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- ¿ya podemos irnos? - pregunto Jimin y sonaba irritado a mi parecer.

- pero ni siquiera han pedido. - dijo Jin sin siquiera voltear a verlo. A veces siento que lo hace para molestar a Jimin. - ¿qué vas a querer linda?

Jin tomo mi mano que se encontraba sobre el mostrador, eso me extraño, pero no me molestó, así que no hice nada por alejarlo. Hasta que Jimin tomo de mi brazo para que retrocediera un poco y se dispuso a ordenar, no sin antes colocarme un poco detrás de su espalda. Solo podía ver el rostro de confusión de Jin por encima del hombro de Jimin.

- ¿nos das un helado de chocolate con fresa? - pidió Jimin relajado.

- a ella no...

- danos un helado de chocolate con fresa. - lo interrumpió Jimin hablando entre dientes.

Yo iba a decir algo, pero el me dedico una mirada para que confiara en lo que pedía así que lo hice.

Después de que Jin nos sirviera "nuestro" helado, digo "nuestro" porque Jimin solo pidió uno. Ni siquiera me dejó agradecerle a Jin o siquiera dirigirle la mirada ya que me tomo del brazo delicadamente y me llevo a unas bancas que se encontraban alejadas de dónde nos encontrábamos. Me pidió que tomara asiento, así lo hice y Jimin se sentó al lado de mí.

- y... ¿por qué pediste eso? - pregunte sin saber que decir, estaba muy nerviosa.

El solo vio al helado y soltó un suspiro para relajarse un poco. Tomó la cuchara y con ella un poco de helado que contenía ambos sabores para después colocarlo frente a mi boca.

- Jimin...

- sé que no te gusta el helado de chocolate, pero que te cuesta probar está combinación? - vi dudosa la cuchara frente a mí. - hazlo por mí. - volví mi vista hacia él y tenía una hermosa sonrisa que me hizo sonreír también. - pruébalo por mi...

Así lo hice, como si me hubieran dado una orden. La verdad eso no sabía nada mal, era una combinación nueva para mí, muy dulce y única a mi paladar. O talvez eso sentía ya que sus ojos no dejaban de ver los míos, estaba ansioso por una respuesta, se le notaba en el rostro, así que decidí jugar un poco con su desesperación.
No dije nada, quería que el hablara primero y así lo hizo.

- ¿y bien?

-...

- ¿te gustó?

- Jimin...- en cuanto dije su nombre en ese tono, su rostro se volvió aún más pálido y decaído. Porque le importaba tanto si me gustaba o no? - me encantó... Es lo mejor que he probado en mi vida.

En cuanto solté esas palabras, en él se formó una gran sonrisa. Sin pensarlo dos veces llevo la misma cuchara con la que me había dado helado a sus labios, con otra porción del manjar, para probarlo el mismo.

- ¿no pediste otra cuchara?

- no lo vi necesario. - su sonrisa se borró por un segundo. - ¿por qué? ¿Te molesta compartir cubiertos conmigo?

- no... Solo creí que a ti te molestaría. - confesé.

- para nada, es solo un poco de saliva...

Un poco de saliva de una niñita que considera como una hermana. No sé ni siquiera porque me molesta, pero lo hace y ese pensamiento nunca quiere dejarme en paz.

Después de terminar con el helado nos dispusimos a subir a todos los juegos posibles. Me daba un poco de pena ya que Jimin no me dejaba pagar nada, se me hizo algo injusto, pero al final siempre cedía, pero ¿cómo no hacerlo? cuando pone esa carita de bebé al pedir las cosas.
Todo iba muy bien, tanto que sin darnos cuenta ya muchos puestos y atracciones estaban cerrando. Al percatarme de la hora me di cuenta que ya eran las doce y media, en ese momento agradecí no ser la cenicienta.

- creo que ya es un poco tarde. - dije guardando mi celular.

- ¿en serio? No me di cuenta de cuan rápido paso el tiempo. - río mientras caminaba a paso lento.

Yo iba a su lado y sentí como su mano había chocado con la que yo tenía libre ya que con la otra sostenía a Chimmy. Volvió a pasar, pero está ves no soltó mi mano. Quise ignorar a las mil mariposas que revoloteaban, pero simplemente no podía.

- ¿no te regañaran? - pregunte para alejar un poco al silencio que nos envolvía, aunque no era nada incómodo.

- ¿quién?

- tus padres, por llegar tan tarde a casa.

- Cassi... Creo que esto no se lo he dicho a nadie desde que me mudé...

Pare mis pasos y el hizo lo mismo sin soltar mi mano. Lo vi confundida, quería que me explicará a qué se refería. Él me dijo que no era el lugar para decirme, así que prometió contarme todo cuando llegáramos a mi casa.
El resto del camino nos mantuvimos callados. Pude notar como el parecía pensar lo que me diría cuando llegáramos a casa. A pesar de eso nunca soltó mi mano, hasta podía decir que su agarré se volvía cada vez más fuerte, como si jamás quisiera soltarme y, a decir verdad, yo tampoco quería soltarlo.

Al llegar a mi casa le di paso para que entrara y tomara asiento, lo cual hizo sin decir nada. Jamás lo había visto así de serio, de decaído y eso me hacía sentir mal. Quería ayudarlo, escucharlo, besarlo para que olvidé cualquier tipo de dolor, aunque talvez eso no lo calme.

- ¿quieres algo de tomar? - pregunte a su lado mientras me encontraba de pie y el sentado en el sillón con la vista baja.

- si...- murmuró casi en un susurro.

- traeré un vaso de agua entonces.

Cuando estaba a punto de ir hacia la cocina él tomo mi mano. Aún tenía la mirada perdida entre nuestros zapatos. Empezó a acariciar el dorso de mi mano con su pulgar, era un tacto lento y suave pero realmente quería saber que le ocurría. Al fin, por primera vez en todo este tiempo, voltio a verme. Sentí como mi corazón se estrujó al ver sus ojos llenos de lágrimas estancadas y unas que comenzaban a salir con un pequeño sollozo de su parte. El trato de tomar aire, pero le era imposible, una palabra, un movimiento y sus ojos empezarían a derramar todas las lágrimas contenidas.

- no me dejes...

Lo Ideal .- Jeon Jungkook, Park Jimin -.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora