Decimoctavo día: ¿Nuevo plan?

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El sol entrando por la ventana apuntando en el rostro específico de Sinb fue lo que hizo que despertara. Había olvidado de cerrar las cortinas otra vez. Un cuerpo recargado en su brazo izquierdo la hizo sacar una sonrisa.

Eran las once de la mañana.

Se acercó a Yerin abrazándola por la cintura y dando breves besos en su hombro. Esas eran las mañanas que tanto anhelaba, mañanas junto a su Yerin, mañanas que no pensaba perder nunca.

─Buenos días, preciosa. ─Dijo Eunbi cuando Yerin comenzó a abrir sus ojos. ─Hoy salió el sol, va a ser un gran día.

─ ¿Tienes planes hoy? ─La voz ronca de Yerin despertando hacía retumbar el corazón de Eunbi.

─Aún no, pero pensé que podríamos dedicar este día para decorar el lugar, ayer dejamos todas las bolsas en la sala y específicamente en tres horas llega el arbolito. ─Eunbi había comprado por internet un árbol que Yerin había visto. ─Así que, aunque quiera que nos quedemos así todo el día, creo que tenemos cosas qué hacer.

─Me iré a bañar entonces.

─Hay que bañarnos juntas.

─Ni lo pienses, si quieres que recibamos ese árbol, no debemos entrar juntas. ─Antes de levantarse se acercó a darle un beso a Sinb. ─Te conozco, Hwang Eunbi.

Sinb solo vio cómo se alejaba el cuerpo desnudo de Yerin hacia la ducha del baño. Sí, ambas anoche habían tenido un excelente encuentro luego de algunas copas. No podía quejarse de la magnífica vida que actualmente estaba llevando y no dejaría que nada ni nadie le arrebate de nuevo su felicidad. Se sentó en su cama y atinó a ponerse su bata antes de entrar a la ducha. Aprovechó el bullicio del agua cayendo de la regadera para salir al balcón y hacer unos llamados.

Al cuarto timbre contestaron.

─ ¿Yewon? ¿Por qué no me contestabas? Necesitamos hablar urgente.

─ ¿Hola? ¿Quién eres?

Sinb colgó al escuchar que la voz detrás de la llamada no era de Umji. Del otro lado de la línea, una confundida Yuju se quedó mirando la pantalla del móvil.

Sabía que no debía haber contestado la llamada y quizás Yewon se enoje cuando lo sepa, pero no dejaba de sonar y el nombre de "no contestar" como remitente la dejaba incómoda. ¿En qué estaba metida Yewon?

A los minutos regresó Umji al lugar, Yuju solo sonrió y correspondió el beso que le dio al verla.

─La tienda no tenía el pan integral que querías, así que tuve que ir a otra, espero no hayas esperado tanto. ¿Ya está el café listo? 

─Eh... sí, estoy en ello. Olvidaste tu celular.

─Oh, cierto, creo que el hambre me ganó. ─Yewon miró la pantalla y unos mensajes enojados de Sinb la inquietaron. Se dirigió a las llamadas para confirmar lo que estaba pasando y temió, se dirigió al baño y gracias a que tenía activado el grabador de llamadas automático, pudo escuchar que no hubo más que un roce de palabras. Aunque de igual manera estaba molesta. ─Yuna. ─La llamó saliendo del baño.

─Creo que ya te diste cuenta.

─ ¿Por qué contestaste? No debes tomar mi celular, no tienes derecho para hacer eso.

─No fue mi intención, osea sí, es que no dejaba de sonar y me tenía alterada, lo ignoré las dos primeras veces porque pensé que era alguna llamada de promociones bancarias, pero que sonara tres veces ya se me hacía raro, a la cuarta simplemente tomé la llamada. ¿Quién es?

─Simplemente no te metas donde no debes, son cosas mías. No lo vuelvas a hacer.

─ ¿Quién es? No me has respondido.

Treinta días para recuperarte | SinrinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora