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El destino de una persona está escrito desde antes que nazca. Cada persona viene a este mundo para vivir su propio destino.

De todas las personas del mundo, ella tuvo que alterar el mío.

—Tú, pequeña malcriada, me aseguraré de que nunca seas feliz. No lo mereces.—

Esa fue mi madre, cuando yo tenía 5 años. Fueron sus últimas palabras antes de morir y arruinar mi vida para siempre. Mi madre no era una mujer de fiar, ella utilizaba la magia negra para conseguir lo que quería o simplemente para vengarse de quién se interponía en su camino.

—A partir de hoy, toda persona que quiera acercarse a ti morirá. ¿Entiendes pequeña malcriada?—

Los años de maltrato acabaron cuando ella se suicidó, a veces pienso que hubiera sido mejor morir junto con ella. Prefiero mil veces eso, a vivir esta miserable vida.
He visto morir a los pocos familiares que tenía cerca, uno por uno. Ellos se negaron a creer en las palabras de mi madre y yo también. ¿Las consecuencias? Muertes repentinas.

He logrado educarme yo sola, y con trabajos de medio tiempo he ahorrado lo suficiente. Ahora vivo en la ciudad, en un pequeño departamento cerca a la universidad donde estudio.

Siempre he envidiado a las chicas que son bonitas, y que tienen infinidad de amigos y amigas detrás de ellas. Siempre quise saber cómo se sentía, pero cada uno tiene su lugar. A mí me tocó estar sola desde muy pequeña, sin amigos y sin familia.

Mi ritmo de vida era trabajar, estudiar y evitar hablar con las personas. Pero desde que él llegó, no he podido estar tranquila.

Lo conocí de la forma más cliché posible, iba rumbo a la biblioteca con una pila de libros enorme para devolver.
Nunca he sido torpe, siempre he visto bien por dónde camino, pero esta vez no fue mi error si no el de él por no fijarse.



























i love you, but we can't be togetherWhere stories live. Discover now