FUBUKI ━━ inazuma eleven

1 4 ¦ r o m p i m i e n t o

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one short
Universo Alterno
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— No entiendo como es que me convenciste para venir aquí. — pronunciate mientras observabas a los jóvenes bailar en la pista, mientras algunos comenzaban a ingerir alcohol.

— Creí que seria lo mejor. — Nagumo se encogió de hombros, a lo que rodaste los ojos.

— ¿Sabes que? Mejor voy a regresar a mi casa. — añadiste decidida dispuesta a cruzar la salida del lugar.

— (T/N) espera. — el de cabellos rojos te tomo del brazo. — se que esta no fue una buena opción, pero sabes que no soy bueno tomando decisiones. Solo diviértete y olvida al idiota de tu ex ¿feliz?.

— ¿Como supones que haré eso?. — te cruzarte de brazos observándolo atentamente.

— ¿Quieres cerveza?. — cuestionó sin más.

— Eres un estúpida, pero eres mi único amigo. — admitiste con desgana.

— ¿Entonces..?

— Solo una. — respondiste a lo que el pelirrojo sonrió con júbilo.

  Hacia unos días atrás habías terminado con tu novio, una discusión que inició debido a tu estrés acumulado. De nada serviría si te disculpabas por tu actitud ya que fue él, el que te dijo que sería lo mejor ir por caminos distintos.

  Durante esos días habías estado sumamente triste, sin ganas de hacer nada, sabias que habías tenido la culpa de todo y te arrepentirás de tus actos. Sin embargo tu compañero de habitación y mejor amigo, pensó que lo mejor sería distraerte un rato de que te encerrarás en tu habitación y te sugirió venir a una discoteca en donde podrías distraerte por lo menos, en horas.

  Sin embargo sabías que Nagumo solamente te había invitado porque nadie más quería llevarlo su habitación, solo aprovecho tu situación. Aunque por otra parte el tenía razón, debías pensar en otra cosas, a pesar de que ambos estuvieron por cinco años no debías dejar que eso te afectara demasiado.

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—¡Esto es maravilloso!. — exclamaste con una gran sonrisa mientras comenzabas a bailar con un grandullon.

  Nagumo se mantenía en un asiento apoyando su mejilla en su mano, mientras observaba como es que terminabas tu sexto vaso lleno de cerveza. Ahora pensaba que había sido una mala idea y es que pensaba que él iba a ser el único ebrio que regresaría a su departamento y no tú.

— ¡Me empiezo a aburrir!. — añadió mientras tomaba una soda.

  Cuando vio que te habias terminado el segundo vaso en menos de dos minutos, pensó que quizás lo mejor sería no beber ya que el no tenía el completo control de lo que sucedería y como su mejor amiga, le preocupabas. Así que durante la noche te esperaría en aquel asiento hasta que terminaras de celebrar tu soltería.

— ¿Nagumo?. — al instante el antes mencionado elevo sus cejas de forma neutra

— ¿Que haces aquí?. — se giró brusco hacia aquella persona la cual solo se limitó a sonreír, su mejor amiga la estaba pasando fatal y el único culpable de ello era él.

— Vine con Goenji, estábamos esperando a Endo y Kazemaru para una reunión. — expusó con sinceridad, aunque al instante solo frunció sus labios amargura. — ¿Como esta ella?.

— ¿En serio preguntas eso?. — Nagumo lo observó de mala manera. — a estado fatal, mientras que tú, se ve que la estás pasando mejor sin ella.

— Te equivocas. — Fubuki frunció el ceño. — aún la sigo amando, estos días han sido una completa tortura. — el albino suspiró.

— ¿Y qué quieres que haga?. — Nagumo le dio un sorbo a su bebida.

— Nada. — Fubuki apretó sus labios.

— No se porque hablas conmigo, no somos amigos. — escupió el pelirrojo, mientras que Fubuki solo río suave.

— Ya se. — bajo la mirada. — solo quería saber cómo estaba, la estaba llamado hoy pero no me contestó.

  Nagumo sorbio de su bebida evitando las ganas de carcajear, ya que el ya estaba harto de su amiga que se vio la necesidad de lanzar su celular desde el segundo piso. 

— Y quería que nos viéramos para hablar de la situación... — expusó el albino.

  Él pelirrojo había dejado de prestarle atención a Fubuki, por lo que decidió ver la pista de baile observando a su mejor amiga bailando sin ritmo y escuchando al albino cuanto te extrañaba. Estabas con un vaso vacío arrastrando los pies, evitando caer al suelo mientras estabas decidida a ir con Naguno.

  Este tras ver tus acciones te había hecho pequeños ademanes para que no avanzara más, solo unas pocas veces te había visto ebria y eras mucho más sentimentalista que en tus días y si veías a Fubuki de nuevo, sabía que llegarías a su apartamento con los ojos hinchados.

— Nagumo mi cerveza se terminó. — le llamaste una vez que llegaste hasta el, para después ejercer un puchero sosteniendo el vaso de plástico vacío.

  El antes mencionado observó a la persona que se encontraba a su lado, este se mantenía sorprendido y por sus orbes sabía que estaba feliz de verte de nuevo.

— Te dije que no era un buen momento. — añadió el pelirrojo con un semblante molesto, mientras tomaba el vaso de plástico.

— ¿(T/N)?. — cuando escuchaste aquella voz te giraste a observar a una persona de cabellos albinos.

— ¿Qu-? — lamentablemente un hipo te había interrumpido. — ¿F-fubuki?.

— ¿La invitarte a una discoteca?. — cuestionó Fubuki hacia Nagumo un poco molesto.

— ¿Y?. — le respondió el pelirrojo.

— Sabes que no tolera el alcohol. — declaró el albino.

— No puedes opinar porque no eres nada de ella. — atacó el pelirrojo.

— ¿No es mi novio?. — observaste a Nagumo confundida. — ¿me ...engañas?. — te dirigiste hacia el albino.

— No (T/N), yo te amo. — pronuncio Fubuki con una sonrisa provocando una risita tonta en ti.

— ¿Si tanto la amas porque terminaste con ella?. — Nagumo esperó una respuesta.

— No pensé con claridad. — respondió Fubuki. — y estoy totalmente arrepentido. — te extendió su mano. — ¿nos vamos (T/N)?.

— Si. — no esperaste ni un segundo más y tomaste su mano.

— Hey. — Nagumo lo detuvo. — ¿a dónde la llevas?.

— A su apartamento. — respondió sereno. — es obvio que si bebe una vez más, vomitará.

— ¿Y como planeas abrir la puerta?. — Nagumo frunció sus labios.

— Tengo una copia de la llave. — respondió una vez más, para después tomarte de la cintura y llevaste hacia la salida de la discoteca.

— (T/N) eres una idiota, pero una afortunada. — agrego sin más. — espera, ya no tengo que cuidar a nadie. — el pelirrojo sonrió mientras comenzaba a dirigirse hacia la pista de baile.