Entre citas

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Emma ya no sabía que hacer, había ido al restaurante para preguntar si quizás Ray la estaba esperando allí, pero al decirle que no había llegado su acompañante, decidió buscarlo en otros lugares, fue de esa manera que empezó a realmente asustarse.

—Ray — Ella tocó la puerta de su departamento, pero de nuevo, el silencio reino por el lugar, como si se hubiera esfumado de la tierra.

Emma se sentó en el suelo frente a la puerta del departamento de Ray, para pensar adecuadamente en que podría hacer, por lo cual decidió llamar a los hospitales y morgue, temiendo de que la respuesta fuera positiva, pero de nuevo, Ray no aparecía en ningún lugar, así que para ella, solo había una opción.

—Buenas noches, ¿Policía? — Emma solo veía viable esa opción —Mi novio ha desaparecido, no lo encuentro por ningún lado — Ella oía atentamente las instrucciones que le daba el operador de la llamada— Desde esta mañana que no lo veo, él se fue al trabajo y quedamos de encontrarnos en la tarde, pero no ha aparecido — Emma miraba el suelo, asintiendo a todas las instrucciones que le daban —No hemos discutido, ¿Debo esperar las 72 horas? — Ella parpadeó confundida, era demasiado tiempo —Esta bien, gracias — Finalmente suspiró fuertemente, sin saber que hacer.

Estaba realmente desesperanzada, así que se fue a su departamento para tratar de dormir, pero la preocupación no la dejaba conciliar el sueño, en su mente solo pasaban imágenes horribles de Ray teniendo algún accidente o siendo atacado por alguien, por lo cual vio pasar todas las horas de la noche sin pegar el ojo. Cuando amaneció volvió otra vez al departamento, pero de nuevo no había respuesta cuando tocaba la puerta.

Estaba tan desesperada que no sabía que hacer.

Una vez que llegó a su trabajo, no pudo concentrarse en nada sobre su trabajo debido al sueño y a las ansias que sentía, cada segundo que pasaba sin verlo se convertía en una agonía, así que su jefe decidió dejarla irse temprano.

Aun así, Emma decidió de nuevo ir al departamento de Ray, con la esperanza de que estuviera allí, pero no importaba cuanto tocará la puerta, nadie respondía, aquella situación la hizo llorar mientras se sentaba en el suelo, devastada por no poder encontrarlo.

—¿Dónde estás? — Susurró ella mientras trataba de calmarse, de nuevo tomó su celular y comenzó a llamar a los hospitales y morgues, pero en ningún lado le daban razón de él.

Pasaron varias horas y se hizo realmente tarde, decidió de nuevo volver a su departamento. Y esta vez se durmió por puro y físico cansancio.

Llegó finalmente el tercer día, de nuevo fue a su trabajo, donde pudo trabajar decentemente, pero no podía dejar de pensar en Ray, hoy se cumplirían las 72 horas y podría notificarlo finalmente. La tarde llegó más lenta de lo que espero, volvió al departamento de Ray y tocó la puerta otra vez, sin respuesta. Como las otras dos ocasiones, se sentó en el suelo frente la puerta, tomando otra vez su celular para marcar el número de la policía y reportarlo.

Cuando llamó, escuchó el tono del celular, bastante desesperanzada por la situación. Entonces escuchó unos pasos acercándose por el corredor, ella alzó la mirada esperando encontrarse con Ray finalmente, pero en su lugar, se encontró con una chica de cabellos negros, quien la miraba sorprendida.

—¿Quién eres tú? — Le preguntó la chica al verla —¿Qué haces aquí? —

Emma se levantó del suelo, limpiándose el polvo del uniforme de su trabajo.

—Yo soy... — Emma desvió la mirada avergonzada.

¿Qué debería decir en esa situación?, ¿Qué era su novia?, ¿su amante?

Tú cambiaste mi mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora