Cerca de mostrar el secreto.

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He Tian caminaba a pasos silencio, con falsa tranquilidad y vigilando sus espaldas, se sabía ese barrio de memoria después de todo en ese lugar había vivido su pelirrojo de humor malo, la casa seguía siendo la misma, todo estaba en su lugar, el se había encargado de eso cuando llegó una de tantas veces y observo que Mo y su madre se habían ido, dejando casi todas sus pertenencias, por lo poco que sabía, lo habían hecho para olvidar su pasado y volver a empezar de nuevo fuera de la pequeña comunidad.
Estaba a tan solo dos pasos cuando un policía joven, de estatura mediana y algo nervioso lo enfrentó, Tian al verlo solo sonrió con superioridad, y lo apuntó.

—Tienes dos opciones, una, ¿Te marchas y no dices nada? Dos. ¿Una bala en la cabeza y el reporte como ajustes de cuentas?— Lo apuntó con su pistola y caminaba lentamente, rodeando al chico el cual nervioso disparó en el abdomen de He.

Este enojado solo se fijó como el novato escapaba con miedo y dejaba el arma en el suelo, Tian se tocó el abdomen y se molestó, no era grave pero le iba a causar bastante problemas para escapar, tomó la pistola del policía y la limpio, para luego arrojarla, a sus espaldas escuchó el sonido de una moto, se giró y observo a su niño de cabello rojo montado en ella y observándolo con decepción.

—Sabes, te esperé, pero luego me di cuenta que es algo ridículo entablar conversación con un narco y seguí con mi trabajo. — Se bajó del vehículo y se quedó en el mismo lugar mostrando las llaves del hogar que estaba a tan solo cinco pasos de ellos. — En este momento puedo, pero solo para que me digas que deseas y para ayudarte con esa herida.

—Bien, aunque ya le di mi ubicación a mis subordinados, son eficientes, muy educados. — Dejó la mano en su abdomen y caminó detrás de su ex amigo, el cual lo ayudo al entrar a casa y lo sentó en un viejo sofá. — Hace años que no estoy en este lugar, tiene la misma esencia.

—Pensé que vendría tu hermano, me atrevo a decir que es más agradable que tú, He Tian. Y si, de ves en cuando vengo para acá con CuzzButt. — Saco un botiquín, y se acercó al hombre en aquel sitio, ya no era un niño de 17 años. Le quitó la camisa y con asombro pudo apreciar que Tian estaba lleno de cicatrices y varios tatuajes.

—Son recuerdos, algunos son para cubrir la cicatrices más feas. — Le dejó en claro mientras sonreía con cansancio y cerraba los ojos.

—No le interesa saber tu vida, solo quiero saber el motivo de tu visita y el porque quieres hablar conmigo. — Bajó la mirada al abdomen y ahí con cuidado sacó la bala, no era tan grande, limpio la herida y poco a poco fue saturando.

—Recordar viejos tiempos, ser amigos o amantes, lo que más te guste. Y no, no es lo que piensas ya tengo mis contacto en la policía. — Dejo su nuca descansar en el sofá y lo vio con los ojos entrecerrados.

—Ya no es lo mismo, antes era tu padre, tu negocio o tu hermano, también era la sociedad dónde tú y yo nos desenvolvíamos. Ahora es diferente, es tu padre, es mi madre, es mi trabajo, es el tuyo, es tu mujer y posiblemente tu hermano y sigue siendo la misma sociedad, creo que hasta peor. — Se levantó terminando de cerrar la herida y le coloco de nuevo su camisa— Fue tu traición He Tian, fue tu actitud de niño rico que todo lo quiere. Pero ahora sí no, cuando el que era tu amante es policía, pues has llegado tarde yo tengo alguien.

—Podrás tener a todo el quieras Mo, créeme yo con eso no me meto, pero siempre serás mío, a ese supuesto alguien dime, ¿Cómo lo vas a ver a la cara? Sabiendo que aún me amas, sabiendo que extrañas mis besos y caricias, como vas vivir con el si tú pensamiento siempre estoy yo. — Lo observó con triunfo, respirando algo jadeante y dando en el punto exacto.

—Con el mismo método que tú usaste, coméntalo, dime cómo hiciste para no pensar en mi mientras tenías sexo con ella, pues eso que hiciste tú lo haré yo. — Le sonrió y guardó todo lo usado, mientras respiraba profundo.

—Es que ahí está el detalle Mo zi, yo nunca deje de pensar en ti, la vas a comparar a ella contigo, cuando tú eras el que me volvía loco con tus gemidos, el rostro que haces cuando estabas en la cúspide del placer, lo besos húmedos que te dejaba en el cuello y que duraban semana. — Se levantó y se acercó por atrás, tomándolo de su cintura y besando su nuca no si antes pasar la punta de su nariz para sentir como el pelirrojo se erizaba. — Si tienes alguien, no me ha podido sacar de tu mente, ni de tu sistema y tampoco ha sabido marcar tu piel como es.

—Basta Tian, ya te dije mi respuesta, no puedo ser tu amigo, mucho menos tu amante. No seas egoísta y piensa por primera vez, que yo también necesito surgir como persona. — Se alejó de su abrazo y tomó la llave para dársela al chico. — Ten, espera a que las aguas de calmen y llama a tu gente me tengo que ir.

He lo tomó de nuevo por al cintura y lo beso en los labios, Shan reaccionó aquella acción correspondiendo, acariciando su pecho y dejando entrar la lengua de su amante.

El joven heredero lo sujetó de la cintura y lo sentó en la mesa, para seguir devorando más allá de sus boca, llegando a su cuello y rompiendo su uniforme.

—Me jode verte con esta ropa, me aleja de ti. — La terminó de rasgar, bajo a su pecho para lamer sus pezones y desabrochar su pantalón.

Shan le quitaba la camisa con destreza y dejaba al descubierto su pectorales tatuado, beso su barbilla, cuello y hombros, delineaba su abdomen.

El teléfono empezó a vibrar y el pelirrojo regreso a la realidad, era una llamada de su jefe, aún así Tian fue más rápido y rompió el móvil, sacó una pastilla la llevo a su boca, beso de nuevo a Mo haciendo que se la tragara.

El pelirrojo se empezó a marear y lo observó con enojo mientras su cuerpo se relajaba.

—Por eso nunca confíe en ti.— Estaba débil, pero su  conciencia intacta.

—Jamas debiste hacerlo, cuando mi deseo crece cada día más. — Se acomodó la camisa y lo observó con seriedad.
Llegó una comioneta al barrio, estacionó frente al humilde hogar, de ahí bajó He Sheng junto a su imparable guardia el cual entro junto a el y vio a su hermano que acariciaba la mejilla de un débil y rabioso Mo.

—Pasan los años y no superas a este chico del barrio que para colmo es un policía. — Lo reprendió mientras se acercaba para ayudarlo a levantarse.

—Si tu puedes tener tu amante, ¿Por qué no puedo hacer lo mismo? Y más que eso, es el dueño de todo lo mío. — Beso la mano del pelirrojo y observo a su hermano mayor.

—Es tu decisión, solo te pido que tengas cuidado. ¿Ya le has hablado de el? Recuerda que mi.. — Fue interrumpido por el chico de escalofriante personalidad.

—Todo a su debido tiempo, por ahora cállate y ayúdame a llevarlo a mi apartamento, y lo llevas a el. Mientras más rápido mejor, dependiendo la respuesta, veo como actuó.

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