16. Ethan.

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¿Aún te duele? – Pregunté con cautela. Sky había tenido un genio de los mil demonios durante la tarde, y no quería provocarla, porque me gritaría, pelearía, y eso significaba que yo me estresaría y le mandaría a la mierda. Es decir qué, Sky, con el brazo en mal estado, y gruñona + Una ______ hormonal, y con mal temperamento era equivalente a una tercera guerra mundial. Y si a eso le sumamos la cara de culo que traía la señorita Mitch hoy por la tarde, sería un caos.

Sky levantó la vista de su cuaderno y me miró dándome una sonrisa tranquilizadora – No, ya no. No te preocupes.

Estiré mi mano en dirección hacia su brazo, y su cara se desfiguró en seguida.

¡Mierda, no, no lo toques! – Gritó exaltada.

Dijiste que no te dolía – La miré acusadoramente con mis ojos entrecerrados.

Ella rio nerviosamente – Y no me duele. Solo que no quiero que me toquen el brazo.

Claro. ¿Te parece si vamos al doctor? –

Dejo el lápiz sobre el escritorio, y apretó sus labios formando una línea recta. Estaba actuando de manera extraña. Aunque a decir verdad, todo el mundo aquí actuaba de una manera jodidamente extraña.

No quiero, _____. No te preocupes, es solo un esguince. Nada de qué alarmarse – Fruncí el ceño. Estaba claro que eso no era un esguince. Ni de coña. Nadie gritaba así cuando ibas a tocar un esguince, y dudo mucho que Sky fuera del tipo alharaca. Ella se dio cuenta de que no me había tragado nada de lo que había dicho. Sonrío - _______, hablo en serio. Si quieres podemos ir a mi casa después de clases a mirar unas películas y comer pizzas. Dan tiene muchas. Desde Titanic, hasta el juego del miedo. Es divertidísimo verlo gritar como nenaza. Podemos invitar a Mara, y Anabella. Quizás por fin ustedes se lleven bien.

Me odia, Sky – Entorné los ojos.

Que va. Bella odia a todo el mundo. No es personal. Incluso yo la odio un poco. Es una perra resentida, pero es buena amiga. Solo está ardida contigo porque piensa que Luke viene de culo tras de ti –

Como si eso fuera cierto.

Entorné los ojos de nuevo.

Y por Dios, deja de hacer eso, si no quieres que olvide que eres mi amiga y te ponga una patada y te bote de culo bajo la silla. Pareces una perra haciéndolo –

Me reí - ¿Te han dicho que ocupas mucho la palabra perra en tu vocabulario?

Sí, de hecho me lo dijo la entrenadora Collins el martes pasado – Dijo, encogiéndose de hombros – Ella también es una perra, por cierto.

Solté una carcajada – Bien, hoy en tu casa después de clases.

El celular de Sky vibró y ella puso una cara de disgusto.

¿Sucede algo? – Inquirí.

Es Jai – Bufó.

¿Y? ¿Qué hay de malo? ¿Peleasteis? –

Sky suspiró fuerte – Me llamó perra.

¿Lo dices en serio? – Mis ojos debían de tener el tamaño de dos bolas de boliche.

Claro –

¿Y por qué? –

Estábamos discutiendo, se frustró, me gritó, y eso fue lo que paso – Se encogió de hombros, restándole importancia al asunto.

¿Y no…? – Como articular la pregunta sin insinuarle que ella era una maniaca de la violencia - ¿No lo golpeaste?

Bufó – Por supuesto que sí.  Se ganó tres patadas en dónde no pega el sol.

The only reason {Luke brooks} (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora