◇Capítulo 7◇

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Cuando desperté al otro día, a mi lado sentado aún seguía el guardaespaldas, yo aún sujetaba su mano, no podía creer que seguía aferrado a ella, no podía explicar lo que sentí en ese momento, pero se que verlo allí me traía mucha paz.
No podía dejar de mirarlo, su cabello, su nariz y esos labios tan perfectamente formados, "maldición", me dije a mi mismo, arrempintiendome al instante por haber estado pensando en eso y golpeé mi frente luego.

—Buenos días —dijo Jennie entrando a la habitación—. Es hora de irnos a casa mi dulce Winni —afirmó, y al vernos ella se congelo dónde estaba, sorprendida, entonces me di cuenta que Bright también había despertado, pero yo todavía seguía tomando su mano, lo mire y lo solté tan rápido como puede—. Ooohiii, ¿acaso interrumpo algo querido Winni? —cuestionó sonriendo.

—Claro que no... yo solo... solo quería ver cómo seguía su mano —respondí—. Eso es todo.

—Entonces creo que voy a llamar al medico para que te revise otra vez —afirmó riendo—. Porque agarraste la mano equivocada.

Mire a Bright en ese momento y el de verdad parecía aún no entender de qué se trataba todo.

—Mm... como sea, ¿ya me puedo ir? —cuestione cambiando de tema.

—Claro el doctor acaba de firmar el alta, podemos irnos —respondió ella con una sonrisa—. Te daré un tiempo para prepararte —agregó mirando a Bright.

—Señor Vachirawit por favor ayude a Jennie a llevar mis cosas al auto —ordené entonces—. Yo me cambio de ropa y los sigo.

—Esta bien señor —respondió y fue con Jennie.

De camino a casa volví a preguntarles por lo sucedido, entonces Jennie me explicó que el hombre que me atacó no estaba bien psicológicamente y la policía concluyó que solo fui un blanco al azar.
La idea de que fuera al azar me tranquilizo un poco, quizás porque sabía que le podía suceder a cualquiera y no era solo contra mi.

—De todos modos señor Metawin tendremos que ser mas cuidadosos de ahora en adelante —mencionó el guardaespaldas mirándome a través del retrovisor.

Cuando llegamos a mi departamento nos encontramos a Mill esperando en la puerta, al verme corrio hacia mi y me abrazo.

—¿Win cómo estás? —cuestionó preocupado—. ¿Por qué no me dijiste nada?¿Cómo es que me entero por Jennie cuando ya fuiste dado de alta? —me reprochó molesto.

—Lo siento amigo, hablemos dentro si —respondí y entramos, entonces Mill tiro furioso su chaqueta en el sillón, realmente estaba muy enojado.

—¿Por qué demonios no me dijeron nada Win? Se supone que soy tu mejor amigo, ¿por qué me lo ocultaron? —cuestionó—. ¿Cómo es que nadie aparte de ustedes sabía de esto?

—Mill no te molestes con Win —interrumpió Jennie—.Fui yo la que bloqueo la noticia, si esto se sabía no tardaría mucho en llegar a sus padres.

—¿Win cómo es posible que no se lo hayas contado ni siquiera a tus padres? —cuestionó molesto—.¿Enserio crees que esta bien ocultárselo?

—Lo sé amigo, lo siento, pero tú mejor que nadie sabe que si mi padre se entera me obligara a dejar de actuar y eso no puede pasar, me costo muchísimo llegar hasta aquí —afirme tirándome al sillón.

—Bueno eso lo entiendo Win, pero, ¿por qué me lo ocultaste? Sabes que yo habría ido a cuidar de ti.

—Lo lamento Mill, no fue mi intención ocultartelo, además solamente fue un día, no necesitaba que fueras, el señor Vachirawit estuvo conmigo en todo momento.

—Aún así Win, como el —expresó apuntandolo—. Puede cuidarte mejor que yo, soy tu mejor amigo y el que más te conoce.

—¡Esta bien amigo cálmate! —exclame sonriendo—. Ahora que el señor Vachirawit esta aquí no tendrás que preocuparte tanto por mi, a ti ya te he molestado lo suficiente.

—Ok Win, como sea —dijo molesto—. Me tengo que ir, nos vemos.

—Pero Mill...

—No te preocupes, solo cuidate... Adiós —respondió y salió del departamento.

                

Durante toda su conversación el humano Mill nunca volteo a verme, a pesar de que en un momento se refirió a mi, pero antes de salir me dijo adiós, y la mirada en su rostro era muy diferente a la de siempre, quizás solo estaba molesto, pero en ese momento no podría decir si su expresión era de enojo, decepción u incluso odio.

Unos segundos después de haberlo visto salir tuve que seguirlo porque el humano Win me pidió que le alcanzara la chaqueta que olvido, estaba llegando a doblar el pasillo cuando escuche su voz nuevamente.

—Te dije que tendré tu dinero muy pronto —decía hablando por teléfono—. No necesitas llamarme todos los días, siempre te he pagado.

Cortó la llamada, y yo fingí doblar el pasillo corriendo para que no se diera cuanta que escuche su conversación

—Señor Mill —lo llame deteniéndome frente a él.

—¿Qué? —cuestionó nervioso guardando el teléfono—. ¿Qué haces aquí?

—La olvido —respondí mostrándole la chaqueta—. El señor Metawin me pidió que se la entregara.

—Ok, gracias —dijo tomandola y luego entró al ascensor.

Me pregunté en ese momento con quién pudo haber estado hablando y porqué hablaba de pagarle, que exactamente era lo que debía pagarle, tendría que averiguarlo, aunque también podria ser que no sea nada, ya que los humanos tienen muchos vicios y eso vicios necesitan dinero, pero algo me decía también que no confíara en el.

De vuelta en el departamento vi al humano dormido en el sofá, y la señorita Jennie ya no estaba, por unos minutos lo observe, preguntandome en como alguien podía querer lastimarlo, porque a pesar de ser caprichoso y desobediente, no era una mala persona, incluso en algunos momentos podía ser tierno, como un pequeño niño y ahí sin darme cuenta una sonrisa se me escapó, realmente no sabia que significaba ello, ya que nunca había tenido ningun tipo de empatia por algun humano.
Porque lo cierto es que estos tienen una imagen equivocada de los ángeles guardianes, piensan en seres buenos, que los cuidan y los aman, pero la realidad es muy diferente, no tenemos permitido tener empatia por ellos, porque eso evitaría que cumplieramos con nuestras misiones si sus vidas se tornan complicadas, ya que todos ellos tiene que enfrentarse a algo en algún momento y si logran sobrepasarlo solo depende de si mismos, nosotros no debemos intervenir, esa es nuestra regla.
Por eso, en ese momento lo único que me importaba era cumplir con la misión que me encargo mi hermano y luego irme.
Proteger al humano Win era mi único deber, no podía permitirme tener algún tipo de sentimiento por el, ya que si no lograba cumplir con mi trabajo el morirá ya estaba escrito en su destino, no habría una segunda oportunidad.

Soy tu GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora