cap. 1- Café de mediodía

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JACKSON



En la ciudad de Roma, Italia. La familia McLowen estaba vacacionando en las residencias Rolón. Dueño de los más lujosos Hoteles y estancias.
Poul, el padre de Jackson era el jefe administrativo de la empresa, gracias a su esfuerzo e integridad, el Sr. Rolón le otorgó un viaje a Roma con su familia.
El 25/05/1996 por la madrugada el Sr. Y la Sra. McLowen fueron asesinados en sus habitaciones por dos personas disfrazados de doctores y un policía, afirmó su hijo con cinco años que antes del ataque él se había escondido abajo de la cama jugando con su madre.— hizo una pausa para tragar saliva la aseguradora social que le leía a la dueña del orfanato —Por orden del juez Adgrey, Jackson Alexander McLowen al no tener familiares de sangre, se le a dado en adopción en el Orfanato Buenos Ángeles. Hasta que cumpla dieciocho años no recibirá la herencia de sus padres que le corresponde.— terminó de leer la mujer con rostro serio el informe de lo que sucedió esa noche.

—Está bien... El niño podrá crecer bien en mí establecimiento.— dijo la directora mientras veía mí informé.

—Jackson tiene derecho de saber lo que le sucedió a sus padres, si es que el lo pregunta y debe asistir todos los lunes a la psicopedagoga encargada para ayudar al desarrollo del niño.— agregó la mujer de traje elegante guardando los documentos en su portafolios.

—Si, no le negaré la verdad al niño y alguien se encargará de llevarlo ¿Cómo se llama la psicopedagoga?.— preguntó la Sra. Füitter despidiendo a la agente.

—Charlotte Maxdeet se llama. Vive a cuatro cuadras de aquí, enfrente de una tienda de óptica.

—Gracias, agente...

—Fabiola, Fabiola Gryn— Füitter despidió a Fabiola que se retiró fuera del orfanato. Mientras la dueña del orfanato, la señora Füitter se dirigió hacía mí, que estaba sentado en uno de los banquitos del pasillo.

Luego la Sra. Füitter me llevo a recorrer el lugar mostrándome a los niños jugando en el patio, el comedor enorme, el patio de juegos, las aulas de aprendizaje y las habitaciones con el dormitorio compartido.

—Bueno Jack, eso es todo. Ahora ve a jugar con los demás niños.— exclamó Füitter con una gran sonrisa.

—Bueno, así fue el día que llegué aquí, luego tu apareciste y nos conocimos.— le dije a Nick caminando hacia afuera.

—Woow y aún lo recuerdas después de tres años, yo ni lo recuerdo... Crecí en este lugar.— dice el niño de ojos grises mientras se sienta a mi lado.

—Tal vez porque espantas a todos con tus ojos de demonio.— le contesté con sarcasmo. Mientras miraba el parque del orfanato.

—Pues tienes razón. Pero No cualquiera tiene este color de ojos, tu tienes ese aburrido color café en cambio yo veo todo en blanco y negro, es como estar dentro de una película.— dice Nick, mirándose las manos.

—Jajaja ¿Ves en blanco y negro?— dije mirando como Nick movía sus ojos para todos lados al mismo tiempo que giraba en círculos.

De pronto se detiene y su gesto alegre se pone serio —Obvio que no, no seas estúpido. Hace tres años que me conoces... ¿Cómo voy a ser daltónico de un día para el otro?

—Tienes razón...

—¿Jack?.

—¿Sí?— le contesté con la mirada en los arboles con hojas naranjas.

—¿Ya has pensado qué vas a hacer cuando crezcas?— preguntó mirándome con curiosidad.

—No, aún no, ¿Y tú?— le pregunté arrancando el pasto del suelo húmedo.

—Yo si tengo suerte me adoptarán unos padres millonarios y no tendré que trabajar.

—¿Y si nadie te adopta?— le sonreí de manera sarcástica.

Me miró serio y con disgusto —JA,JA... Ya dejaste de ser mí amigo.


Domingo 01 de Octubre (actualidad)

«PORTAZO»

—Ah...— miro como Emma entra en mi habitación —¿¡Qué pasa!? ¿¡Qué pasó!? ¿¡Me quedé dormido!?— le pregunto levantándome de un salto de la cama.

—Ayyy Jack, vamos ya nos tenemos que ir se nos hace muy tarde. -dice mirándome nerviosa.

—Está bien, ya voy...— le digo intentando calmarla —¿Qué hora es?

—Son las nueve cuarenta y siete, tenemos trece minutos para llegar.— habló mientras se terminaba de arreglar.

—¿Las nueve?... Maldición, ve yendo, yo te alcanzo luego— anuncié poniéndome el traje azul oscuro.

—¿Seguro que sabes dónde es?

—Enfrente del parque Crowfort, en el piso 14 del Penthouse, la puerta negra hecha con marfil.— le respondí recordándolo todo.

—Si... Iré en taxi. Ten cuidado.— avisó acercándose a la puerta.

—Claro que sí, pero ya vete qué se hace tarde.— respondí poniéndome la corbata negra —Yo te alcanzó luego.

—Bueno, te veo allá. Bye. -cierra la puerta.

—Te quiero...— ¿Por qué tuve ese sueño? Hace tiempo no pensaba en Nick.

Me terminé de arreglar y salí en el auto de Emma hacia la casa de Hannah. Después de diez minutos conduciendo en línea recta, llegué a Ruptrey un barrio privado para personas muy adineradas qué puedan instalarse.
De pronto veo un espacio justo enfrente de mi, me acercó y de la nada una moto llega por detrás mío robándome el lugar. —Genial, la próxima vez te atropello.— le grité de manera agresiva —¡Me encantaría sacarte volando por el aire!.— Al rato encontré un auto que estaba retrocediendo muy lento.
—Vamos, ¡Un poco más rápido, momia con peluca!... ¡Por fin! ¡Gracias!— Exclamé de forma desesperada.

Me estacioné rápido y me fui corriendo hacia la entrada del edificio que estaba pasando el cercó perimetral, en el había un guardia de seguridad parado en el medio del camino. —¿Visita o residente?— preguntó el anciano alto y obeso.
Le mostré la tarjeta de invitación que me dió Hannah y me dejó pasar. Entrando al edificio tropecé con un chico de traje blanco, cabello corto de color castaño claro y ojos color grises.

—Lo siento, no estaba prestando atención. Lo lamento.— dijo el joven mirando hacia abajo mientras se alejaba caminando.

Me quedé en silencio mientras veía que el joven se iba. Luego de ese choque, Emma me estaba llamando por teléfono —¿Hola? si ya voy... No encontraba lugar.

—Bueno, pero aún no van a comenzar, te quería avisar que me llevé las llaves del departamento jaja. Lo siento mucho no me fijé— avisó nerviosa.

—Está bien no te preocupes, voy subiendo por el elevador, ya casi llego adiós voy a colgar.— mientras me acercaba a la puerta del elevador pensé en el choque. Ese chico se parece a Nick por tener el iris de color gris, pero ¿Será él?

Subo por el ascensor hasta el piso catorce y cuando llega voy directo a presionar el timbre de la puerta Negra. Se escucha la melodía "Para Elisa" con campanitas.

Me abren la puerta —¡Jack! ¡Por fin llegaste! Ven aquí— una señora robusta con un muy elegante vestido plateado brillante de cabello corto de color rojo y rizado, me abrazó. —Ven pasa, pasa, no te quedes ahí.

—Gracias señorita Thomas, lamento haber llegado tarde.

En cuanto entré ví una gran sala llena de gente con atuendos elegantes y de mueca triste, del techo colgaban unas tiras onduladas de color dorado y blanco que llegaban hasta el suelo, la madera dorada del suelo brillaba de lo impecable que estaba, las paredes estaban pintadas de un color crema. En ellas colgaban cuadros renacentistas pintados exactamente igual a los originales.
La habitación estaba iluminada con candelabros de cristal que no dejaban ni un solo rincón oscuro, en cada pared había una mesa redonda con dulces y bebidas costosas. La habitación parecía estar sacada de una revista de decoración

—No te preocupes, aún no empezamos, ya sabes cómo son todos estos eventos, nunca comienzan a tiempo. Bueno ve a ver a tu novia que te debe estar esperando.— respondió de manera amable y sonriente.

—No es... Ah, está bien, adiós Señorita Thomas.— parece muy tranquila para estar en un funeral. Pensé mientras me alejaba, de pronto escuché que me hablan por detrás.

Me volteé y vi a Owen parado, mirándome con el ceño fruncido —¿Por qué mierda estás aquí? Una porquería como tu debería estar muerta.— caminó hacia mí tronándose los nudillos.

Todos en el salón estaban callados mirando como él se me acercaba —Hannah me pidió que venga y si no te gusta que esté aquí será mejor que tú te vallas. Porque yo no me pienso ir porque un idiota me lo diga.— le respondí mirándolo directo a sus ojos azules, mientras sentía la tención en el ambiente.

Owen se acercó a unos pocos centímetros de mí —Vuelve a hablarme así, y te arrancaré la garganta.

Me acorraló contra la pared que estaba de espalda a la escalera —Oh me gustaría que lo intentarás maldito inútil.

Impactó su puño izquierdo contra la pared a unos pocos centímetros de mí rostro —Hoy no quiero ir preso por matar a una rata.

La Sra. Thomas llegó casi corriendo y se interpúso en el medio separándonos —¡Suficiente! ¡Este no es lugar para que estén discutiendo! ¡Muestren un poco de respeto! Y si van a pelear que sea afuera, no aquí, ¿Quedó, claro?— Owen quitó su mano sangrante de la pared y se dio la vuelta.

Ví como Owen se retiraba hacía la sala principal para desaparecer entre la gente. Luego la abuela de Hannah se fue para la cocina y la gente volvió a sus charlas después de ese silencio incómodo. Me giré viendo el hueco que dejó en la pared de Durlock y me dirigí hacía Emma, quien estaba sola mirando por el balcón con una copa de champaña en su mano.

—Emma, ¡ya llegué!

—Bien. Debimos haber llegado un poco más más tarde.— agregó de manera irónica

Menos mal que no se dio cuenta de lo que pasó. Pensé en cuanto noté que estaba relajada y serena —¿Cuántas "copitas" tomaste?

—Creo que una siete, más o menos.— murmuró Emma mientras agarraba otra copa de champaña de la bandeja de un camarero.

—Ahh okey recuerda que esa marca tienen más alcohol que la cerveza, ¿Y viste a Hannah?

—No, aun no la fui a ver. Tal vez esté dormida y no quiero que me arrojé otra lámpara por despertarla— exclamó con un resoplido.

—Está bien, iré yo. Espero que ella no esté durmiendo.— dije con una pequeña sonrisa.

—Okey, está arriba— insistió Emma apuntándome las escaleras.

Me alejo de Emma y voy hacia la habitación de Hannah subiendo unas enormes escaleras de mármol blanco. Terminando de subir las escaleras llego a un pasillo muy amplio; en el centro había una mesa de cristal con unas flores rojas y violetas en una muy elegante fuente con agua, en el pasillo solo dos puertas de las tres tenían regalos a sus costados. Las puertas estaban en el centro de cada lado. Fui hacía la puerta roja con la pared pintada de negro, que no tenía ningún regalo y estaba pintada con grafitis por todos lados.

«TOC, TOC»

—¿Quién es?

—Jackson...

—Que ¿Jackson?

Suspiré y rasqué mi frente —Manitos de bebé?

—Ahhh ¡Jacky! Pasa, pasa.— gritó Hannah como una cabra.

Cuando entré vi a Hannah sentada en su cama pintándose las uñas de los pies, en todo su cuarto estaba lleno de posters de bandas de rock y de películas de terror. En la mesita de luz había una lámpara negra con detalles de la película "El cadáver de la novia". Toda la habitación tenía un estilo gótico rockero por lo general. En el costado derecho estaba la puerta de su baño con un cartel de chapa oxidado que decía "Que comience el juego". Su armario violeta con marcos plateado brilloso tenían stikers de unicornios y pastelitos con caritas, el suelo tenía un alfombrado de color negro. En una esquina estaba una funda de guitarra y la guitarra eléctrica sobresalía de debajo de su cama. Su habitación tenía una gran ventana que iluminaba toda su enorme guarida gótica.

Cierro la puerta lento y me apoyo suave en la pared —¡Hola Hann! ¿Quieres que después, salgamos los cuatro a tomar algo a la tarde?— le pregunté a la chica de cabello ondulado de tono rojo carmín.

—¿Se tuvo que morir mí padre para que por fin me invites a salir? Bueno por lo menos fuiste el único que me dijo algo "diferente"— agregó mientras guardaba el esmalte en el cajón.

—Emm no, yo te quería venir a ver. Eres mí amiga, me importas.

—Oww... Que tierno eres. Pero no me digas lo típico de todos los funerales: "¿Cómo estás?", "Esto es una tragedia", "lamento tu pérdida, él era tan bueno". Ya lo escuché de todos estos falsos que vienen por el testamento sabiendo que soy la única heredera.

—¿Pero que hay de Joe, o Víctor?

—Bueno yo soy mayor que Joe y él siempre peleó con papi, además después del escándalo que hizo en el crucero perdió todo respeto por parte de mi padre. Y de Víctor bueno, él asesinó a su esposa que estaba embarazada, no hay mucho que decir, además tu lo sabes, salió en el periódico. En fin el hipogrifo... Soy única heredera.

—Hmm, y tus parientes...- Hannah me interrumpe.

—Mis parientes me odian por el hecho de ser directa. Y eso hace que me sienta "horrible, fatal y me quita el sueño por las noches que mí querida familia me odie tanto"— dramatiza como las telenovelas.

—Jajaja y tu abuela te quiere ¿no?— dije metiéndome en terreno peligroso.

—Claro, pero cree que soy fría por no llorar delante de todos, como lo hacen los demás, y obvio que me siento terrible por mí papi. Pero yo soy la perfecta actriz y no les daré el gusto de verme llorar, y si, cuando me enteré que murió, lloré como como la llorona que deambula por México.

—Woow no se que decir... ¿Y por qué hay regalos en las puertas de Joe y Víctor?

Oculto En El InteriorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora