#19

155 16 6
                                    

Cada segundo que pasaba sola en aquél lugar hacían que su cuerpo temblara, aunque eso bien podría ser efecto de la molestia que aquellos dos pieles claras le habían causado.

 Su espera ni siquiera había sido tan larga, pero claro que sintió como si una eternidad hubiese pasado cuando notó a Lían detenerse en la entrada, observar el desorden que formaban los bancos, mantas y comida esparcidas por el suelo, y verla a ella. Luego tuvo la gracia de oír a la perfección la manera en la que Pierre maldecía al darse cuenta de la situación.

— Vaya que esto es una decepción...— habló la mujer, cuando ambos estuvieron parados frente a ella.— Puedes irte, y asegúrate que no quede nadie por aquí— ordenó al piel clara que los había traído, siendo respondida con un pequeño asentimiento de cabeza antes de que sus pasos lo condujeran lejos.

  Solo allí se tomó un momento para ver con atención a los chicos frente a ella.

 Ambos con la cabeza hacia abajo, la diferencia estaba en que Lían miraba al suelo, mientras que Pierre, siendo mucho más alto que ella, la observaba fijamente. La poca vergüenza del más alto, y aún más, su aparente desinterés por la situación, provocaba más por cada segundo que recibía esa actitud.

— ¿Por qué mejor no toman asiento mientras piensan una excusa?— les tomó unos segundos asimilar si eso era sarcasmo, pero terminaron por cumplir. Sin embargo, aún así ninguna palabra salió de ninguno de los chicos, haciendo que lo siguiente que se oyera fuera el impacto del choque de la palma de su mano con la mejilla de Lían.— Conoces perfectamente la mirada de mi hermana cada vez que pongo un trozo de comida en tu mano— obligó al piel clara a subir su cabeza, haciendo que no evitara mirarle.— ¿Puedes imaginarte lo que haría si sabe que estás arrebatándola de mis propias manos?

— Lo lamento.

— Oh, por supuesto. Todo el mundo lamenta haber sido atrapado— dejó salir un bufido.— ¿Qué hay de ti? Es obvio que te encanta parlotear y ahora estás más silencioso que un muerto. Sigo esperando una explicación.

— Ciertamente, señorita Adhara, no cuento con ningún tipo de recurso o poder que me haya permitido sacar comida de la cocina— informó el chico con firmeza luego de habérsele pedido hablar.

— Pretender decirme que no tenías idea del hurto, con el crimen habiendo sido resuelto en tu celda...— rio mientras negaba con la cabeza.

— Déjeme decirle que, de la misma forma en que usted lo hizo, cualquiera pudo haber entrado sin que yo tuviese idea alguna.

— ¿Así que Lían lleva semanas siendo capaz de hacer algo como esto... pero solo lo hizo cuando tú te diste cuenta de que podía hacerlo?— apretó los labios en una línea fina, intentando no gritar al verle asentir levemente con la cabeza.

— Tal vez sean solo coincidencias, o puede que Lían buscase el momento perfecto, ¿sabe?

— Está bien, en ese caso, puedes llamar al Guardia de Llaves— se cruzó de brazos, observando el exacto momento en que dejó de usar sus ojos inocentes.

— ¿Guardia?

— ¿Crees que solo porque es Lían no recibirá un castigo?— cuestionó con ironía.— Tal vez solo haga que el castigo dure el tiempo que tarde en comer todo lo de la bandeja, pero particularmente hoy no tengo mucho apetito...

Vio a Pierre caminar a pasos extremadamente lentos hacía la salida para cumplir con lo que se pedía, volteando una vez hacia el otro chico por cada centímetro que se alejaba.

— Está bien, sí, está bien. Fui yo quien le dijo que lo hiciera— se sinceró segundos después, dando media vuelta y volviendo a su asiento, está vez adoptando una pose parecida a la de Lían.

— Aunque es obvio que eso ya lo sabía— suspiró, apoyando su espalda en la pared mientras les veía.— Y también es obvio que crees que Lían tiene una especie de campo protector, que lo ampara ante cualquier enojo de un piel oscura.

— Lo lamento.

— Lo sabemos, Lían— asintió, sin quitar la vista de Pierre.— Lo que no sé es porqué tú piensas que mi día a día se vería alterado si hago que le corten la lengua— señaló al más bajo, quien prácticamente ni se movió ante la amenaza.— No es como si usase su habilidad de hablar muy seguido.

— Esa no es razón...

— ¡Haber robado de la casa es razón suficiente!— cortó lo que Pierre se había tomado el tiempo de pensar.— Si mi tiempo va ser desperdiciado con excusas tontas, al menos que el silencio se llene con razones.

Lían inmediatamente giro su cabeza hacia el otro chico, pareciendo dudar de su siguiente acción. Claro que lo único que Pierre hizo fue ignorarlo y bajar los hombros, en señal de que no tenía nada más para decir.

— Tal vez...— el más bajo empezó, con su voz hecha un murmullo, recibiendo de inmediato la mano de Pierre en su hombro.

— ¿Tal vez qué, Lían?— alentó la mujer, extendiendo su mano hacia él y obligándole a ponerse de pie una vez la sostuvo.

— Creo que...

— Lían, no— advirtió el chico, parándose a un lado.

Solo tuvo que señalar el banco para que el chico volviera a sentarse y cerrar la boca, mientras alejaba a Lían de él y hacía que le diese la espalda.

— ¿Quieres mi confianza de vuelta?— cuestionó, acunando el rostro del piel clara entre sus manos. Vio sus ojos vagar por toda la habitación antes de volver a fijarse en ella y apretar los labios con fuerza.— Mi confianza, el jugo de naranja por las mañanas, agua caliente en las duchas y un lugar cómodo donde dormir— aclaró, insistiendo en que no voltease hacia Pierre.

— Pero...

— De todas formas, si decides faltar a tu trabajo conmigo dos veces, estoy segura de que aquél piel clara rubio de recién estará dispuesto a seguirme— se encogió de hombros, alejándose de él.

— Está bien— gruñó Pierre, echando su cabeza hacia atrás y golpeando suavemente la pared.— Vamos a llevarte.

— ¿Llevarme?— repitió, frunciendo el ceño con levedad.

— Te llevaremos, si también podemos llevar la comida.

— ¿Te sientes en lugar de poner condiciones?

— Está bien, lo haremos de la manera que quiere, señorita Adhara— dejó escapar un suspiro pesado antes de ponerse de pie.

— ¿A dónde vamos?— preguntó, al verles dirigirse hacia la puerta a paso seguro.

— Vamos a llevarla— informó Lían, con simpleza.

— Eso no da mucho contexto— se quejó.— Además, no tengo puestos zapatos para caminar largas distancias.

— ¿Acaso quieres que te carguen?— Pierre usó una voz sarcástica, pero en el momento en que se volteó a verla cambió su actitud.— ¿En serio...?

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

¡Hola!

Capítulo :) Y la historia ya llegó a las 500 lecturas :D iuju.

 Gracias por detenerse, espero que les guste y que disfruten de su lectura.

Lucie.

En otro punto, si gustan pasen por mis otras historias :D Una trata sobre híbridos, la otra es un fanfic de Harry Potter y la otra es un One-Shot de la banda Seventeen, por si les interesa. bai.♡

Pieles ClarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora