Se levanta por la noche desorientado y sin salida, recordando aquel día que el valor le arrebataron. Apuntando a la cabeza con aquella arma fría, por robar la billetera que estaba casi vacía. Aquel suceso costó la vida de su hermanito, este tan pequeñito que a su héroe defendió, dando un fuerte tirón de la mano del ladrón; con tanta mala suerte que el arma se disparó. Silencio, dolor, su corazón no latía por más fuerte que él llorara; al cielo miró y pidió que si un deseo le mandara... fuera que aquella bala se transformara en una flor.
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¿Por qué balas y no flores?
SpiritualEs una reflexión de por qué no podemos dejar de ser violentos.