Save Me - 💦 ; Black Clover (Noelle × Asta)

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Noelle simplemente había salido corriendo, ni ella se creía que le costaba tanto aceptar la verdad, la dulce o cruel verdad. Esta al entrar a la sede Vanessa la vio extrañada, estaba empapada por la lluvia cuando ella había avisado que hoy lloveria pero Noelle no le había dado atención alguna cuando ella lo dijo.

— ¿Ocurre al- — Esta no finalizó su oración al ver que la chica ya se había ido.

La de cabellos albinos había dejado el piso mojado, un camino de hacia donde se dirigía, que seguramente era a los baños. Pasados unos minutos Asta había llegado, también empapado.

— ¡Oooh no, no des ni un paso más chico! — Comentó la bruja que recién terminaba de pasar un trapo por el suelo.

— Ya, ya.

— Te traeré una toalla para que te seques, quítate los zapatos y no hagas más escándalo que en todo el día no bebí.

— Yaa, okey. — Comentó Asta sin muchas ganas sintiéndose regañado.

Pasados unos minutos Vanessa llegaba con una toalla para Asta, al dársela se tiró a su silla y tomó su botella de vidrio que se mantenía cerrada porque tal y como dijo la misma, no bebió en todo el día. La bruja dio un sorbo del vino y luego habló.

— Que bien se siente tomar... Bien, dime qué pasó entre Noelle y tú. No puede ser casualidad que Noelle haya llegado empapada y a los minutos tú igual, ¿qué ocurrió?

— Aaay no me recuerdes lo que pasó... Me le declaré.

— Ya tenía que llegar ese momento galán, ¿qué te respondió? Supongo que te aceptó a distancia se nota lo que está loca por tí.

— Me rechazó...

— ¿¡Eh!? — La bruja se exaltó y casi tiró su botella al suelo. — Es imposible eso, ¿estás seguro? Sabes no es confiable confiar en los consejos de una borracha pero para mí es que ella piensa que tú sientes pena por ella o que ella no vale para tí y tal vez tenga otros motivos pero...

Esta se paró con su botella siendo sostenida con la mano derecha, la bruja se acercó y colocó su mano izquierda en justamente el hombro izquierdo del chico.

— Asta, tú sabes a la perfección por lo que pasó ella, eso cambió su forma de pensar y la hizo muy insegura, tú... Tú debes ser quien la salve. Tal vez esté equivocada al ser una simple borracha pero para mí es así.

— Vanessa... — Asta se impresionó por las palabras de la contraria.

— Tienes que demostrarle lo que la amas porque si no, Noelle pensará que solo sientes pena por ella. Déjala tranquila pero no te alejes de ella, no la vayas a molestar ya que seguramente se haya ido a bañar cosa que tú también tienes que hacer.

— Sí, ¡gracias Vanessa!

Mientras tanto con Noelle ella estaba en las aguas termales eran de sus lugares favoritos o los que más le gustaban ya que se podía relajar al completo. Esta ya estaba dentro del agua caliente, se notaba a simple vista que estaba algo estresada. Su mente como daba costumbre pensaba diversas cosas que la mataban, todos esos sentimientos juntos era mucho para la pobre albina.

— ¿Porqué esto es tan cruel? — Comentó la albina con su mirada hacia el agua mientras que sus ojos amenazaban con soltar lágrimas. —¡E-esto... esto es una gran mierda! ¿Porqué a mí, porqué a mí?

Los nervios le ganaban y se apoderaban de su cuerpo, su mente y alma. Se sentía destrozada.

— ¿Realmente el siente pena por mí? Doy... doy asco.

Sus agrias palabras al igual que pensamientos se ganaban su mente. El aura que ella desprendía era deprimente que hasta que cualquiera sin conocerla se pusiera mal por la muchacha pero no solo desprendida tristeza si no rabia, agonía. La albina se sentía tan incapaz de recuperar su forma de ser. Se hundió en el agua con la idea de librar su mente de todo pero ella no podía, era imposible. ¿Realmente existirá su final feliz? Ella no creía sin embargo un albino si lo creía y ese final feliz no era solo de la albina si no que de el albino.

Mientras tanto en las aguas termales de los chicos Asta raramente pensaba y analizaba las cosas.

— Noelle... Prometo hacerte feliz y que no siento pena por tí.

El chico sonrió para sí mismo, estaba pensando en qué decirle en su segundo intento de declararse hacia Noelle, el no era bueno en el amor era todo menos eso y nunca se había imaginado pensar así y menos de una chica.

Quien diría que el chico albino, tonto, olvidadizo, desconcentrado, exagerado y que no entiende casi nada estaría pensando en cómo conquistar a una chica.

Quién diría que la chica de la realeza que no podía acertar ni un tiro, creída para ocultar sus inseguridades, que siempre trataba de mejorar y ser alguien mejor estaría hundida en una depresión cada vez más en el fondo de un mar sin fin en el que es imposible llegar al fondo y poco a poco ese agua la ahogaba para ya no dejar rastro alguno de la muchacha.