Narra Jordán:
—Príncipe, aún no hay noticias—habla el guardia—se ha ordenado la cooperación a las manadas y los reinos con los cuales tenemos el tratado, tal como usted ha pedido.
—sin embargo, sigue sin haber noticias.
Por primera vez le dirigió una mirada a el hombre.
El en su sitio se remueve de manera incomoda—Al principio, no han querido, luego de MUY buena conversación, gustosamente han accedido—informa e inhala tomando aliento para proseguir—por otra parte, la investigación no tiene avance. —su voz suena agotada y de manera nerviosa especula—no hay huella o indicio alguno del intruso, como—traga con nerviosismo antes de mencionarlo—si esté no existiera.
¡DIABLOS!
Reprimo las emociones y suelto de manera neutral—Continúa con la búsqueda—sacudo la mano en señal de retirada, ante esto el hombre se inclina y en silencio se marcha.
*Flashback*
Era de madrugada, el plan estaba listo, no había ningún solo error, mi gente protegía a mi reina.
Nada debía salir mal.
Partimos hacia el campo de batalla.
—¡Ataquen! —los hombres peleaban con valor, reprimieron a los rebeldes lobos que se negaban a seguir el tratado y asesinaron a los humanos con los que simpatizaron para rebelarse.
todo iba según lo planeado, no había ni un solo indicio que indicara "error".
Salimos victoriosos, todos festejaban la victoria.
Volvimos en la madrugada listos para encontrar a nuestras familias pero no vi a Catelyn
Entonces me apresure a llegar a nuestra habitación pero en cuanto abrí la puerta ambas desaparecieron ante mis ojos.
*Fin del Flashback*
Esa noche el perpetrador deliberadamente ingreso a la mansión, pero...
¿Por qué tomarse tantas molestias?
Obviamente me estaba declarando la guerra.
El ingresar para él no era un problema sin embargo se tomó la molestia de hacerlo delante de mí, plantándome cara, solo para decirme que era más fuerte. Aquel hombre de rostro desconocido y ropa negra estoy seguro que se estaba burlando en ese instante de mi.
Se burlaba porque simplemente no pude hacer nada para protegerlas.
«La moneda ha sido lanzada»
Águila o sol
¡Al final yo gano!
Atentar contra mi familia es el peor error que alguien como él pudo cometer.
Las voy a encontrar aun así sea ultimo que haga, las buscare inclusive debajo de las piedras de ser necesario, pero de que las encuentro, las encuentro.
—Príncipe—hace mención mi mano derecha, Ethan, mientras ingresa a la habitación con una mirada de preocupación—Es grave—murmura de manera apenas audible pero soy capaz escucharle debido a mi avanzado desarrollo auditivo.
Asiento ante su comentario.
Le invito a sentarse, pero se niega, ignorando su presencia me lanzo al mueble más cercano, cierro los ojos intentando buscar un poco de descanso. Desde el día de su desaparición no he tenido ningún momento de tranquilidad.
De pronto habla y su voz suena áspera, casi a una orden—¡Déjalo ya! —en ella percibo un poco de enfadado—Detén la búsqueda—bofiro malhumorado, en todo el tiempo que me ha servido jamas le había escuchado hablarme de ese modo.
Sus palabras son un balde de agua fría para mí, bruscamente me pongo de pie y a pasos rápidos me acerco para tomarle del cuello.
No puedo creer que esas palabras hayan salido de su boca.
—¿He oído mal cierto? —aprieto su quijada, Ethan palidece enseguida. Hago un enorme esfuerzo en soltarlo y al hacerlo se desliza sobre la pared observando en silencio la pared del lado contrario.
Eso es todo lo que necesito para saber que habla enserio.
¡NO! —exclamo exaltado—¿Quién te crees que eres para decir eso? ¿Tienes autoridad alguna?—replico con enojo.
Mantiene sus ojos sobre mí y por primera vez en todo el tiempo en que hemos estado juntos le veo dirigirme una mirada desafiante mientras se levanta y sacude su traje.
Me fulmina con la mirada mientras habla—El consejo está cansado y yo también—Sentencia—Si no comienzas a tomarte más seriamente los asuntos te destituirán del trono—calmadamente avanza hasta mi—Tienes que superarlo, ya han pasado dos putos años.
y es que aun así pasaran 30 años no iba a dejar la búsqueda.
—MADURA—grita
Incrédulo le observo de cerca.
Exasperado paso mi mano derecha sobre mi cabello y río burlonamente—¿Es, enserio? —mi pregunta le toma por sorpresa haciendo que su mirada vacilé, me conoce tan bien como para saber que puede suceder.
Vagamente mira a los costados, pero no se retracta.
Con enfado grito—¿Me pides que abandone a Catelyn y a mi hija? —mis palabras resuenan en toda la habitación—¿es eso así? —acorto mi distancia.
El suelta un suspiro, como si reconsiderara lo que dirá.
—El consejo tiene razón, has perdido los colmillos Jordán—calmadamente sonríe—un monstruo sin colmillos, no es útil, bien lo sabes.
En un abrir y cerrar los ojos, lo tengo entre mis manos. Estrello su cabeza contra la pared.
Ladinamente suelto una sonrisa—No hables por hablar—advierto—Los monstruos no provienen de la oscuridad, siempre han venido de la luz.
La sangre no tarda en bajar por su frente y cubrir su mejilla lentamente.
—Te queda a la perfección el color carmesí—susurro—un consejo.
resérvate tus comentarios. —escupo con molestia soltándolo de golpe
Ethan se hecha a reír sin parar y niega burlonamente.
Un monstruo no tiene debilidades Jordán, y ellas son las tuyas—alega—si llegaste a donde hoy estas, es porque no las tenías. Tendrás que escoger. Ellas o el imperio. Has perdido.
Lo lanzo contra la puerta. —Lárgate. —cómo puede el vampiro atraviesa la puerta.
Solo entonces me dejó caer sobre el mueble más cercano.
Se que sus palabras son ciertas, no soy el mismo, he perdido la batalla conmigo mismo más no la guerra.
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Les comenzare a subir los capítulos ya modificados, espero que los disfruten.
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El príncipe del Inframundo[#4]©
Casuale« 𝕃𝕒𝕤 𝕕𝕖𝕓𝕚𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕𝕖𝕤 𝕖𝕩𝕚𝕤𝕥𝕖𝕟, 𝕒𝕦́𝕟 𝕤𝕚 𝕝𝕒𝕤 𝕟𝕚𝕖𝕘𝕒𝕤. » Traiciones por doquier eso quedan, el villano que aún persiste entre las sombras y un rostro el cual pensó no volver a ver. El infierno está por iniciar y aunque no...