La caída del proyector

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Nuevo día en la escuela, y, como siempre, el calvo entró con su moto. En la fila todos lo mirábamos con desprecio. Parecía que tenía un antivirus, porque no faltaba ni a la de tres. En la fila el calvo le dio las llaves a Álvaro y todos fuimos para arriba, de nuevo preparándonos para cinco horas de tortura.

Todo iba mal. El calvo no dejaba de pasearse de la mesa a la pizarra, y cuando se ponía a escribir en la pizarra sacaba culo y hacía un ruido muy rallante con la boca. Pero de pronto, todo cambió. Después de pasearse tanto, ocurrió algo que nos levantó un poco el ánimo. El calvo se dirigía a la pizarra, cuando, de pronto, se pega un cabezazo con el proyector. Gritó que le iba a salir una pitera, que no tenemíamos ni idea de lo que significaba. Nosotros nos reíamos del calvo. El proyector temblaba. Y el calvo se puso la mano en la calva y no se la quitaba de encima.

Cuando se quitó la mano nos tuvimos que reír todavía más. Se le había puesto un trozo de la calva morado, y le había salido un bulto para arriba. Edu, Mark y Adolfo empezaron a hacer palmas y a cantar "¡Unicornio, unicornio, lololololoolooo!"

Como era de esperar, el calvo se enfadó y les castigó copiando cien veces no me río del maestro. En realidad, a todos nos daba igual que nos hiciera copiar. Sólo con ver al calvo humillándose éramos felices ese día.

En el comedor todos comentaban el bollo del calvo. Habíasido tan humillante aquella escena que la gente no paraba de reír.

Los anticalvosWhere stories live. Discover now