✙Miedo✙

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 - ¿Dormiste algo? -Tras la "prueba" del sub capitán Amir, tanto Mónica como Lya se fueron a sus departamentos. Ninguna pudo dormir y ahora estaban muertas de sueño, frente a la comisaria. Las ojeras hablaban por sí solas -Olvídalo, mala pregunta.

Lya suspiro profundamente, no había cerrado un solo ojo en la noche pues cada vez que los cerraba, sentía lo mismo... los ojos de esa bestia, calcinada completamente, pegados en su espalda y dispuesta a matarla en un solo movimiento. Aun tenia remordimientos por "fallar" en su prueba, preocupada por el futuro en la isla, había pasado la noche en vela pensando en formas para que no vuelva a estar en una situación similar, por ello ahora estaba completamente ausente del mundo y mas despistada de lo normal.

- ¿Sabes que sucedió con Hit Boy? – Mónica pregunto. Mientras se cambiaban a sus uniformes en los vestidores de la comisaria.

- ¿Quién? – Lya respondió como pudo, estaba fuera de si misma.

-Ya sabes, el chico de ayer- La pelinegra entendía, de no ser por Lya ella ahora estaría junto a Hit Boy o quizás peor. El gesto de negación de la rubia dio a entender que ninguna sabia donde estaba o si se había recuperado.

Cuando terminaron, Lya se dio un momento para apreciar el uniforme. Era cómodo y aun así resistente, podía moverse con libertad pese a llevar una especie de falda lo cual le sorprendía. Salieron de los vestidores para encontrarse con el teniente primero Leon y este las encamino a donde recibirían su primera misión.

- ¿Hit Boy?... ¡Ah! El teniente Sarti. El debiese estar camino al continente- Contesto Leon ante las preguntas de ambas chicas. Ya era difícil ser escogido para entrar en Kirins y aquella prueba empeoraba más las cosas, como Hit Boy no aprobó, lo despacharon inmediatamente fuera de Salvatore- ¿Les gustaron sus apartamentos?

-Si, teniente primero-Respondió Lya formalmente seguida de Mónica, Leon se rio al ver la actitud de ambas.

-El único que exige tanta etiqueta es Amir, con los demás pueden hablar normalmente.

-En ese caso- Tomando confianza, Mónica se adelantó- ¿Qué es exactamente lo que haremos hoy? - Estaba nerviosa. La noche que tuvo fue horrible, había pasado horas lavando la sangre de Hit Boy de su ropa y aun podía sentirla sobre ella.

Lya también tenia dudas acerca de esto. Cuando vio Kirins de noche, le pareció una ciudad bellísima, la gente de ahí se hablaban como vecinos y todos contaban con una mirada sincera, no se podía imaginar problemas como robos o crímenes como tal. Pensó en la organización Reven, pero si ellos podían estar ahí fuera como si nada, con todas esas bestias, era estúpido pensar siquiera que estaban en la misma liga.

-Hoy me acompañaran a cazar-Dijo Leon mientras se anotaba con la secretaria de la comisaria- Les explicare todo de su trabajo a partir de hoy, por favor, si tienen dudas pregunten sin reserva.

Mientras se anotaba, nuevamente el ruido que Lya había sentido ayer volvió a resonar por las paredes del edificio. Una camilla entro rápidamente y algunos oficiales heridos detrás, recordó al grupo de ayer volviendo a sentir un escalofrío, no tenían un uniforme distinto al suyo y ya no se sentía tan segura por haber sido la mejor de la academia... solo podía pensar en que quizás ese sonido... hoy anunciaría su entrada envuelta en sangre.

-Lo primero, sus uniformes- Salieron y ya los estaba esperando un auto fuera, era una camioneta especial, blindada y con una jaula gigante detrás, tenía el tamaño de un tigre. Antes de subir Leon comenzó a explicar-No solo son excelentes para pelear, también son necesarios. A diferencia de los habitantes normales, mientras lleven estos, no tendrán problemas en las aduanas de las ciudades, ya sea para salir o entrar. También cuentan con un chip para saber en todo momento donde se encuentran, por muy perdidas que estén en Salvatore. Son bastante útiles, traten de no romperlos o Sara las regañara.

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