.

—Muchas gracias, de verdad—le dijo acompañándola mientras Luisita empezaba a caminar—. Y perdón de nuevo por la contestación de antes.

Luisita se encogió de hombros.

—Entiendo que te pase mucho, y además estabas en un momento de tensión.

—Pero eso no es excusa, sobre todo porque tú solo estabas intentando ayudar.

Luisita agradeció la disculpa y le dijo en un tono más suave.

—No te preocupes.

—Supongo que ya lo sabes, pero yo me llamo Amelia.

—Yo soy Luisita. Mira—dijo señalando la puerta del Asturiano—, ese es el bar.

Entraron las dos juntas y Luisita se fue a hablar con su madre, explicándole la situación y pidiéndole un cargador para el móvil de Amelia.

Entre la NieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora