Capítulo 7: Gimbap

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Seokjin brilla. Y va más allá del iluminador reflectándose sobre su piel, en contraste con las luces. Él simplemente tiene ese brillo natural. Como si se tratase de polvo de estrellas sobre su tez. El fotógrafo parece quedar encantado mientras retrata las bonitas facciones frente a su lente.

—Mi perfil izquierdo es más bonito —murmura, mientras todos parecen quedar embelesados por su dulzura.

Su cabello negro cayendo ligeramente sobre sus ojos y un poco más de maquillaje que el habitual. Hay un par de pendientes conocidos colgando y enmarcando sus facciones. Su vestimenta es bastante casual, y brillante, de una forma que solo encaja con él.

Seokjin se siente vulnerable frente a tantas miradas. Uno de los grandes problemas de su trabajo siempre fue ese, el indiscutible poder de la gente para decir lo que quisieran sobre él. Y para su mala suerte, el mundo fuera de sus cuatro paredes, es un crítico cruel.

Hay mucha gente observándolo, deseando todo lo que él tiene a su edad, soñando con la estabilidad que lo rodea. Y claro, él está agradecido, pero... hay algunas cosas demasiado duras en su rubro. Hay demasiados sacrificios con cada paso que le toca dar.

Jungkook se menea frente al espejo dispuesto en el set. Uno de sus mejores amigos y al mismo tiempo co-conductor, su actitud despreocupada alegra un poco su corazón. El menor es como un bonito rayo de sol en un día nublado.

Todos sus colegas de trabajo están ahí. Cada uno con un estilo diferente, algunos con miradas serias y sonrisas más maduras. Hay de todo un poco. Y entre ellos, está él. Con su sonrisa cálida y una mirada que trae paz, —muchos se lo dicen, y Seokjin no sabe si creer en sus palabras.

Im Eunsup, asistente de su padre, lo observa desde una distancia prudente. Hay algo que Seokjin aprendió muy bien con el paso del tiempo: ignorar los problemas hasta que se chocan contra él. Podría escapar por la puerta trasera y que el chico no lo vea, o simplemente decirle que no desea hablar del "tema", no por ese día.

—Una ventaja de todo esto es el maquillaje y la ropa gratis —irrumpe Junkook—. Me llevaré todo y lo usaré esta noche.

—¿Tu madre te dio permiso?

—¡Yah! Hyung, no seas tan malo. —El pequeño y musculoso chico se cruza de brazos—. Namjoonie le dijo que nos reuniremos a ver películas.

—Namjoon te consiente mucho. Él y Hoseok. —El mayor lo observa con una sonrisa burlona—, Debería hablar con ellos para que te quiten tus privilegios.

Jungkook solo refunfuña, conociendo bien las burlas de su amigo. Ambos sonríen para la cámara como si nada; brillan, cada uno a su manera.

—¿Deberíamos llevarte a una guardería y no a un bar? Lo estoy pensando seriamente.

—Kim Seokjin. Solo cállate y sonríe.

A Seokjin le aterra la falsa calma del día, la sonrisa obligada de la gente a su alrededor, la luz artificial, la mirada contrariada del asistente de su padre. Su cuerpo tiembla sin darse cuenta cuando las cámaras bajan y los reflectores se apagan, Im Eunsup camina en su dirección, con falsa calma y el cabello perfectamente acomodado.

—Seokjin —murmura el hombre—, tu padre llamó.

—Es un milagro.

—Dejémonos de juegos. Llegará el lunes y en la tarde te esperará en su oficina para que firmes el contrato que tienes pendiente.

—Oh —Seokjin murmura fingiendo no entender—, ¿tan rápido?

—En eso quedaron, ¿no es así?

Tastes just like home.    (ksj+myg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora