Capitulo 25

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Santiago.

Estaba aún ebrio y para mi suerte entre a un bar pequeño, donde pedí más cervezas.

¿Como era posible que mis padres fueran hechos eso?

Entonces pensé en todo lo que ya habían hecho anteriormente.

Mis padres, unos padres retrógrados y egoístas. Siempre les había interesado la opinión del ojo público mas no la opinión de sus hijos o los sentimientos de los mismos.

Seguí tomando hasta que perdí la conciencia y me recosté en una mesa en el bar.

Alguien me despertó, era la mesera.

–Chico ya vamos a cerrar. - dijo.

Me levante enseguida de la mesa y salí, me monte en el carro sin saber a dónde ir. Para mi suerte no había ningún policía en las calles, porque si me fueran conseguido así ebrio ya fuera tenido una multa.

Me pare en un parque cerca. Revise el teléfono y tenía 40 llamadas perdidas entre Tiago, Jhon, Eric y Luke.

Pero había una llamada que me sorprendió más, era la de mi madre, llame y no me importo nada para mandarlo todo a la mierda.

La llamada estaba en línea y mi lado impulsivo salió.

–Eres la peor madre del mundo, ustedes nunca serán mi ejemplo. Nunca. Son una mierda. - le dije y corte.

Mis padres nunca serian mi ejemplo, no solo por lo de Lili. También estaba el asunto de mi hermana.

Mi herma había sido sacado de la casa y de la familia desde que mis padres se enteraron que tenía otros gustos que no fueran los chicos. Que era lesbiana.

¿QUÉ CLASE DE PADRE ERES SI ODIAS A TU HIJA POR SOLO SER LESBIANA?

Es tu hija, es sangre de tu sangre. A los hijos se les cuida hasta el último momento. Pero mis padres, no eran ese caso.

Mi madre comenzó a regresar la llamada, no me importo ignorar su llamada.

Toqué mi bolsillo y me conseguí con la llave del apartamento.

Esta noche, estrenaría el apartamento. Prendí el carro y me fui.

Llame a Alison y no se negó a que la buscara, busque a sus amigas también. Con la condición de no decirle nada a Blair.

Me pare en la entrada del complejo residencial donde nunca había estado y en donde viviría dentro de unos días.

–¿Buenas, donde se dirige?

Me dijo el vigilante.

Le mostré la llave y le expliqué la situación. Me las ingenie para que se comiera el cuento. No sabía ni en donde quedaba el apartamento.

–Su apartamento es el D-8.- el vigilante se creyó el cuento de que mi primo me había mandado. En la llave decía muy claro, D-8, pero ni sabia donde quedaba o en que torre era.

El vigilante nos guió y así llegamos al pasillo. Donde estaba solo dos apartamentos. El mío y el de Ana.

Le envié un mensaje a mi primo que todo estaba bien. Que no le dijera a nadie con quien estaba o donde estaba. Que si el vigilante del edificio lo llamaba le explicara lo mismo que yo le había dicho.

Entre al apartamento, era puro lujo. Mi primo tenía buen gusto, no me había estado completamente en el asunto de buscar apartamento porque sabía que mi primo lo haría mejor que yo.

Las chicas estaban impresionadas mirando alrededor.

Yo saque una botella, que siempre guardaba en el carro y había subido. Esto solo comenzaba.

–Bueno preciosas, pónganse cómodas que comienzo la fiesta. - abrí la botella.

Empezamos a jugar retos y de un momento a otro ya no teníamos casi ropa ninguna, estaba como Dios me había mandado al mundo y rodeado de puros bombones.

–Si ustedes pierden, haremos una orgía. - dije, ay Santiago, siempre sabes cómo sacar lo mejor de ti.

–Y porque mejor no empezamos de una vez, sin necesidad de perder o ganar. - Dijo Alison quien se levantó y se montó encima de mí. Se quito el sostén.

Ya sentía como la sangre me hervía de placer. Nos empezamos a besar y le quite el hilo. Pase mi boca por todo su cuerpo y mi palpitante virilidad ya se moría de ganas por tomar acción en el asunto.

Entonces Alison se paró y me agarro de la mano, llevándome al cuarto y todas las chicas más atrás entraron con nosotros.

Estaba rodeado de puras mujeres virtuosas físicamente.

Fue lo último que supe de mi esa noche, el alcohol y el sexo. Eran una buena combinación esta noche.





NOTA:

Espero que les este gustando, esto solo es el comienzo de todo lo que vendrá.

Saludos, xoxo

Aléjate o déjate llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora