74: Guerra de corazones 2: llanto de un corazón roto.

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La ceremonia no se había concluido, Black Hat no pudo hacer lo que tanto había esperado. Sólo tuvo la oportunidad de verlo y besarlo por última vez justo antes de caer inconsciente.

Habían pasado dos días desde entonces.

~

Una motocicleta iba a toda marcha por las calles vacías, el conductor usaba un casco cerrado y su bata negra volaba con el aire. Se estacionó frente la mansión de sombrero y bajó de prisa sin importar que la moto cayera, corrió hacia la puerta y se quitó el casco mostrando su cabello despeinado.

Slug entró a la casa y enseguida gritó el nombre de su amigo. Comenzó a buscarlo y en cuanto lo encontró Flug corrió a él con prisa, lo abrazó y comenzó a llorar.

Slug envolvió sus brazos en él, lo sostuvo a su pecho mientras deslizaba de arriba abajo sus manos en la espalda de su amigo. El joven lloraba de una manera tan desconsolada que Slug sintió pena por él.

—Ya estoy aquí Bolsita— le susurró abrazándolo con más fuerza.

El héroe observó detalladamente a su amigo, Flug se veía pésimo. El villano tenía ojeras además de tener los ojos hinchados por tanto llorar.

Demencia llegó no mucho después, se emocionó de ver a Slug y enseguida ambos hicieron un saludo afectuoso. Los tres estuvieron ahí por apenas unos segundos porque enseguida se escuchó el llanto de la bebé. Flug miró a la tableta y sin decir nada más se fue a atender a su niña.

Al quedar solo con Demencia, Slug aprovechó para pedir detalles. Ella también se notaba triste y con los ojos llorosos.

—¿Puedes decirme qué pasó?

Demencia agachó la mirada.

—Hace dos días... se supone que saldría todo bien. No fue así, Black Hat cayó en cuanto Flug llegó al altar. No tuvieron su ceremonia. Desde entonces no volvió a despertar, él llora día y noche.

—Black Hat... ¿No ha muerto?

Ella negó. —No, no lo sé. Flug dice que no lo está. Después de esa noche lo ha tenido en su antigua cama de cristal.

—¿Cama de cristal?— Slug se sobresaltó, recordó la cama hiperbárica así que pidió que lo llevase ahí. La chica obedeció y ambos se dirigieron al laboratorio. Demencia se detuvo y señaló una puerta bien blindada.

—Está ahí dentro, no me permite entrar... y en realidad no quiero verlo de esa manera.

Slug comprendió, así que asintió y entró solo.

La habitación era pequeña, había una mesa llena de hojas y una silla, pero nada llamaba la atención tanto como aquella enorme cápsula.

Slug se acercó distinguiendo a Black Hat dentro. Él tenía un traje sumamente elegante y supuso que era la vestimenta que usó para su boda. 

HERENCIA ⚠HISTORIA EN EDICIÓN⚠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora