Capítulo 1.

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Entrecierro los ojos debido a los rayos de la luz solar que se cuelan por las rendijas de la persiana a medio cerrar. Intento incorporarme pero un fuerte dolor de cabeza me golpea haciendo que mi mano derecha se pose en mi frente de forma involuntaria. Mi cabeza vuelve a caer en la almohada y gira hacia la izquierda. Mi mirada se posa en, oh dios mío, mi mejor amigo. Desnudo. En mi cama. Frunzo el ceño intentando recordar la noche anterior. Levanto mi mirada que se dirige hacia mi escritorio. Ahí se encuentra una botella de vodka y restos de rayas de algún tipo de sustancia. Cocaína, probablemente. Me levanto con cuidado y me dirijo hacia el escritorio. Cojo la botella y bebo el último trago de ella. Dirijo mi mirada a mis pechos y veo que estoy completamente desnuda. Oh, oh. Busco mi ropa interior por toda la habitación pero lo único que encuentro son tres condones usados tirados por el suelo. Me agacho y veo que debajo de la cama se encuentra mi sujetador y mis bragas. Me los pongo y busco mis pantalones que se encuentran en la esquina izquierda de mi cuarto, tirados en el sillón. Mi camiseta no la encuentro por ningún lado. Escucho a mi mejor amigo moverse en la cama y me giro hacia él, esperando a que se despierte. Pero no lo hace. Suspiro y salgo de la habitación. Mi camiseta esta tirada en el pasillo. La cojo y voy al baño. Me lavo la cara debido a que todo mi maquillaje esta corrido. Tengo los ojos rojos y mi labio está roto. Me visto y me peino con los dedos, intentando parecer una chica normal. Rio. Todo el mundo sabe que no soy una chica normal. Vuelvo a mi habitación, me pongo mis botas negras y salgo. Me dirijo hacia el salón donde encuentro mi bolso en el sofá. Cojo algo de dinero y salgo de casa.

La gente me mira por la calle pero me la suda. Entro en Starbucks y hago cola. Vuelvo a intentar recordar sobre los sucesos de anoche mientras la cola avanza. Joder, que me he follado a mi mejor amigo. Bueno, que menos que llevarle el desayuno. Rio. La dependienta me mira raro ya que la siguiente soy yo. Le pido dos mocca café y dos donuts rayados de chocolate blanco y negro. Lo pido a nombre de ‘cómemelo’ y espero. Cinco minutos más tarde estoy saliendo de ahí con dos cafés en un cartón en la mano izquierda y una bolsa en la mano derecha. Llego a mi apartamento, abriendo la puerta con el culo ya que la había dejado entreabierta y dejo las cosas en la cocina. Tiro la bolsa y el cartón a la papelera y cuando me giro veo a Louis de pie al lado de la isla de la cocina, con tan solo sus calzoncillos.

-Hey. –Digo con un ligero levantamiento de la cabeza.

-Hey. –Responde con el mismo gesto.

-He traído el desayuno. –Menciono. –Lo que nos gusta. –Apenas sonrío.

-Genial.

Nos sentamos en los dos taburetes que hay en la isla y desayunamos en silencio.

-¿Sabes algo? –Dice después de unos minutos, cuando termina de comerse el donuts.

-¿Algo de qué? –Bebo un poco de café.

-De lo que paso anoche.

-Creía que lo recordarías tú.

-Bueno, es evidente que hemos follado. –Asiento.

Me levanto del taburete y tiro el envase del café. Él me imita y se va hacia la habitación. Debería ducharme así que me dirijo hacia la puerta del baño, pero antes de entrar él me para cogiéndome de la cintura.

-¿Cuándo nos vemos? –Sonríe de lado.

-Cuando quieras.

-¿Esta noche?

-Perfecto. –Le sonrío. Él me devuelve la sonrisa y desaparece del pasillo, al segundo escucho la puerta de la entrada cerrarse y yo me sumerjo en la cascada de agua de la ducha.

Posh two. || PAUSADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora